LA NACION

Tesla se convierte en un blanco atractivo para una compra

La lista de candidatos incluye desde firmas de tecnología hasta otras automotric­es, pasando por la propia empresa espacial de Elon Musk

- tecnología Desarrollo incierto

tuit reciente de Elon Musk, el dueño de la marca de autos eléctricos Tesla, muestra un video del Modelo X en pruebas de vuelco. El vehículo es impulsado rápidament­e sobre un carro hasta que choca con una trampa de arena, lo que hace volcar el auto. El Tesla se balancea entre terminar completame­nte volcado sobre su techo o volver a caer sobre sus ruedas. Es una metáfora adecuada para una firma que oscila entre cumplir su promesa y sucumbir a sus problemas financiero­s.

En abril pasado, Adam Jonas, del banco Morgan Stanley, dijo que los próximos tres meses serán “el período más crítico en la historia de Tesla” desde que lanzó su Modelo S de lujo, hace seis años.

El paso de un nicho en autos eléctricos costosos a llevar la energía de las baterías a las masas ha sido problemáti­co, por decir lo menos. Hasta hace poco, la firma esperaba estar produciend­o 10.000 unidades de su Modelo 3 (el más barato) por semana para fines de 2018. Pero las dificultad­es con una línea de producción altamente automatiza­da significan que solo 2000 unidades están saliendo de la fábrica cada semana. Incluso la meta revisada de 5000 se ve distante.

Como resultado de este incumplimi­ento en las metas, la compañía sufre un drenaje de fondos y de altos ejecutivos. Alrededor de 20 gerentes han partido desde el comienzo de 2017. Los choques en los que estuvo involucrad­o el sistema de autoconduc­ción, Autopilot, también han afectado su reputación.

Malas noticias

A principios de mayo, en una llamada peculiar para informar de los ingresos, el propio Musk rechazó preguntas de analistas de Wall Street acerca de los problemas de producción y la falta de fondos, calificánd­olas de “secas”, y etiquetó a un analista que preguntaba por la necesidad de Tesla de obtener fondos de “cabeza dura aburrido”.

El torrente de malas noticias ha afectado las acciones de Tesla, que cayeron 28% desde su pico, en septiembre de 2017. Varios analistas de acciones calculan que la firma pronto se quedará sin fondos y tendrá que obtener otros US$2000 millones o más este año.

El banco Goldman Sachs va más allá, estimando que introducir nuevos lanzamient­os, como el Modelo Y, un SUV más pequeño, y un camión eléctrico, junto con la refinancia­ción de su deuda, requerirá obtener US$10.000 millones para 2020. El banco agrega que sus problemas de producción podrían llevar a una caída de las acciones de Tesla en un tercio en los próximos seis meses.

Tesla sigue siendo más valiosa que Ford, pero si continúa la caída podría convertirs­e en un blanUn co atractivo. La pregunta es ¿para quién? Un fabricante automotor existente podría superar las dificultad­es de Tesla para producir masivament­e su Modelo 3 y satisfacer a las más de 450.000 personas que han dado un depósito en concepto de adelanto.

Hace unos años, antes de que las acciones de Tesla se fueran por las nubes, circularon rumores de una oferta de uno de los fabricante­s alemanes de primera línea. Pero ahora todos ellos tienen en preparació­n modelos que compiten con el de Tesla. Una firma del mercado masivo que ha hecho menos progresos en electrific­ación, como Fiat Chrysler Automobile­s, podría estar interesada si el precio fuera lo suficiente­mente bajo.

Una gran firma de tecnología también podría ser un pretendien­te. En un tiempo se decía que Apple tenía un ojo puesto en Tesla, antes de concebir y luego abandonar sus propios planes para hacer un auto. La compañía fundada por Steve Jobs está bajo presión para encontrar un nuevo producto exitoso y tiene suficiente­s fondos como para comprar Tesla, aun si el precio de las acciones cayera menos de lo que muchos prevén. Waymo, la unidad de coches autoconduc­idos de Google, también podría querer poseer hardware para complement­ar su propio software de conducción autónoma.

Tiempo de definicion­es

Los gigantes tecnológic­os chinos también podrían verlo como un activo deseable. Tanto Tencent, que ya tiene una participac­ión del 5% en Tesla, como Baidu son inversores en NIO, uno de los contendien­tes más plausibles entre una cantidad de competidor­es con respaldo chino como Faraday Future y WM.

Junto con Alibaba, firmas chinas están invirtiend­o grandes sumas en el desarrollo de vehículos eléctricos, conducción autónoma y servicios de movilidad. El SoftBank de Japón también tiene abundante dinero, le gusta invertir en negocios de tecnología más maduros y alienta las sinergias entre las firmas en las que participa como socio. Dado que entre estas se incluyen Uber y Didi, dos firmas de viajes compartido­s, Tesla sería un aporte útil.

O quizá Musk podría realizar otro plan. “Ojalá pudiéramos ser privados”, le dijo a la revista Rolling Stone en noviembre. Si Tesla fuera lo suficiente­mente barata, quizá SpaceX, su firma de cohetes privada, podría adquirirla, así como Tesla en 2016 compró SolarCity, una empresa de energía en dificultad­es que también lo tenía como su mayor accionista.

Tesla podría tener que contener sus ambiciones si fuera por este camino. Pero Musk se vería librado de gente aburrida y cabeza dura.

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Shuttersto­ck Tesla no cumplió su meta de producción
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