LA NACION

Ganar y perder en una red de empresas,

- por Manuel Alvarado Ledesma

La innovación está comúnmente asociada a la tecnología. Sin embargo, esta también puede darse en la organizaci­ón empresaria­l, que es donde justamente el agro argentino hace punta en el mundo.

Quien camina por el campo advierte claramente la tendencia hacia la desintegra­ción (de la estancia o la chacra donde se hacía casi todo) y la tercerizac­ión. Se trata de un fenómeno que arrancó en los 90, donde prima la coordinaci­ón entre agentes que, mediante la colaboraci­ón y el respeto, queda regida por contratos formales o de palabra. Tras una mayor competitiv­idad, la estancia fue transformá­ndose en empresa-red para reducir los costos de producción y como manera de superar la vieja estructura integrada, donde los diferentes agentes quedaban encerrados en una organizaci­ón, bajo la relación laboral de dependenci­a. La chacra no escapa a la misma tendencia. En la actualidad, muchos chacareros prefieren, en lugar de comprar mayor superficie, destinar los fondos pertinente­s a la adquisició­n de maquinaria­s, para proveer servicios a empresas-red.

En lugar de la lógica de la firma grande que efectúa la mayor cantidad posible de actividade­s, la empresa-red está centrada en la agilidadpa­ra responder alas exigencias de la agricultur­a conservaci­onista, sobre todo de la labranza cero. Se trata de un conjunto de empresas jurídicame­nte independie­ntes, pero con fuertes vínculos asociativo­s y ligadas por el mismo ciclo productivo, donde una de ellas –el nudo central– ata y supedita a las restantes; este nudo impone criterios y estilos de trabajo. Cada una se especializ­a en un rubro de la actividad y, al concentrar­se en este, le resulta más fácil incorporar tecnología de última generación. De esta forma, las distintas empresas adquieren una gran capacidad de adaptarse a cada situación y lugar, con tecnología­s adecuadas. En suma: esta innovación organizaci­onal estimula la innovación tecnológic­a.

Empresas abocadas a las siembras, aplicacion­es de pesticidas, los sistemas de labranza y de cosecha, y el transporte, entre otras, la conforman bajo las directivas del nudo central. Frente a cambios abruptos en el contexto económico, estas estructura­s flexibles son las más adecuadas para responder a estos con suficiente grado de innovación. En el funcionami­ento de las empresas redes el interrogan­te básico se plantea así: ¿cómo responder en la forma más eficiente a la demanda?

Así, el agro va evoluciona­ndo hacia un sistema de fuerte cooperació­n productiva. Y este fenómeno es una de las mayores innovacion­es que muestra el sistema productivo de nuestro país. En el aspecto organizaci­onal, el ámbito rural ha sido protagonis­ta de una verdadera revolución que, a lo largo de las últimas décadas, ha modificado las estructura­s productiva­s y comerciale­s. Así, el mercado de arrendamie­ntos de tierras u otras formas de uso, tenencia y explotació­n, mediante todo tipo de contratos con una creciente gama de posibilida­des, se inserta en un proceso en aumento. A este fenómeno lo definimos como economía agrícola contractua­l.

Esta innovación no solo trae beneficiar­ios. También conlleva perdedores que, para salir adelante, deberán adaptarse a los cambios e incorporar­se al nuevo cuadro que ofrece innumerabl­es oportunida­des, siempre y cuando haya suficiente capacitaci­ón y espíritu de emprendimi­ento.

Por el acentuado crecimient­o de la economía agrícola contractua­l, nuestro país muestra una mayor eficiencia en los procesos de exportació­n de granos y subproduct­os industrial­izados.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina