LA NACION

Tagliafico, Lanzini y Lo celso, la pequeña revolución de sampaoli

Tagliafico, Lanzini, Lo Celso, Meza y Pavón, el ala renovadora por la que apostó el DT para abrir el necesario recambio de la selección en la era Messi; son defensores, volantes y delanteros, pero con el mismo perfil: agresivos para jugar, al espacio o en

- Andrés Eliceche

BARCELONA.– Un día la era Messi acabará. ¿El 15 de julio, después de la final del Mundial? Quién sabe, tal vez más adelante. Pero aquí y ahora, Jorge Sampaoli pone el ojo en la joven guardia, su pequeña revolución. Pero, ¿cómo insertarla en la vida del capitán, cómo lograr que figurativa­mente dejen de tratarlo de usted, como conseguir que lo bajen del póster? El cuerpo técnico impulsó un modo para que los chicos se relacionen más con Messi: que el 10 forme parte de distintos grupos en los ejercicios con pelota en espacios reducidos. “Si siempre practica con los mismos, es más difícil que los demás den un paso al frente cuando les toque compartir la cancha en un partido”, razonan alrededor del entrenador.

Hacían falta interpréte­s que iniciaran la transición. Y allí están ellos, un lote de cinco futbolista­s de no más de 25 años que Sampaoli introdujo en el equipo y están llamados a dar ese salto. Nombre y colegio: Giovani Lo Celso (22 años, Paris Saint Germain), Manuel Lanzini (25, West Ham), Maximilian­o Meza (25, Independie­nte), Cristian Pavón (22, Boca) y Nicolás Tagliafico (25, Ajax). Son ellos los que encabezan la reclamada renovación junto a Dybala (24, Juventus), que ya había debutado con Martino.

Se necesitaba­n ideas nuevas para empezar a saldar la deuda interna. Lo supo enseguida Sampaoli cuando llegó a la selección argentina... Que los segundos dejen de apostar sus fichas siempre al primero, que se rebelen, que dejen de obligarse a buscarlo siempre con los ojos y la pelota. Y cuentan que lo están logrando... Desde el círculo del DT destacan que las complicida­des aumentan con los días: Pavón dejó de ser aquel que se quedó congelado cuando el capitán lo saludó por primera vez, en la gira por Rusia en noviembre, y ahora entiende como algo lógico que puedan tirar una pared contra Islandia. El delantero es el más rápido del plantel, según los registros obtenidos en los ensayos, en los que se mueve como extremo y también por izquierda. “Donde más me gusta jugar”, apunta.

A unir a la manada juvenil ayuda mucho que Messi, al borde de los 31 años, ya no se mueva solo en el círculo de sus compañeros históricos –Mascherano, Banega, Di María, Agüero, Higuaín y Biglia–. Ahora es él quien se les acerca a los jóvenes en los tiempos muertos de la concentrac­ión, como en sus comienzos a él lo integraban Roberto Ayala y Gabriel Heinze, y más adelante Verón, por ejemplo.

De los iniciático­s, Sampaoli empezó a darle más protagonis­mo al más joven de los 23 convocados: Lo Celso. El rosarino llegó con el bagaje de un año y medio de adaptación al fútbol europeo, donde se introdujo en una sintonía diferente: debió agregarle elementos tácticos a su juego naturalmen­te ofensivo. En el PSG jugó incluso un partido como único eje del mediocampo, nada menos que ante Real Madrid en el Bernabéu esta temporada, en los octavos de final de la Champions League. La derrota lo dejó retratado a él y a Unai Emery, el técnico que pensó esa solución. Lo Celso se tragó el sopapo, volvió a su posición de interior izquierdo y se mantuvo como titular en el club. Igual que en la selección, en la que aterrizó en noviembre pasado: “Hace lo que quiere con esa zurda”, lo elogia alguien del cuerpo técnico. Lo Celso tiene buen pase de salida, lo que Sampaoli antes buscó en Banega, ahora relegado. Es tímido, habla bajo fuera de la cancha y adentro se mueve sin ampulosida­des. Lleva apenas cinco partidos con esta camiseta: ¿soportará ser quien acompañe en esa función mixta a Mascherano en el nudo de la cancha? Imposible saberlo antes de que el Mundial suceda. Su falta de conocimien­to de la posición a veces lo lleva a correr de más, propio de su juventud. El ‘Mono’, mientras, prepara en su habitación del hotel catalán su primer Mundial con uno que ya jugó dos: Di María.

Esta semana, el jugador número 23 empezó a discutirle el puesto a Lo Celso. Meza, el último en sumarse en Ezeiza, le saca jugo a su condición de polifuncio­nal, el motivo que decidió a Sampaoli a anotar su apellido en cirílico. “Quiero ser un jugador completo”, razona quien puede moverse como interior –como en las últimas tres prácticas–, volante por los costados y también extremo. “Observo mucho a Messi, trato de leerlo cuando se mueve. Y en la cancha hablo mucho con él”, cuenta un detalle del día a día del complejo del Barça este correntino que tiene apenas dos partidos en la selección. El primero será inolvidabl­e por eso mismo, por la goleada en contra (fue el 6-1 de España, en marzo) y porque en el entretiemp­o el capitán –ausente por lesión– bajó al vestuario y lo felicitó, sorprendid­o por el nivel de quien apenas conocía.

Igual que Meza está Lanzini, dando batalla por ganarse un lugar entre los volantes. Va y viene: a veces juega por derecha –la mayoría– y en otras por izquierda, cuando intercambi­a con Di María. Si salta a la cancha como titular el sábado 16, el exvolante de River casi que estrenará su sociedad con Messi, una apuesta que el entrenador decidió hacer a pesar de algunas dudas sobre su físico: en el análisis previo a la convocator­ia le marcaban en amarillo cierta fragilidad y una propensión a sufrir lesiones musculares. Tiene aceleració­n y gambeta hacia adelante, pero no hay evidencias del tándem con Leo: sólo compartier­on 59 minutos en una cancha en sus vidas, los iniciales de la goleada a Haití en la Bombonera.

Tagliafico completa el grupo. Disciplina­do, en los meses previos a su citación definitiva le dedicó tiempo a ver videos del Barcelona: quería entender los movimiento­s de Jordi Alba, la solución que Messi suele encontrar en la banda izquierda. Solo cuatro partidos le alcanzaron para meterse entre los 23 y enterrar cualquier duda: el puesto es suyo, por más que Cristian Ansaldi y Marcos Acuña se posicionen como alternativ­as. Justamente Acuña (26 años, Sporting de Portugal), como los cinco más jóvenes y Armani y Caballero, también se estrenó con Sampaoli.

De menor a mayor, la joven guardia sampaolian­a forma fila: Lo Celso, Pavón, Meza, Tagliafico y Lanzini llegarán a Rusia con un exámen mundial por delante.

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A. greco / e. especial lanzini, meza y Tagliafico, en el medio y bajo la lluvia, mezclados con históricos como messi, mercado (espalda), di maría, Higuaín –semitapado–, Rojo y Otamendi

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