Preocupación física P. 2
Ante indicios de posibles lesiones, Sampaoli prefiere bajar la intensidad y liberar a los jugadores
BARCELONA.– ¿Puede el ruido argentino alterar la música catalana? La selección argentina transita la vigilia del Mundial con los pies en esta ciudad, aunque a sus oídos llega inevitablemente el eco de lo que se dice del otro lado del océano. Alcanzaba con pararse ayer a la tarde en el lobby del hotel Princesa Sofía para comprobarlo: los integrantes del cuerpo técnico caminaban, la mayoría sin la ropa oficial, mientras las pantallas de sus teléfonos devolvían notas de medios y comentarios de las redes sociales que cuestionaban la licencia de un día y medio que Jorge Sampaoli acababa de darle al plantel. Apenas del otro lado de la puerta, bajo la llovizna, un grupo de hinchas autoconvocados subía el sonido de tambores y los cantos, en un banderazo dedicado a los jugadores. La paradoja estaba servida: no había destinatarios que recibieran el regalo.
La agitación no le movió demasiado el amperímetro al entrenador, que charlaba animadamente con Paco Seirulo en un bar del hotel. Vaya a saber, pero quizás quien es señalado como el artífice de la metodología de trabajo del majestuoso Barcelona de Pep Guardiola pudo haberle dicho al técnico argentino una de sus frases más altisonantes: “La preparación física no existe”, reflexionó una vez el catalán. Ese tópico era el tema del momento fuera del entorno en el que tomaban café: ¿necesitaban los cuerpos de los jugadores hacer una pausa así? ¿Por qué darles ese descanso a futbolistas que en menos de dos semanas debutarán en el Mundial? Desde el cuerpo técnico creen que explicarlo públicamente es darles crédito a los que pontifican que se trata de un error grosero, pero igualmente dejan saber sus razones. Una de ellas hace hincapié en el trabajo ya realizado: pasaron hasta ahora 21 sesiopudieran nes de entrenamientos desde el 14 de mayo, cuando los primeros cinco desembarcaron en el predio de Ezeiza (Mascherano, Salvio, Lanzini, Agüero y Tagliafico). Por comparación, esgrimen que Alemania y España recién comenzaron a hacerlo el lunes 28. Y que algunos jugadores que pisarán Rusia –la mayoría de los que disputó la final de la Champions League entre Real Madrid y Liverpool– todavía están de vacaciones, como Cristiano Ronaldo...
El otro elemento, el que más pesó en la decisión, se amasaba desde hacía un par de días: el profesor Jorge Desio notaba que había futbolistas sobrecargados, lo que aconsejaba no arriesgarlos para que sufrieran una lesión muscular. Lo más conveniente, desde su punto de vista, era otorgarles un descanso en medio del camino y no aventurarse a que un desgarro dejara fuera del Mundial a alguno. Así, la licencia les cerró como la mejor idea para este momento. ¿Balancearon que recibir críticas negativas por la medida? “No escucho y sigo”, habrá copiado Sampaoli a Callejeros, su banda favorita. Mientras tanto, el beneficio fue utilizado para visitar a familiares: como Sergio Agüero, que el sábado celebró su cumpleaños con su mamá y sus hermanos, otros jugadores también recibieron visitas en la ciudad en estos días. Muchos otros aprovecharon para salir a comer o caminar por las calles catalanas, gozando de la oportunidad de poder pasar inadvertidos en semejante ciudad. Solo uno tiene domicilio en Barcelona: Leo Messi, claro, que después del almuerzo grupal y antes de dejar el Princesa Sofía se sacó una foto con Ramón Puerta, el embajador argentino en España, que pasó a saludar al plantel. A la noche, cuando la lluvia le había dado paso a una temperatura en descenso en el distrito Les Corts, ya todos ingresaban de vuelta a sus habitaciones, pese a que no estaban obligados a pasar la noche allí. Se cumplía eso que el propio Sampaoli valora como natural: en este contexto súper profesional, nadie como los propios futbolistas saben medir qué hacer y qué no. Con un Mundial, además, que para 15 de los 23 convocados será el primero de sus vidas.
En todo caso, lo que las horas libres ponen en relieve es aquello por lo que el entrenador había hecho fuerza desde que se planificó la gira: ¿tan importante era evitar realizar una visita al papa Francisco en el Vaticano para no perder un entrenamiento, como se adujo cuando desde la AFA se barajó la posibilidad? Y en la misma línea: ¿tiene sentido protestar por el viaje a Israel a jugar un amistoso porque irse un día antes de Barcelona implicará una sesión menos de trabajo? Como sea, la hoja de ruta de la semana fue mutando casi a diario: cuando la selección llegó aquí el jueves, la información oficial indicaba que este lunes se trabajaría en doble turno;
el sábado, el mismo parte decía en cambio que se lo haría solo por la tarde; hasta que ayer al mediodía se terminó eliminando el entrenamiento de la grilla.
Hoy, en todo caso, la jornada de descanso será matizada con ejercitaciones en el gimnasio, una práctica que muchos eligen –supervisados por los preparadores– para mantener una mínima actividad física los días en los que no tocan la pelota. Con ella habían trabajado en dos grupos en la mañana del domingo en la Ciudad Deportiva Joan Gamper; porque es sobre el campo de juego, debates y polémicas mediáticas al margen, donde el plantel sigue buscando las asociaciones que necesita. Para eso se utilizan los entrenamientos cortos e intensos. Para que Maximiliano Meza empiece a pelearle un lugar a Manuel Lanzini como interior derecho; para que Mascherano siga mostrándole al cuerpo técnico que puede meterse en el equipo y relegar a Biglia; para que Higuaín se mantenga un paso adelante de Agüero mientras Kun recupera el ritmo; para que Lo Celso se plante como el bendito mediocentro de salida que el DT tanto reclama, aunque solo se haya puesto cinco veces la camiseta argentina; para que Caballero se plante en el arco por más que el huracán Armani sople fuerte; para que Mercado demuestre que puede ser el acompañante de Otamendi en la zaga; para...
Para que, al fin de cuentas, la selección encuentre su mejor perfil, ahora que el tiempo de las pruebas se va agotando. Más allá o más acá de los ruidos molestos o la música que acompaña.