Cuatro expertos para entender más allá de la pelota
lanza una serie de columnas en la que periodistas de diferentes secciones del diario la nacion enriquecerán la cobertura con su particular visión de lo que suceda en estas intensas semanas
El Mundial es fútbol, pero no solo fútbol. Un Mundial es, sobre todo, ese estado de ánimo colectivo que energiza un país a lo largo de cinco semanas, en especial si todo sale bien en lo deportivo, como sucedió cuatro años atrás. El fútbol influye en lo político, lo económico, lo social, se mete en la vida del núcleo familiar, en las rutinas de las parejas, en los grupos de amigos. Prácticamente nadie, prácticamente nada es inmune al Mundial. Con el inicio de Rusia 2018, la nacion lanza una sección especial dentro de su cobertura de la gran cita deportiva del año: Outsiders. Cuatro firmas reconocidas de nuestras páginas para analizar el efecto del Mundial en la vida diaria, con Carolina Arenes; lo que se vea y cómo se lo vea en las múltiples pantallas, mediante Marcelo Stiletano; lo que esconde cada partido en el nivel geopolítico, vía Andrés Malamud, y un “De no creer” futbolero con el particular humor de Carlos Reymundo Roberts. Los cuatro autores se reunieron en un entorno bien futbolero, el estadio Monumental, escenario en que la Argentina obtuvo su primer título mundial, para debatir sobre la inminente llegada de Rusia 2018. Y aunque ausente en la foto, también se sumará Pablo Plotkin, que vivirá los partidos mano a mano con personalidades y celebridades ajenas al fútbol, verdaderos outsiders de la pelota. –¿Ven paralelismos con el proceso previo a México 86? Reymundo Roberts: –Lo hay en el sentido de que los dos llegan desahuciados. Yo me acuerdo perfectamente la etapa previa al Mundial 86. Hicimos un asado con la sección Deportes y la apuesta era que no pasaba la primera rueda. El equipo era un verdadero desastre, un desastre. Fue campeón del mundo y además un buen campeón del mundo, jugamos bien.
Malamud: –Yo tengo una lectura mucho más optimista. Después de las últimas seis victorias creo que Jaguares está para hacer cosas grandes. ¡El Mundial de 2019 es nuestro! [risas] –Andrés, ¿por qué en este Mundial es tan importante escribir sobre la geopolítica del Mundial? Malamud: –Porque el fútbol es muy importante, el deporte más importante del mundo, y sin embargo no juegan las principales potencias políticas y demográficas del mundo. Me interesa mucho ese contraste, la disonancia que existe entre los viejos imperios, Europa, algunas de sus colonias, nosotros, y la ausencia de Estados Unidos, China y la India, y qué impacto tiene esto en el soft power, en el poder blando, en la capacidad de seducción que tienen los países. Y ahí vemos cómo países declinantes, como los europeos, y no ascendentes, como nosotros, tienen alguna capacidad de atracción y algún valor comercial, en un deporte en el que los grandes fallan. Estos países tienen esa capacidad de atracción gracias a haber ganado mundiales, gracias a estar en el Mundial. –Marcelo, has escrito tradicionalmente sobre cómo se muestra y se ve el Mundial en la tele. ¿Qué va a ser diferente esta vez? Stiletano: –Cada Mundial marca un salto tecnológico en la producción audiovisual, es escenario para pruebas. Pero se dieron circunstancias en los años anteriores que llevaron a un retroceso, a una pausa para ir a otro lado. Por
ejemplo: me acuerdo de haber visto el 4-0 de Alemania a la Argentina en Ciudad del Cabo en un cine en una pantalla 3D. Y resultó ser un fiasco. Se demostró que el 3D no funcionaba para transmitir partidos en vivo. Malamud: –El 4-0 es lo que no funcionó… [risas] Stiletano: –¡Además! Ojalá tuviera yo el cinco por ciento de la ironía que tiene este caballero para escribir sus columnas… Desde el punto de vista de las pantallas, creo que este será el Mundial de la inmediatez, el de las múltiples pantallas. Vamos a querer contar todo, porque hay muchas pantallas, de la manera más rápida e instantánea posible. –¿Es este el primer Mundial en el que no hablaremos de la tele, sino de televisión en un sentido mucho más amplio? Stiletano: –Hablamos en un sentido mucho más amplio, sí. La tele convencional se limitaba a una sola pantalla, ahora tenemos una multiplicidad y cada una puede representar una manera distinta de funcionar. Quizás estemos ante algo que todavía no tiene nombre. –El fútbol se ha acelerado en parte también porque se aceleró la vida. ¿Qué le pasa a la vida “normal” durante el Mundial, Carolina? ¿Se anula? Arenes: –No, no, me parece que la vida se enriquece con la pelota. La gente suma un nuevo ritual que lo altera todo, pero no me parece que se anule. El Mundial es la vida real también. Claro, hay peleas con los chicos por ir o no a la escuela, aunque son cada vez más las escuelas que muestran los partidos en clase. –¿Creés que el Mundial debería ser una asignatura en la escuela en las semanas que vienen? Arenes: –Yo creo que si sos un docente inteligente lo sumás, claro. De todo se aprende. –Los noto un tanto pesimistas… Los comprometo a un pronóstico: ¿hasta dónde llega la Argentina en el Mundial? Malamud: –El Mundial es un gran igualador en la primera parte, ahí los ricos y los pobres son iguales. Islandia compite y Estados Unidos no. Pero después de la fase de grupos se abre otro Mundial. De ese soy incapaz de pronosticar. Del primero, también. [risas] Stiletano: –Creo que vamos a llegar sin problemas hasta cuartos. A partir de ahí creo que los equipos más consolidados, más armados, le van a encontrar las flaquezas a la defensa argentina. Hay que ver si ataque por ataque se impone el talento del mejor Messi y su magia o volvemos a fracasar en esa instancia. Arenes: –Ojalá Argentina esté la mayor cantidad de semanas posible, porque la vida con el Mundial es divertida. –¿Cuántas velas tiene que encenderle el gobierno de Mauricio Macri a la selección y a Messi? Reymundo Roberts: –Bueno, depende de cómo esté el tipo de cambio en ese momento. Si la tasa de interés está en 80 va a tener que encenderle unas cuantas velas… Igual, es totalmente efímero. Salgas campeón o te vayas en la primera rueda, la vida sigue, como dijo Carolina. Arenes: –No creo que termine incidiendo tanto, hubo momentos en la historia en los que un Mundial tenía más incidencia y había que pelearla. Estamos hablando del Mundial 78, en el que se jugaban otras cosas. Ha habido triunfos y fracasos y el humor social se demuestra fugaz. Stiletano: –Me preocupa que el gobierno quiera incidir en el humor social a partir de apostar por y encenderle demasiadas velas al equipo argentino en el Mundial. A veces hay una creencia medio atávica, la creencia mágica del éxito deportivo trasladado a lo político. Malamud: –Importa más la duración que el resultado. El resultado es efímero. El Mundial puede durar tres semanas o seis para la Argentina, pero lo que debe importarle al gobierno es que dure lo máximo posible.