LA NACION

No hagamos política con los chicos: no pueden participar como pares

- Gustavo Iaies

La sociedad discute la ley de despenaliz­ación del aborto. Las posiciones son muy cerradas: son muy parejos el número y la representa­ción en la sociedad. Es un debate que nos conmueve, nos impacta y nos lleva a reflexiona­r.

En ese marco, los chicos amenazan con una toma de escuelas como modo de expresar su posición ante la sociedad, de decir masivament­e que están de acuerdo con la despenaliz­ación. ¿Es lógico que protesten tomando escuelas? ¿Qué hacemos los adultos?

Como en algunas de las últimas manifestac­iones, los chicos amenazan con la toma de las escuelas y nosotros nos confundimo­s y no los consideram­os como tales: nos cuesta verlos como chicos. ¿Es bueno que lo hagan?

Sin duda, allí está el problema. Nos confunden, no sabemos cómo pararnos ante la posición de ellos. Los adultos no debemos dejar de hacer de adultos; de lo contrario, los confundimo­s. Los chicos deben participar de la discusión, pero no como pares, sino como chicos.

No hagamos política con los chicos, no los metamos en nuestra discusión como si fueran pares, pero tampoco dejemos de escucharlo­s porque sin duda el tema existe, les interesa y es genuino.

Es muy bueno que las escuelas tengan charlas, que escuchen a personas con ambas posiciones, pero no es bueno que sean un actor más de la discusión política. Los adultos estamos discutiend­o un tema que nos divide, que tiene muchas posiciones. La de los chicos no puede traducirse en una sola, expresada a través de la toma. Cada uno debe poder expresarse.

Los padres y los docentes no deberíamos perder nuestro lugar de adultos. Deberíamos escuchar a los chicos, hablar con ellos y contenerlo­s, pero no dejar que pierdan un orden en la discusión. Los adultos debemos hablar, dis- cutir, trabajar con ellos. Somos garantes de que se escuchen todas las voces y de que puedan expresar todas las posiciones y hacer todas las preguntas.

Tomar un colegio es cerrar un ámbito de educación, de formación de los alumnos. Es lo contrario de habilitar el debate, dar informació­n para discutir, escucharlo­s. Que las escuelas armen debates, organicen sus votaciones, hagan ejercicios de expresión artística, escriban documentos de los chicos u otras opciones es muy bueno, es lo que deben hacer.

No es bueno que solamente tomen posiciones; es bueno que estas sean informadas, documentad­as, que sean un aprendizaj­e para la vida. A los chicos les hace muy bien informarse en un tema que les interesa, y a nosotros nos hace muy bien darles respuesta sin perder nuestro lugar de adultos.

No es bueno que dejemos que tomen las escuelas, ni los docentes ni los padres. La posición de los adultos es de los adultos, pueden explicárse­la a los chicos, explicarle­s otras posiciones, darles informació­n, lo que no pueden es meterlos en el medio, usarlos en una discusión que no les da informació­n.

Cuidemos a los chicos, escuchemos sus ideas, discutamos con ellos, generemos canales para que se expresen, con respeto y cuidado.

Los chicos deben participar de la discusión, pero como chicos

Las escuelas no pueden ser un actor más en la discusión política

Tomar un colegio es cerrar un ámbito de formación, de educación

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