Bobinas blancas. Un caso que derivó en una cruenta venganza
Hoy indagan a la abogada de una de las víctimas del doble crimen ocurrido el lunes en Belgrano
Hubo que esperar 20 años para que una investigación de narcotráfico estuviese cerca de igualar la cantidad de droga secuestrada en la Operación Strawberry. El año pasado, detectives de la Policía Federal incautaron en Bahía Blanca y en Mendoza 2000 kilos de cocaína que iban a ser enviados a Canadá ocultos en rollos de acero que simulaban ser bobinas electromagnéticas.
Ese caso, conocido como Bobinas Blancas, tiene una historia de sangre y traiciones desde que comenzó con el histórico decomiso del 18 de junio de 2017. Este lunes, en un departamento del barrio porteño de Belgrano, fue ejecutado por un sicario aún no identificado Rodrigo Alexander Naged Ramírez, colombo-mexicano de 59 años, uno de los procesados por el juez federal de Campana Adrián González Charvay.
Los investigadores sospechan que el sicario contó con un facilitador para entrar en el departamento de Cabildo al 2600. Precisamente en esa línea ayer a la madrugada fue detenida en su casa de Esperanza al 1700, en Ituzaingó, la abogada Julieta Estefanía Bonanno, de 29 años, que representaba a Naged Ramírez. Se sospecha que fue la “entregadora” de su cliente y del hijo de él, John, la segunda víctima de la doble ejecución con ribetes narco.
“La abogada fue detenida por haber contribuido a que se consumaran los dos homicidios. El juez dispuso la detención porque hubo contradicciones entre sus declaraciones y las filmaciones. En las imágenes se la ve hablar con el supuesto asesino”, explicó a
una calificada fuente la nacion del caso.
Bonanno llegó al edificio situado en Cabildo 2659 a las 21.41 del lunes. Quedó registrada por las cámaras de seguridad mientras esperaba que le abrieran la puerta. Naged y su hijo alquilaban allí el departamento 10º D.
En los videos del edificio se ve detrás de la abogada a un joven muy abrigado y encapuchado. Sería el sicario, presumen los investigadores.
“En la filmación, que es nítida, se ve a la abogada mientras espera que le abran la puerta. En las manos tiene un teléfono celular”, describió a la nacion un investigador que tuvo acceso a las filmaciones.
La abogada, según las fuentes consultadas, explicó en su primera declaración que había ido al departamento de su cliente a dejarle dinero para que pagara el alquiler. Dijo que al salir fue interceptada por el sicario, que la hizo reingresar, la obligó a atar a padre e hijo y la encerró en el lavadero. La joven letrada declaró que desde allí dentro escuchó varios disparos y, acto seguido, comenzó a gritar para pedir auxilio.
En la causa Bobinas Blancas, Bonanno no solo representó a Naged Ramírez sino que defendió a todos los extranjeros procesados: otros tres mexicanos, entre ellos, Max Rodríguez Córdova, conocido por el apodo de Patrón.
Según los investigadores, Naged era uno de los “ingenieros” de la banda, ejecutor del método para que la droga no fuera descubierta con los escáneres. La operación era dirigida por una célula del cartel de Michoacán, que había montado la logística para la exportación de las “bobinas de uso industrial”.