El panorama no es tan crítico como parece
Ala vista de los acontecimientos en materia económica que están atravesando al país en las últimas semanas, el mercado no quedará inmune a las consecuencias de la turbulencia financiera, pero no tendría que converger en un desplome radical de la actividad en el corto y mediano plazo. El histórico bimonetarismo, que se refleja en propiedades que se cotizan en dólares como moneda de reserva de valor, y, una economía que en lo cotidiano se maneja en la moneda de curso legal, el peso, siempre ha sido un escollo difícil de sobrellevar que repercute en la valorización de las propiedades, pero esta no es la única variable en la determinación de los precios de plaza. Sí, es una realidad que el aumento del dólar incide directamente en la toma de créditos y que muchos quedan afuera de esta alternativa, que sin dudas ha sido la política más efectiva en lograr reactivar al mercado inmobiliario en el último año y medio. Si el Gobierno hipotéticamente lograra reducir el déficit fiscal, domesticar de manera efectiva la inflación y evitar que el crecimiento de la economía se resienta por debajo de las metas ya trazadas de aquí en más, no debería ser la coyuntura actual tan desequilibrante para la actividad ni generar preocupación desmedida, asumiendo sí que el dólar se seguirá apreciando en cierta medida y que habrá, sin dudas, menor crecimiento. por lo pronto, la crisis financiera no debería reflejarse en una baja repentina de las cotizaciones en el corto plazo, dependiendo esto de cada segmento, aunque sí en una merma en la demanda y en un probable escenario de contraofertas más agresivas, que obligarán a reacomodar ligeramente los precios a la baja para lograr cerrar las operaciones. a largo plazo, todo dependerá de cómo el Gobierno instrumente una política económica seria creíble y articulada responsablemente junto a los distintos sectores de la política •