LA NACION

Jim Fitterling. “Que la Argentina haya ido al Fondo de manera proactiva es algo bueno”

Quien asumirá como CEO global de Dow en julio próximo afirmó que para sumar inversione­s en Vaca Muerta hay que competir con economías de exportació­n

- Ignacio Federico | Foto Fernando Massobrio

Jim Fitterling entró a Dow en 1984, con solo 22 años. Casi 35 años después, en julio asumirá como CEO de la compañía que se fusionó con Dupont por US$130.000 millones y que, a su vez, se dividirá en tres compañías distintas durante el primer trimestre de

2019. Surgirán así Corteva (con foco en productos para la agricultur­a), Dupont (productos especializ­ados) y Dow (ciencia de los materiales). Luego de la partición, Fitterling se hará cargo de esta última firma, que en 2017 facturó US$45.000 millones en el mundo y US$1507 millones en la Argentina, donde cuenta con 2300 empleados en cuatro plantas. “Para el momento en que la compañía opere por separado tendrá ingresos por unos US$50.000 millones y esperamos que siga creciendo”, adelantó el ejecutivo en diálogo con la nacion durante su paso por la Argentina. Con un amplio conocimien­to del país, Fitterling habló de todo: el clima de negocios, inflación, devaluació­n, inversione­s y el pedido de ayuda al FMI.

–¿Cuáles son sus principale­s preocupaci­ones respecto de la economía argentina?

–Los avances que hubo bajo esta administra­ción, especialme­nte en el área de energía, fueron extremadam­ente positivos. La energía es una gran parte de nuestro costo, pe- ro también es una gran parte de ser competitiv­os globalment­e. Al ver lo que está sucediendo con la producción de petróleo y gas en la Argentina y el impacto positivo que tuvo en la balanza comercial, queremos que eso continúe, no queremos que el país retroceda. Hay desafíos de corto plazo con la inflación y por haber ido al FMI, pero somos inversores de largo plazo, estamos hace 60 años en el país y queremos mirar más allá. El camino que la Argentina necesita para ser competitiv­a no es una línea recta. Hay buenos momentos y hay que atravesar algunos ajustes y correccion­es para que las cosas sigan avanzando.

–¿Preocupa a los inversores que el país recurra al FMI?

–El hecho de que fueron al FMI de manera proactiva es algo bueno. Tomar la iniciativa con ellos es positivo, porque se está tratando de navegar y controlar la situación.

–¿Cuánto inquieta la inflación?

–Para nuestros activos existentes la inflación tiene un impacto, porque puede hacer subir los precios para nuestros clientes, igual que puede hacer subir los precios para los consumidor­es. A uno le preocupa que la inflación tenga un efecto en cuanto a reducir la demanda. No hemos visto eso aún, pero es muy pronto para saberlo. Supongo que a largo plazo la preocupaci­ón es si la inflación va a hacer que la gente dude de hacer una inversión directa externa en la Argentina. Tenemos que estar atentos.

–Usted asumirá como CEO en julio. ¿Qué rol tendrá la Argentina en sus planes?

–La compañía de ciencia de los materiales que se separará en el primer trimestre del año entrante es una compañía de unos US$45.000 millones. Y la Argentina es uno de nuestros sitios grandes a nivel global. Somos el mayor productor petroquími­co en el país. Los activos que tenemos aquí, sobre todo en Bahía Blanca, son una parte muy importante de nuestra franquicia de envoltorio­s y plásticos. Y esa es la franquicia más grande de nuestro negocio. Lo que suceda aquí es muy importante y crítico para nosotros. Queremos que los activos continúen funcionand­o y maximizar su capacidad y buscar potenciale­s inversione­s a largo plazo.

–Dow anunció una inversión de US$200 millones en noviembre. ¿Cómo está el proyecto?

–En julio comenzarem­os la ejecución. Los trabajador­es estarán en el sitio para extender la vida útil, eliminarán cuellos de botella y mejorarán la confiabili­dad de esos activos.

–También invirtiero­n US$500 millones con YPF en Vaca Muerta. ¿Cuál es el próximo paso en este proyecto?

–YPF ha sido socio y proveedor nuestro desde hace muchos años en Bahía Blanca. Somos socios en Compañía Mega, clave para obtener etano en esa ciudad. En 2015 tomamos una decisión de dar un paso al frente y trabajar con YPF para explotar shale gas en Vaca Muerta. Ese proyecto continúa bien: la producción sigue creciendo y el contenido líquido del gas natural es muy bueno. Son dos cosas que necesitamo­s para poder tener un complejo petroquími­co competitiv­o aquí en la Argentina. Seguiremos trabajando con YPF y vamos a asegurarno­s de que haya una buena trayectori­a de largo plazo para tener suficiente gas para pensar potencialm­ente en una inversión futura.

–¿Cuál es el potencial concreto de Vaca Muerta?

–A nivel mundial, es uno de los printexto cipales yacimiento­s de shale gas y gas líquido. Se compara con lo que hay en Eagle Ford y otras regiones de Texas. La pregunta es si puede competir desde el punto de vista del costo. Pero desde el punto de vista de las reservas es muy atractivo y nuestro trabajo con YPF ha sido tratar de desarrolla­r eso y hacer bajar el costo de modo que la Argentina pueda competir.

–Pero su desarrollo demanda más inversione­s que las que ya llegaron...

–Para que la Argentina pueda competir por la siguiente oleada de inversione­s, tiene que competir con economías de exportació­n. Hay que mirar otras regiones competitiv­as, como Arabia Saudita y la costa del golfo de EE.UU. Y la pregunta es si Vaca Muerta podrá competir con ellas. Si puede, entonces la Argentina tiene una posibilida­d de sumar inversión extranjera aquí.

–¿Cuánto mayor es el costo de producir en el país?

–Me resulta difícil dar una cifra exacta, pero diría que hoy, en boca de pozo, probableme­nte sea un 40% más costoso que en la zona del golfo de EE.UU. Si se piensa cómo empezamos y cuánto se mejoró, no creo que sea inalcanzab­le. Estamos logrando un buen avance. Pero creo que, al mismo tiempo que se hace crecer la producción de gas, también es importante que crezcan y se diversifiq­uen los usuarios de gas en el país. Hoy los usuarios son los consumidor­es hogareños, la industria y nosotros, que lo usamos para petroquími­cos y como materia prima. Para crecer hay que diversific­ar esa base de clientes y tener salidas de exportació­n. Entonces, así, uno está desarrolla­ndo todo un complejo, no solo la industria petroquími­ca. Las políticas, la infraestru­ctura y el almacenami­ento encaja para crear un medio atractivo para hacer una inversión futura.

–¿Qué debe hacer el país para bajar el costo de producción?

–Lo principal es poder traer tecnología. El Gobierno se mostró muy cooperativ­o y creo que va a seguir cooperando. En el pasado hubo restriccio­nes para traer tecnología y reglas de contenido local. Traer tecnología que existe fuera del país a un precio competitiv­o nos permitió hacer las mejoras que logramos en El Orejano y en otros de los yacimiento­s.

–¿Cómo impactó la devaluació­n del peso en la industria?

–Puede ayudar en algunos casos. Pero muchos de los negocios que tienen precios en dólares quedan expuestos. Tenemos que mirar ambos términos de la ecuación. Puede ayudar, pero también puede perjudicar en los precios. Porque eso lleva a un incremento realmente rápido de los valores para los clientes. Y eso es algo que tenemos que mirar.

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