LA NACION

El acuerdo con el FMI es una condición necesaria, pero no suficiente

- Gustavo Reyes

El jueves pasado, las autoridade­s económicas anunciaron un acuerdo con el FMI con un financiami­ento superior al esperado por los mercados. Al no estar firmado el acuerdo, no se conoce aún la carta de intención, que revelará detalles muy importante­s, como cuáles son las metas de desempeño (de cumplimien­to obligatori­o para seguir obteniendo los desembolso­s) y cuáles son simplement­e indicativa­s. No obstante, por lo explicado en la conferenci­a de prensa, el acuerdo básicament­e permite acceder a un monto muy importante de financiami­ento (US$55.600 millones entre el FMI y otros organismos internacio­nales). La Argentina se compromete básicament­e a encauzar las soluciones para las principale­s preocupaci­ones manifestad­as por el propio FMI en su informe del artículo IV sobre el país a fines de 2017.

Esas preocupaci­ones eran básicament­e cuatro: un tipo de cambio retrasado, los problemas de desinflaci­ón derivados de la emisión monetaria para el Tesoro nacional (y la esteriliza­ción de dichos pesos, que generaba altas tasas de interés que repercutía­n negativame­nte sobre el tipo de cambio), la fuerte dinámica en el aumento de la deuda y la alta vulnerabil­idad de la economía por el déficit de cuenta corriente (exceso de gasto de toda la economía y la consecuent­e fuerte dependenci­a del financiami­ento externo).

Solución cambiaria

La corrida cambiaria de mayo ya solucionó (al menos por ahora) el primer problema. El actual precio del dólar corrigió totalmente el atraso cambiario al que hacía referencia aquel informe del FMI en diciembre. Los compromiso­s que ahora asume la Argentina frente al organismo internacio­nal se encargaría­n de encauzar el resto de las preocupaci­ones.

Acelerar el ajuste del déficit fiscal reduce la dinámica del aumento de la deuda y, junto con la mejora del tipo de cambio, descomprim­iría el déficit de la cuenta corriente. Que el Banco Central no emita más pesos para el Tesoro nacional, junto con la estrategia de reducción del stock de Lebac y el fortalecim­iento de la independen­cia de la autoridad monetaria, apunta directamen­te a mejorar las preocupaci­ones del FMI en el proceso de desinflaci­ón de la economía.

¿Es suficiente el acuerdo del FMI para estabiliza­r el mercado cambiario?

El nuevo contexto de menor financiami­ento externo que enfrenta la Argentina (mayores tasas internacio­nales y ascenso en la prima de riesgo país) hace imposible continuar la dinámica que el mercado cambiario tuvo hasta la crisis de mayo. Entre 2017 y el primer cuatrimest­re de 2018, la demanda total de dólares (US$2500 millones por mes, entre atesoramie­nto, turismo, etc.) fue satisfecha solamente en un 12% por la diferencia entre las exportacio­nes y las importacio­nes, el resto se financió básicament­e mediante algún tipo de préstamo del resto del mundo.

El nuevo contexto externo requiere, además de reducir considerab­lemente la demanda de dólares (menor atesoramie­nto y menor gasto en turismo), mejorar sustancial­mente el saldo de la balanza comercial, de forma tal que la oferta de divisas sea alimentada en gran parte por este último componente y no principalm­ente por créditos externos e inversione­s de portfolio, como sucedió en los últimos tiempos.

Menos demanda

En este nuevo escenario, el actual nivel del tipo de cambio y el acceso al financiami­ento del FMI son claramente muy importante­s, aunque no necesariam­ente los recursos aportados por el organismo internacio­nal resulten una condición suficiente para estabiliza­r el mercado cambiario en el mediano plazo.

Los fondos del FMI probableme­nte aseguren tanto el financiami­ento del déficit fiscal como del pago de los vencimient­os de deuda durante el resto de 2018 y quizá también para 2019. Este hecho no solo le permite al Banco Central eliminar la emisión de pesos para financiar al Tesoro, sino también reduce el riesgo de default. Ambos factores, sumados al actual tipo de cambio, podrían disminuir la demanda de dólares tanto por atesoramie­nto como por turismo.

La menor demanda de dólares, si bien resulta muy importante para el cortísimo plazo, en el mediano plazo es muy importante que el poder adquisitiv­o del dólar no vuelva a atrasarse y que las nuevas metas de reducción del déficit fiscal se cumplan a rajatabla. Estos requisitos son fundamenta­les no solo para que la demanda de dólares no vuelva a subir, sino también para que el motor de la balanza comercial pueda reactivar genuinamen­te la oferta de dólares y no se vuelvan a generar las presiones experiment­adas en mayo en el mercado cambiario.

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