pionero. El diseñador de las flores
El artista japonés, que dirige un taller de alta costura de plantas en Tokio, estuvo en Buenos Aires y habló de sus creaciones para marcas de moda; en Jujuy, comenzó con un desarrollo experimental
el arte de Makoto Azuma nos conecta con la naturaleza de una manera particular, dirige un taller de alta costura de flores, el Jardins des Fleurs en Moto-azabu, en Tokio, y trabaja en el desarrollo de creaciones experimentales como esculturas, instalaciones y objetos con plantas, desde árboles, hojas, musgos hasta flores, con el fin de aumentar su valor existencial y convertirlas en expresiones artísticas. “Mis obras poseen su propio tiempo, trabajo con todos los cambios que manifiestan estas vidas hasta que mueren y lo registro”, cuenta de paso por Buenos Aires, donde participó del
13er. Encuentro Sur Global, Bienalsur, organizado por la Universidad de Tres de Febrero.
Su intervención viene a recordar nuestro vínculo ancestral con las flores porque según cuenta Azuma, la historia de la relación entre la flor y el humano se remonta al período Jōmon (14.500 ac al
300 ac) de la prehistoria japonesa. “Encontraron el fósil de una flor enterrada junto con un cuerpo humano que data de ese período. Este hallazgo es la evidencia de que la flor siempre ha estado a nuestro lado, antes de usar las palabras, ofrendábamos flores. La flor es un lenguaje, un símbolo”.
“Dentro de este mundo tecnológico y trágico a veces, las flores son como mensajeros de la paz y de la calma. Estamos cada vez más alejados de la naturaleza, pero las flores nos invitan a recordar el vínculo que tenemos con la vida”, dice. Y en la moda la flor tiene un lugar privilegiado, “creo que el hecho de llevar ropa estampada con flores demuestra en forma visual este vínculo que lleva mucho tiempo”.
En abril último, el artista que envió un bonsái al espacio y fotografió un millón de flores muriendo, estuvo de paso por Buenos Aires en Bienalsur, para contar cómo es su método de trabajo y, además, viajó a Jujuy donde inició una instalación con flores nativas que terminará el año próximo.
Su arte despertó el interés de la moda alrededor del mundo y fue parte de numerosas campañas, producciones, vidrieras y puestas en escena de desfiles de grandes firmas internacionales; Fendi, Dior, Helmut Lang, Hermès o Dries Van Noten son algunas de las que lo convocaron. “Admiro el trabajo de estos grandes diseñadores que siguen renovando la forma en que presentan sus colecciones pero siempre conservando su personalidad y, a la vez, transmitiendo un mensaje. Siguen llevando adelante la historia de la moda”.
En la presentación de la colección verano de Dries Van Noten, durante la semana de la moda de París el año último, Azuma exhibió en la pasarela una espectacular instalación de flores congeladas. A propósito de esta participación con el diseñador belga, explicó: “Dries tiene mucho conocimiento sobre las flores y las plantas. Fue interesante trabajar con él porque en Japón, cuando nos enfrentamos a la belleza de algo decimos que es tan bello para temer, o es bello hasta en su lado escondido. Dries tiene ese entendimiento sobre lo bello y es una de las personas con quienes puedo compartir lo poético de la belleza. En esa pasarela, la flor no fue un simple adorno, sino que logramos crear una trinidad entre la moda, el espacio y las obras. Impactante”.
Moda + arte
En nuestro país, hay numerosos ejemplos de encuentros entre el arte y la moda sobre la pasarela, como el que logró laurencio ad ot cuando presentó su colección AmArte nelM use oFortabat con una paleta inspirada en la obra del artista contemporáneo argentino Juan José Cambre. O las recordadas alianzas de Martín Churba que presentó en Designers, en marzo de 2015, su colección Bosque, inspirada en los dibujos de la artista plástica Rosaskificquer emitían ala oscuridad del bosque, alas texturas de los árboles y al medioevo; o en esa misma edición, la de Jessica Trosman que convocó a Vicente Grondona, pintor, dibujante y escultor para la creación de su colección Mutuatromorfa, que dibujó paisajes y retratos sobre los shablones empleados para las estampas.
No es novedad que los diseñadores se nutren del arte para dar vida a sus colecciones, pero también el arte se sube a la pasarela en puestas en escena fabulosas como la de las flores de Azuma en la pasarela de Van Noten o como en el último desfile de otoño invierno de Gucci, ambientado en un quirófano donde los modelos cargaban una réplica de sus cabezas decapitadas que fueron minuciosamente elaboradas por Makinarium, una fábrica italiana llevada adelante por artistas que integran técnicas artesanales y diseño 3D.