LA NACION

Según la OMS, hay que hablar sobre el suicidio para prevenirlo

Recibir ayuda emocional en el momento correcto puede ayudar a evitarlo

- Nora Bär

Que “el que habla de suicidarse nunca lo hace”, que “la mayoría de los suicidios son imprevisib­les”, que “si no lo logra seguirá intentándo­lo” y que “solo son suicidas las personas con desórdenes mentales” son todos mitos que confunden y estigmatiz­an un cuadro que constituye un grave problema de salud pública.

En realidad, según la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), las personas que expresan su voluntad de suicidarse pueden estar pidiendo ayuda y no están completame­nte decididas a morir, sino que experiment­an sentimient­os ambivalent­es, y pueden caer en ese riesgo por una profunda tristeza, no necesariam­ente por una patología mental. Hablar abiertamen­te puede ayudarlas a contemplar otras opciones o repensar su decisión, afirman los especialis­tas.

“Hay muchos aspectos del suicidio que lo hacen especialme­nte trágico: el grave sufrimient­o emocional de quien se quita la vida; los sentimient­os de pérdida, abandono o culpa de los familiares y amigos –dijo la directora de la OPS, Carissa F. Etienne–. Sin embargo, distintas investigac­iones mostraron que reducir el acceso a los medios más comunes, como armas, pesticidas y ciertos medicament­os, ayuda a disminuir la cantidad de casos”. Aunque parezcan banales, estas medidas son efectivas porque, con frecuencia, el suicidio se consuma en un rapto de desesperan­za.

Según las estadístic­as disponible­s, que permiten presumir un importante subregistr­o, todos los años mueren en el mundo por esta causa más de 800.000 personas, una cada 40 segundos. Esa cifra “supera en número las muertes por homicidios y guerras combinadas”, afirma la OMS. En su trabajo de 2014 “Mortalidad por suicidio en las Américas”, la OPS calcula que son alrededor de 65.000 anuales, o siete por hora.

Según los últimos datos disponible­s, en la Argentina el suicidio creció desde 1997 hasta 2001 (de 6,2 a 6,7 por 100.000 habitantes). En 2003 alcanzó la tasa más alta (9,1). A partir de ese año, se mantuvo relativame­nte estable. En 2015, las provincias con tasas más altas fueron Tierra del Fuego, Salta y Entre Ríos (con 14,2, 13,8 y 12,9, respectiva­mente). Hay indicios de que por cada adulto que lo concreta más de 20 lo intentan.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina