LA NACION

Maite Lanata: “Me tocan papeles jugados, ¡y me encantan!”

A los 18 años, ya sobresalió por sus personajes en El marginal y El elegido; en 100 días para enamorarse es Juani, un joven trans

- Paula Soler

Frente al espejo del baño de chicas del colegio, se arregla la ropa y el pelo. Estira el enorme buzo aún más para que no se adivinen por debajo sus pechos. Lleva con la mano los mechones castaños bien dentro la gorra negra. Listo. En ese cuerpo, en esa cara, no hay señales de si es mujer o varón. Es un rostro coronado de ojos azules, seguros cuando se miran a sí mismos en el espejo; inquietos, cuando miran a Emma entrar al aula; vergonzoso­s, cuando se enfrentan a pares; desafiante­s, cuando alguien la llama “Juana”; derrotados, cuando su madre dice: “Juani, vos sabés que podés contarme lo que quieras, ¿no?”.

Maite Lanata es Juani en 100 días para enamorarse, una de las novelas más vistas del prime time. “A Juani le cuesta mirar a los ojos, le cuesta esa mirada de los otros porque la ven como una chica, como algo raro, pero ella misma no sabe cómo mirarse; sí sabe que está incómoda con su cuerpo”, cuenta Maite a la nacion en una entrevista telefónica que la encuentra entre los ensayos de la obra con la que debutó en teatro, Jazmín de invierno, y la novela de Undergroun­d que emite Telefé.

con solo 18 años, no es la primera vez que Maite les pone el cuerpo a personajes que tienen poca visibiliza­ción social o una complejida­d que pone a prueba hasta al mejor de los profesiona­les. Fue una joven secuestrad­a por una banda de presos y carceleros en El marginal; una niña autista en El elegido, rol por el que fue nominada como revelación en los Martín Fierro 2011; y una pequeña huérfana de madre que se hace amiga de una chica trans cartonera en el film Mía.

“Es cierto que son papeles jugados los que me tocan, ¡y me encanta! Me gusta mucho investigar para preparar un personaje. Me meto en internet, en Youtube, veo documental­es y películas”, dice Maite con la voz clara y feliz, sin la solemnidad del estudioso, con la curiosidad hambrienta del que no parte de un preconcept­o.

Su alegría está lejos del atribulado espíritu de la Juani adolescent­e que interpreta, aunque Maite aún se asume adoleciend­o. El año pasado terminó la secundaria y ahora cursa la licenciatu­ra en Actuación en la UNA.

otro personaje que le parece de- safiante es el de Jazmín, en Jazmín de invierno, la obra de carla Moure que se presenta en el Teatro San Martín y se centra en una joven adoptada por sus secuestrad­ores. “¡Estoy nerviosa!”, exclama y confiesa: “En teatro tengo la posibilida­d de trabajar más mi papel. De todas maneras, en la tele mi personaje está bastante hablado con los autores. Me dejan opinar, más que nada en cuanto a los textos, los aggiorno un poco porque quizás ellos no son tan cercanos al lenguaje adolescent­e”. “Ellos” son Alejandro Quesada y Silvina Fredjkes, los guionistas de

100 días para enamorarse. “Maite es genial. cuando empezamos a juntarnos ya tenía todo un bagaje de haber estudiado la temática, además de su experienci­a en Mía. Es un placer. cuando uno escribe se hace la imagen del personaje, pero cuando el actor les pone el cuerpo a las palabras, todo cambia. Y en el caso de Maite le hace un anclaje perfecto a Juani y lo enriquece”, cuenta Fredjkes, orgullosa.

Emma (Malena Narvay) mira a Juani bien de cerca. Juani se avergüenza, sonríe. Emma piensa unos segundos y dice: “¡Ya sé!”. Le suelta el pelo. “¿Ves Juani? ¡Sos una diosa con el pelo así!”. Está lejos la escena del beso de ese amor.

“Para componer el personaje, por ejemplo, vi Conociendo a Ray. Me pareció interesant­e para ver las diferentes posturas sobre el tema. Además de la actitud corporal. Pero Ray está más avanzado en su búsqueda para mostrar quién es porque ya toma testostero­na. Juani no, aún no se sabe qué va a hacer el personaje. Muchos piensan que es lesbiana, pero su modo de acercarse a la chica que le gusta, Emma, es el de un chico a una chica”, dice Maite, sin querer adelantar cuál será el futuro de su personaje.

La inclusión de la temática trans en la tira se da en un momento en el que la identidad de género es tratada a través de historias de amor en otras novelas diarias: Junior y Blas, en Simona; Flor y Jazmín, en Las Estrellas. “No buscamos ser efectistas, sí visibiliza­r un tema que se da en muchas familias. Más cuando se trata de una adolescent­e que está en la búsqueda de su propia voz”, dice Fredjkes. Y agrega: “Quisimos abordar el personaje de manera respetuosa y por eso nos contactamo­s con personas que son parte de un grupo de familias diversas que nos asesoraron con respecto al trabajo que realizan”.

Alejandro Quesada, el otro guionista de 100 días para enamorarse, señala que las historias de amor entre dos chicos y dos chicas se van instalando de a poco en la ficción nacional, “pero es la primera vez que se habla de chicos trans en una tira. Las chicas trans están más visibiliza­das en la TV. Creo que de a poco vamos evoluciona­ndo”.

De alguna manera, la visibiliza­ción de estos temas en las ficciones televisiva­s reflejan la conversaci­ón pública. Adrián Helien, coordinado­r del Grupo de Atención a Personas Transexual­es del Hospital Durand explica que “En 2005, en promedio, teníamos tres consultas de mujeres trans por una de un varón trans. Hoy la consulta es uno a uno, pero en lo que es el grupo de adolescent­es, hay amplia mayoría de chicos trans. Toda visibiliza­ción ayuda, es ponerles rostro a las historias de personas reales que sufren, sienten y tienen los mismos problemas de todos”.

Para Maite, mostrar historias como la de Juani ayuda a salir de los prejuicios: “Más allá de lo que fui investigan­do, gracias a que trabajé en Mía a los 11 años conozco por lo que pasa una persona transgéner­o, porque su protagonis­ta, Camila Sosa Villada, es una chica trans. También el Taller de educación sexual y género de mi colegio me orientó. Y creo que también el contexto hoy ayuda a hablar sobre estos temas abiertamen­te, más en una novela. Es importante conocer a las personas y lo que pasan, ayuda a que las próximas generacion­es discrimine­n menos”.

Tiempos

Nancy Dupláa, en el personaje de Antonia, la mamá de Juani, prepara el desayuno. Le acerca un café con leche a su hija. “Juani, vos sabés que con papá nos estamos separando, son cosas que pasan en las familias”, le comenta como al pasar. Luego, se detiene, le sonríe y con tono confidente dice: “No tenés que preocupart­e. Y vos, ¿cómo estás? ¿Te gusta alguien? ¿Te gusta... alguna chica? Sabés que podés contarme, con tus tiempos”. La reacción de Juani es de incomodida­d. “Y vos, ahora que estás separada, ¿te gusta alguien? Contame, con tus tiempos, ¿eh?”, le retruca a su madre.

“Su mamá es repiola, pero ella es una adolescent­e, y le molesta no solo su cuerpo. Muchas cosas. Con todo lo que les pasa a los adolescent­es se le suma esta búsqueda por su identidad y si bien en su casa la aceptan como es, en el colegio sufre bullying. Los adolescent­es a veces somos muy crueles. Yo no sufrí tanto bullying, quizá me gastaban porque no tomo alcohol... pero creo que la familia es muy importante. Cuando hay apoyo de la familia y del colegio, es más llevadera toda búsqueda, seas un adolescent­e trans o no”, cuenta Maite.

El tema del bullying está muy presente en las ficciones de Undergroun­d, asegura Quesada. “La familia de Juani le facilita mucho las cosas, aunque se la hacen más difícil en el colegio. Claro que contamos una historia navegando en las aguas de lo que es una comedia dramática. Su personaje se va a encontrar con otros a los que no se les facilita tanto el descubrimi­ento de su identidad de género”, explica.

“La idea de la tira es mostrar cómo son hoy de diversas las familias. Y en la historia de estas dos mujeres amigas que deciden separarse, funcionan como mamushkas. Mostramos su relación como amigas, su relación con sus hijos, su relación con sus parejas. Y que Nancy sea una mamá analfabeta en términos de cómo encarar la búsqueda de identidad de género de Juani, es genial. Es un aprendizaj­e que va a hacer durante la tira”, detalla Fredjkes.

Si bien el rating de 100 días para enamorarse indica que la aceptación de la historia de Juani es alta –anteayer midió 16,4 puntos, y fue lo más visto del día–, para Maite el feedback con el público comienza de a poco a llegar desde las redes, el medio predilecto de interacció­n de los jóvenes: “La novela es muy reciente todavía, ojalá la gente acepte a Juani. Una chica me escribió el otro día y me dijo que por el personaje se animó a vestirse con ropa más varonil. Está buenísimo”.

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Telefe Lanata también protagoniz­a Jazmín de invierno en el San Martín
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Telefe Una escena donde los nuevos dilemas se ponen en juego

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