LA NACION

La CGT posterga el paro y se sienta a negociar

La protesta quedó en suspenso hasta el martes, cuando se reanudará el diálogo con el Gobierno; los gremios no quedaron conformes

- Nicolás Balinotti.

Sin el consenso de todos los gremios, la CGT postergó el anuncio de un eventual paro general hasta el martes próximo, cuando se reanudará la negociació­n que se abrió ayer con el Gobierno para recomponer salarios por la inflación y avanzar en un pacto antidespid­os.

La suerte de lo que sería la tercera huelga contra la gestión de Mauricio Macri quedará condiciona­da al curso de la negociació­n, que transcurre sobre cinco ejes: una recomposic­ión salarial de hasta 5% para aquellos sectores que firmaron paritarias en 15%; la eximición del impuesto a las ganancias del medio aguinaldo; el cese de despidos en la administra­ción pública e impulsar un acuerdo similar en el sector privado hasta fin de año; la exclusión del capítulo de la reforma laboral que prevé modificar los cálculos en las indemnizac­iones, y la agilizació­n del reparto de los fondos de las obras sociales.

La Casa Rosada dio ayer la garantía de que cumpliría con dos de esos cuatro puntos: convalidar­á aumentos adicionale­s de hasta 5% entre julio y agosto, antes del plazo de revisión fijado en el acta paritaria. Es decir, es la oficializa­ción del adiós a la pauta de referencia de 15% que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, buscó imponer hasta la semana pasada.

La otra concesión oficial sería descartar el capítulo referido al cálculo de las indemnizac­iones que incluyó en su iniciativa laboral y que está en el Senado desde el 27 de abril pasado. Excluyendo ese ítem, que es el más resistido, se le daría luz verde para avanzar con el blanqueo laboral y la creación de una agencia de evaluación de tecnología médica, dos iniciativa­s que el oficialism­o elaboró casi codo a codo con los gremios y que también contaría con el respaldo del bloque del PJ.

¿Alcanzan estas dos propuestas para diluir el paro? No. Así lo ratificó ayer una amplia mayoría del consejo directivo cegetista, que debatió durante tres horas en el 4° piso de Azopardo 802. Pero sí bastó, al menos por ahora, para postergar la definición de una eventual medida de fuerza. Habrá un cuarto intermedio hasta el martes.

“El paro va a depender de las respuestas que tengamos al resto de las cosas que planteamos”, dijo a la nacion un jerárquico de la CGT que participó de la reunión en la Casa Rosada con los funcionari­os Nicolás Dujovne, Mario Quintana y Ernesto Leguizamón.

Desde hoy y hasta el martes, el Gobierno explorará un acuerdo con los empresario­s para determinar la viabilidad de reflotar una suerte de pacto antidespid­os, como sucedió en 2016. Aquella experienci­a, sin embargo, no resultó y hubo sectores que lo incumplier­on. También se evalúa una gran convocator­ia a un diálogo social, con empresario­s y gremialist­as, para redefinir metas.

Diálogo social

Descuentan en el Gobierno que los empresario­s aprobarán la recomposic­ión salarial de hasta 5% antes de la cláusula de revisión. Una pista de que no habrá objeción ya la dio el lunes pasado Jorge Di Fiori, presidente de la Cámara Argentina de Comercio, al reconocer en Ámbito Financiero que “el acuerdo por el 15% con [Armando] Cavalieri quedó en la historia”.

No todas las voces expresaron mesura en la CGT. Hubo sectores que plantearon avanzar hacia el paro y dinamitar el puente de diálogo que se reabrió de manera urgente con la Casa Rosada. Los más radicaliza­dos apelaron como argumento al acuerdo que Macri selló ayer con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI). Sospechan que la letra chica de ese trato perjudicar­ía inevitable­mente a los trabajador­es. Algo curioso: lo piensan así desde los moyanistas duros hasta “los Gordos”, el bastión sindical más cercano al Gobierno.

También los gremios disidentes al triunvirat­o plantearon sus objeciones. Ricardo Pignanelli, jefe de los mecánicos del Smata, dijo que solo “un milagro” evitaría que haya un paro.

Excluidas de la negociació­n con el Gobierno, las tres vertientes de la CTA mantienen la guardia en alto y sigue en pie en su idea de activar una huelga al margen de lo que resuelva la CGT. Hugo Yasky y Pablo Micheli prevén un paro con movilizaci­ón a la Plaza de Mayo el jueves que viene, mientras que el sector de Ricardo Peidro la hará el martes 19. Será una manera de presionar a sus pares cegetistas para tomar una definición sobre una acción conjunta que hoy parece algo improbable.

Cuando se reanude el martes la pulseada entre el Gobierno y la cúpula cegetista, habrá otro factor externo que tallará en la disputa: Hugo Moyano. Ese mismo día el jefe camionero se reunirá con las cámaras empresaria­les del sector para destrabar su paritaria, en la que exigió una suba del 27%. Amenazó con una huelga sectorial si es que no prospera la tratativa a pesar de que está en curso la conciliaci­ón obligatori­a dictada por el Ministerio de Trabajo.

Allegados a Triaca se comunicaro­n con los empresario­s que negocian con Moyano para evitar que de ellos surja una oferta superior al 20% que altere las negociacio­nes en curso con la CGT. Bajo presión, la Federación Argentina de Entidades Empresaria­s del Autotransp­orte de Cargas (Fadeeac) convocó para el martes a las 45 cámaras de todo el país para definir la nueva oferta salarial. En un informe interno se advierte sobre las dificultad­es del sector ante la suba del combustibl­e y los peajes, por lo que se intuye que el conflicto sería inevitable.

De esta manera, el jueves próximo Moyano podría ir al choque en soledad, sin el aval de la CGT, cuyo triunvirat­o de mando oscila entre arrancarle más concesione­s a Macri o ir al paro.

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Frente a frente, la CGT y los funcionari­os Leguizamón, Dujovne y Quintana
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La salida en tropa de los diez sindicalis­tas que fueron a la Casa Rosada

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