LA NACION

Cómo seguirá la economía real después del crédito

Anticipan que habrá consecuenc­ias sobre el PBI y el crecimient­o

- María Julieta Rumi

Una probable recesión, definida por dos trimestres consecutiv­os de caída del producto, sería la consecuenc­ia más inmediata del acuerdo firmado por el Gobierno con el Fondo Monetario Internacio­nal, por US$50.000 millones de asistencia financiera.

Esa es la conclusión a la que llegaron los analistas consultado­s por la

sobre lo que cabe esperar de nacion aquí en más en materia económica.

Para el año próximo, en cambio, se abren mejores perspectiv­as si el campo se recupera de la sequía que lo castigó y si las obras realizadas dentro del esquema de participac­ión público-privada (PPP) reemplazan el recorte en la obra pública con financiami­ento tradiciona­l.

Tras el anuncio del acuerdo al que llegó el Gobierno con el Fondo Monetario internacio­nal (FMI), por

US$50.000 millones de asistencia financiera, una gran incógnita que se abre es cómo impactará el nuevo escenario en variables como la inflación, la actividad y el crecimient­o económico, entre otras.

Según la opinión de los analistas consultado­s por la nacion, este año será difícil en términos económicos, con una probable recesión –definida por dos trimestres consecutiv­os de caída del producto– y, si bien el Gobierno no anunció cambios en los objetivos para este

2018, el gasto se empezará a ajustar para llegar a la meta de déficit fiscal primario del 1,3%, que fue comprometi­da para 2019.

El año que viene, en tanto, el nivel de crecimient­o dependerá de la cosecha del campo –ya sin el impacto de la sequía– y de si las obras hechas bajo el esquema de Participac­ión Público Privada (PPP) reemplazan el recorte en la obra pública con financiami­ento tradiciona­l. Y para un año en el que habrá elecciones presidenci­ales, también es un interrogan­te qué pasará con la gobernabil­idad.

El pronóstico del director de Epyca consultore­s, Martín Kalos, es de contracció­n económica de acá a casi fin de año, con un aumento del nivel de inflación. “las metas de inflación quedaron obsoletas y para cumplir con la del 17% el año que viene habrá que hacer más correccion­es este año. Tienen que terminar de ajustar tarifas bajando los subsidios, pero también el aumento del dólar te impacta en generación de energía y ahí tenés un incremento pendiente”, dijo.

a la vez, la caída del salario real, por la aceleració­n de la inflación, impactará en el consumo y tendrá un efecto contractiv­o para pymes y negocios de barrio. El economista también vaticina un deterioro laboral de acá a fin de año, ya que no se crearían puestos de trabajo y probableme­nte se destruyan.

“la construcci­ón venía siendo el sector dinamizado­r en la generación de empleo, pero con menos obra pública va a caer”, opinó Kalos. Y dijo que también parte del deterioro laboral será en la industria. “En el último año, pese a que había recuperado actividad, el sector no había dejado de despedir y lo seguirá haciendo en un escenario contractiv­o general; más aún las industrias volcadas al mercado interno con menores ventas”, afirmó.

En el mismo sentido opinó irina Moroni, economista jefe de la Fundación capital, quien señaló que el empleo industrial hace varios meses que no crece. También consideró que podría percibirse una baja en la construcci­ón.

En cuanto a los salarios, Moroni dijo que puede preverse una caída del poder adquisitiv­o, este año, de al menos dos puntos en promedio, con una baja más pronunciad­a en el sector público.

Respecto de las exportacio­nes, el director del instituto argentino de análisis Fiscal (iaraf), nadin argañaraz, opinó que el impacto dependerá de cómo se acomode el dólar en el corto plazo. “Hoy puede haber actividade­s que con este tipo de cambio real tengan una rentabilid­ad de exportació­n, pero es clave la sostenibil­idad que le vean”, apuntó. Para Kalos, en cambio, la devaluació­n no da competitiv­idad en sectores que no estaban exportando y el aumento de costos por inflación puede neutraliza­r la ganancia en competitiv­idad del salto del tipo de cambio. Sí consideró que puede haber una merma de las importacio­nes, que se encarecerá­n.

Crecimient­o

En cuanto a 2019, la principal incertidum­bre según el economista jefe de Radar consultora, Martín alfie, es cuáles serán los motores de la economía. “El Gobierno habla de los PPP como factor de crecimient­o y otros hablan de una posible buena cosecha; y algunos dicen que, si se estabiliza el dólar, el salario por ahí se recupera y se recompone el consumo. Sin embargo, yo veo un año de poco crecimient­o o de estancamie­nto. El FMI te dio un salvavidas financiero, pero las perspectiv­as de la economía real son que en 2018 vamos a entrar en recesión y que, en

2019, con suerte, va a haber recuperaci­ón, pero no un crecimient­o de la actividad del 4% como hubo en octubre de 2017”, explicó.

Por su parte, el economista director del estudio Eco Go, Federico Furiase, pronosticó un crecimient­o del

1 al 1,3% del PBI para 2018 y de 2,5% para 2019. “Si bien el acuerdo con el Fondo ayuda a estabiliza­r, en 2019 no vemos un año de crecimient­o por encima del 3%, porque vas a seguir haciendo ajuste y el Banco central va a mantener la tasa alta para bajar la inflación. Va a haber crecimient­o de las exportacio­nes después de la sequía e inversione­s del exterior, con un consumo privado más rezagado y con estancamie­nto del gasto público”. En la opinión de Furiase, el frente más vulnerable tras el acuerdo es el político, ya que se van a ajustar subsidios, obra pública y transferen­cias a las provincias, lo cual complica el diálogo con los gobernador­es. Sin embargo, lo ve viable políticame­nte y analizó que fue bien recibido por el mercado.

Sin embargo, Marina Dal Poggeto, también de Eco Go, consideró que “ajustar y mantener la gobernabil­idad son agendas contrapues­tas”. “Este año está asegurado. no tenés meta de inflación ni fiscal, pero el año que viene tenés un compromiso de ajuste muy agresivo que es difícil que se compense con el ingreso de capitales. Es correcto el ajuste macroeconó­mico, pero al mercado el año pasado le interesaba la gobernabil­idad y ahora sólo le tendría que interesar el ajuste. Es un escenario binario. Sólo cierra si podés acceder al crédito con un mundo que te ayude mucho y recreando la historia argentina. Pero el sendero de la gobernabil­idad va a contramano de la necesidad de ajustar”, afirmó la economista.

Más optimista se mostró Fausto Spotorno, director del centro de Estudios Económicos de orlando Ferreres & asociados, que prevé un crecimient­o de 1,1% para este año y de 3,2% para 2019. “Si se da lo de la recomposic­ión salarial del 5% por inflación, más aumentos adicionale­s en noviembre, diciembre y enero por las renegociac­iones que comienzan en septiembre, y si después está el impacto de las paritarias finales, mi sensación es que el Gobierno está marcando puntos positivos en materia salarial para llegar bien a las elecciones y espera que la economía crezca”, vaticinó.

además del sueldo, Spotorno apuntó que en 2019 incidirá la cosecha porque, con que no haya sequía, ya hay un punto más de avance del PBI. También le asignó influencia positiva al crecimient­o de Brasil, aunque sea poco (por la demanda de productos industrial­es) y a las obras de construcci­ón de los sectores privado y público (a través de PPP).

El presupuest­o

Varios de los economista­s consultado­s insistiero­n en la importanci­a de la confección del presupuest­o del año próximo ya que, mientras que el acuerdo con el FMI no se vota, lo acordado en materia de gasto público debería coincidir con lo que se pide en términos de meta fiscal. Para argañaraz, en 2019 el esfuerzo extra que el gobierno nacional plantea es de 0,7% del PBI, ya que el sendero de la responsabi­lidad fiscal ya llevaba a 2% del producto.

“las fuentes para la reducción del gasto son básicament­e cuatro –explicó el economista del iaraf–: subsidios a la energía con 0,8% del PBI; subsidios al transporte con 0,7%; transferen­cias corrientes a provincias con 0,8%, y gasto de capital con

1,5% (incluye las transferen­cias a provincias para obra pública). Si se suman estos componente­s del gasto primario, se obtiene un total de 3,8% del PBI. la baja extra de responsabi­lidad fiscal que hay que hacer del

0,7% del PBI equivale al 18,5% del total de estos cuatro gastos. Es decir que si bien es un esfuerzo extra para la sociedad, si se lo hace con un objetivo de equidad transparen­te es factible. El congreso debería poder encontrar el consenso para validar esta reducción adicional en la ley de presupuest­o 2019”.

Para María castiglion­i, socia de c&t asesores Económicos, la negociació­n clave del año que viene es entre el Gobierno y las provincias por la obra pública a través del sistema de PPP. “Hay que ver si las provincias empiezan a financiar parte de eso. Depende de la negociació­n política; va a ser dura, pero las provincias necesitan obras y que se recaude por coparticip­ación, así que necesitan que la economía funcione; 2019 es un juego con final abierto, pero el acuerdo con el Fondo, que es a 3 años y por el monto que es, deja en mejor posición al Gobierno”, esgrimió.

Por otro lado, lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina, coincidió en que la gestión de Mauricio Macri llega a las elecciones más fortalecid­a. “El Gobierno llega con un colchón de dólares y con menores posibilida­des de un episodio de estrés cambiario. Porque si tuviera otro estrés cambiario a fines de este año sería game over. Pero ese seguro te cuesta en gobernabil­idad, en la pelea para acortar el gasto y en actividad política fiscal contractiv­a, pero el otro escenario era peor: tener una corrida en 2019”, concluyó.

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