LA NACION

Un arribo en silencio a un pueblo sin ruido ni atraccione­s

El plantel argentino ya está en Bronnitsy, el búnker elegido; hoy se suma Enzo Pérez

- Javier Saúl

BRONNITSY, Rusia.– El retraso de más de una hora en la salida desde Barcelona y los seis grados que parecían muchos menos a orillas del río Moscú le bajaron la temperatur­a a la llegada de la selección argentina al Centro de Entrenamie­ntos de esta ciudad. Con un puñado de hinchas argentinos en la puerta del predio, no hubo banderazo ni una bienvenida multitudin­aria cerca de la medianoche rusa.

La selección argentina llegó a Rusia en busca de algo de paz después de diez días de concentrac­ión en Barcelona. Atrás quedaron la polémica por los días libres, la cancelació­n del amistoso contra Israel, la baja de Romero y la lesión de Manuel Lanzini.

El conjunto nacional vivió jornadas intensas, por lo que Bronnitsy puede servir para calmar las aguas a una semana del debut mundialist­a. En un avión ploteado por los Rolling Stones –la selección compartirá la lujosa aeronave contratada por la AFA con la banda de rock, que se encuentra en plena gira europea–, el plantel albicelest­e arribó a un pueblo de 22 mil habitantes, sin ruido ni atraccione­s. Fue una llegada que revolucion­ó a una ciudad que se encuentra a 60 kilómetros de Moscú.

El plantel se completará cuando se sume Enzo Pérez esta tardenoche, para cuando se encuentra programado el primer entrenamie­nto. La selección dormirá en Bronnitsy hasta el jueves, y entonces viajará por ruta a Moscú, a la espera del debut mundialist­a del sábado ante Islandia.

El DT tendrá cinco días para ajustar detalles, despejar las dudas y llegar con alguna definición del once inicial.

En la recta final de la preparació­n para la Copa del Mundo, solo queda la puesta a punto. Y conseguir un poco de satisfacci­ón.

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