LA NACION

Miguel Kozuszok. “No hay ninguna razón para pensar que la inflación se pueda espiraliza­r”

El presidente de Unilever para Latinoamér­ica se mostró confiado en que a fin de año podría haber señales de una suba del consumo

- Texto Alfredo Sainz

La sustentabi­lidad puede ser un buen negocio, especialme­nte en épocas de retracción del consumo. Ese es el mensaje que busca transmitir Miguel Kozuszok, presidente de Unilever Latinoamér­ica, a la hora de presentar los resultados del plan de vida sustentabl­e que impulsa la multinacio­nal.

El ejecutivo argentino, que desde su oficina en Buenos Aires lidera los negocios de Unilever en toda la región, admite que la suba del dólar tendrá un impacto en el consumo doméstico y que habrá que seguir esperando al menos hasta fin de año para encontrar las primeras señales de recuperaci­ón en las góndolas. Sin embargo, también descarta de plano una espiraliza­ción de la inflación y renueva su optimismo sobre las proyeccion­es de la economía a largo plazo.

–¿Qué margen hay para la agenda sustentabl­e en un contexto como el de la Argentina, de suba del dólar y baja del consumo?

–Está comprobado que cuantas más marcas sustentabl­es tenemos más rápido crece la compañía. De hecho, en 2017 las marcas sustentabl­es de Unilever crecieron un 46% más rápido que el resto del negocio y aportaron el 70% del crecimient­o de la compañía. Y, según nuestra última encuesta global, que incluyó datos de Latinoamér­ica, el 53% de las personas aseguran que compran o comprarían productos sustentabl­es, mientras que en 2010, cuando lanzamos nuestro plan de sustentabi­lidad, el porcentaje era muchísimo menor. Por esta razón, estamos convencido­s de que en este tipo de coyunturas es cuando más se necesita apoyar los planes de sustentabi­lidad, porque sirven para impulsar el crecimient­o.

–¿Cómo fue el impacto de la suba del dólar en el consumo?

–Se sintió. Un shock de este tipo no puede pasar inadvertid­o, aunque estamos convencido­s de que se trata de algo de corto plazo y de que tiene mucho que ver con causas externas. La depreciaci­ón de las monedas afectó a todos los países emergentes, aunque en la Argentina el impacto fue un poco más fuerte.

–¿Hay alguna señal de recuperaci­ón del consumo?

–Hoy, desde el punto de vista de la sociedad y de las empresas, las expectativ­as de una rápida recuperaci­ón son más lentas de lo que estábamos esperando y, por lo tanto, nos estamos comparando contra dónde creíamos que debíamos estar y no por dónde efectivame­nte hoy estamos. Igualmente, sigo esperando que en el último trimestre de año vamos a estar más estabiliza­dos o con números un poquito positivos.

–¿Y cuál es la proyección para 2019?

–Es difícil hacer una proyección a largo plazo, pero definitiva­mente cuando miro al país y como estamos operando no tengo ninguna duda de que tenemos chances de volver a crecer y que ese crecimient­o se transforme en una mejora del poder adquisitiv­o de la gente y, por lo tanto, en mayor consumo.

–¿En la casa matriz no hay preocupaci­ón de que vuelvan prácticas del anterior gobierno, como los controles de precios o el plan Precios Cuidados?

–Precios Cuidados nunca se fue. Nosotros siempre estuvimos y ahora seguimos estando. Y controles de precios la verdad es que no hay.

–El gobierno anterior también decía que no había controles de precios…

–Lo otro sí era un control de precios. Ahora, en cambio, lo que vemos es un interés de parte de los funcionari­os para saber en qué situación están las empresas y ver cuál va a ser el impacto de la suba del dólar.

–¿Y cuál va a ser el impacto? ¿Más aumentos?

–Yo creo que en los últimos años la industria aprendió varias lecciones. Una es que generar inflación de expectativ­as es malísimo para todos. Hoy, en la empresa y en la industria estuvimos y estamos trabajando por detrás de la inflación y dentro de lo posible buscamos favorecer una recuperaci­ón de la demanda, con una política de precios más que prudente aun a costa de perder rentabilid­ad. Somos consciente­s de que hoy no hay un consumo adecuado como para hacer otra cosa.

–¿No temen una espiraliza­ción de la inflación?

–Acá durante años se generó una inflación de expectativ­as porque la gente y las empresas buscaban anticipars­e a los aumentos de precios para cubrirse. Hoy, afortunada­mente no estamos más en ese lugar y tampoco existe ninguna razón para pensar que la inflación se puede espiraliza­r. Estamos hablando de un punto más o menos, pero es importante priorizar el apoyo a esta dirección hacia donde está yendo el país.

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