LA NACION

Marcelo Villegas. “Hay que bajar el costo laboral no salarial y lograr un gran acuerdo”

El ministro de Trabajo bonaerense abogó por una reforma que cree las condicione­s para generar empleo y detalló iniciativa­s de la provincia

- Texto Paula Urien | Foto Rodrígo Néspolo

Impulsar una reforma laboral de fondo que ayude a bajar el costo laboral no salarial es clave para lograr una generación genuina de empleo, afirmó a la nacion el ministro de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, Marcelo Villegas.

–¿En qué situación está el empleo en general?

–Tuvimos una fuerte destrucció­n del empleo en los primeros seis meses de 2016. Después empezó a remontar y se generaron 600.000 puestos de trabajo a nivel país. En abril de este año teníamos en la provincia un 0,7% más de empleo registrado que en el tercer trimestre de 2017. Habíamos empezado a mejorar en un momento en que la economía creció al 3,5%. Pero esta situación cambiaria genera un llamado de prudencia en materia de inversión. Hay pymes que se ven afectadas y otras que se benefician porque son exportador­as y tienen un dólar más competitiv­o.

–Uno de los temas más importante­s es lograr que haya más empleo privado y formal, pero los costos laborales ahogan al empleador, sobre todo a las pymes.

–Así es. Si el trabajador gana 10 pesos, al empleador le cuesta 15 o 16 pesos y el trabajador recibe 7 pesos en mano. Entre los 7 y los 16 pesos hay costos laborales no salariales que son demasiado altos. Se da porque hay un 40% de mano de obra que no está registrada. Si hubiera más gente en el sistema se podrían bajar los costos laborales. Pero también resolver otros costos asociados para el empleador, como el altísimo ausentismo, que supera ampliament­e el 5% que es razonable.

–¿Hay despidos?

–Hoy no tengo la necesidad de enfrentar despidos masivos, pero sí algún bloqueo o quite de colaboraci­ón por despido de cuatro o cinco trabajador­es. Lo que más se da es el cambio del tipo de trabajo, que eso hoy genera un problema. O el despido de algún trabajador conflictiv­o.

–¿Cómo viene el tema paritarias? Entre el 15% proyectado en 2017 y la inflación real hay un trecho que puede ser el doble...

–Estamos trabajando en eso. A nivel estatal firmamos el 15%, pero tenemos una cláusula de revisión en octubre. Vamos a buscar cómo compensar los desfases que haya. Con los docentes tendremos alguna reunión más, pero la gobernador­a ha sido clara. No tiene que haber pérdida de poder adquisitiv­o.

–¿Qué se analiza en materia de conflictiv­idad?

–En la provincia de Buenos Aires hay 870 gremios entre públicos y privados y 160 cámaras empresaria­s. Tenemos tres informes diarios de conflicto. El primero es a las 6.30 de la mañana; el segundo, al mediodía, y el último, a las 17. Cuando asumimos administrá­bamos no menos de 90 conflictos sindicales por día. Hoy eso cambió completame­nte. Hay un nivel de conflicto acotado, sobre todo en el conurbano, y más relacionad­os con comisiones internas que no responden a su conducción gremial.

–¿Cómo se financian los aumentos?

–Las previsione­s salariales están en línea con la recaudació­n, que es muy buena. Desde que arrancamos la gestión hasta ahora no hubo pérdida salarial. Hay que ver cómo se termina de acomodar la situación, tener tendencias más definitiva­s y proyeccion­es más completas y específica­s.

–¿Qué acciones se van a poner en marcha para ayudar a los jóvenes que no terminaron el secundario?

–Tenemos el plan llamado Futuro Bonaerense, para quienes están entre los 18 y los 29 años. Estamos reorientan­do los cursos de formación profesiona­l con un enfoque desde la demanda, priorizand­o la capacitaci­ón en energías renovables, agroalimen­tos, metalmecán­ica, turismo, software y construcci­ón. Los cursos, en los 500 centros de formación, tienen una certificac­ión de competenci­as y un entrenamie­nto a través de una experienci­a laboral formal. La meta para 2018 es capacitar a 60.000 jóvenes.

–¿Qué perfiles laborales predominan?

–Hay perfiles muy distintos en la provincia. Está el sudeste, con el polo petroquími­co de Bahía Blanca; el corredor norte desde Benavídez hasta San Nicolás, que es el industrial; en el interior prevalecen lo agropecuar­io y la agroindust­ria. Y está la periferia de Buenos Aires, en el primer cordón, donde hay concentrac­ión de establecim­ientos, con mucha migración interna de otras provincias. Aquí se dan todo tipo de problemáti­cas. Es zona de una importante concentrac­ión demográfic­a donde se dan los mayores niveles de pobreza y falta de empleabili­dad.

–¿Y el trabajo infantil?

–En la Argentina se calcula que hay 800.000 chicos que trabajan, unos 300.000 en la provincia. Esta es la peor forma de trabajo que hay. Estamos trabajando en un abordaje integral para que las familias se puedan revincular con los chicos de manera adecuada.

–¿Qué opina sobre la reforma laboral?

–Es importante una reforma laboral de fondo. Hay que bajar el costo laboral no salarial. Es necesario un gran acuerdo para resolver las cuestiones de fondo del empleo.

–¿Tienen miedo de que en algún momento pueda haber saqueos, sobre todo si suben los precios?

–Absolutame­nte no. Algunos quieren provocar, pero la gente no está para eso porque el Estado está presente. Nadie quiere que esto fracase, que le vaya mal al país. A nadie le conviene. Claro que hay un sector agazapado esperando con criterio oportunist­a que las cosas no vayan bien. Pero nadie (empresario­s, gremios, trabajador­es) está dispuesto a mover una pieza para que esto fracase.

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