El acuerdo con el FMI es una condición necesaria, pero no suficiente
El jueves pasado, las autoridades económicas anunciaron un acuerdo con el FMI con un financiamiento superior al esperado por los mercados. Al no estar firmado el acuerdo, no se conoce aún la carta de intención, que revelará detalles muy importantes, como cuáles son las metas de desempeño (de cumplimiento obligatorio para seguir obteniendo los desembolsos) y cuáles son simplemente indicativas. No obstante, por lo explicado en la conferencia de prensa, el acuerdo básicamente permite acceder a un monto muy importante de financiamiento (US$55.600 millones entre el FMI y otros organismos internacionales). La Argentina se compromete básicamente a encauzar las soluciones para las principales preocupaciones manifestadas por el propio FMI en su informe del artículo IV sobre el país a fines de 2017.
Esas preocupaciones eran básicamente cuatro: un tipo de cambio retrasado, los problemas de desinflación derivados de la emisión monetaria para el Tesoro nacional (y la esterilización de dichos pesos, que generaba altas tasas de interés que repercutían negativamente sobre el tipo de cambio), la fuerte dinámica en el aumento de la deuda y la alta vulnerabilidad de la economía por el déficit de cuenta corriente (exceso de gasto de toda la economía y la consecuente fuerte dependencia del financiamiento externo).
Solución cambiaria
La corrida cambiaria de mayo ya solucionó (al menos por ahora) el primer problema. El actual precio del dólar corrigió totalmente el atraso cambiario al que hacía referencia aquel informe del FMI en diciembre. Los compromisos que ahora asume la Argentina frente al organismo internacional se encargarían de encauzar el resto de las preocupaciones.
Acelerar el ajuste del déficit fiscal reduce la dinámica del aumento de la deuda y, junto con la mejora del tipo de cambio, descomprimiría el déficit de la cuenta corriente. Que el Banco Central no emita más pesos para el Tesoro nacional, junto con la estrategia de reducción del stock de Lebac y el fortalecimiento de la independencia de la autoridad monetaria, apunta directamente a mejorar las preocupaciones del FMI en el proceso de desinflación de la economía.
¿Es suficiente el acuerdo del FMI para estabilizar el mercado cambiario?
El nuevo contexto de menor financiamiento externo que enfrenta la Argentina (mayores tasas internacionales y ascenso en la prima de riesgo país) hace imposible continuar la dinámica que el mercado cambiario tuvo hasta la crisis de mayo. Entre 2017 y el primer cuatrimestre de 2018, la demanda total de dólares (US$2500 millones por mes, entre atesoramiento, turismo, etc.) fue satisfecha solamente en un 12% por la diferencia entre las exportaciones y las importaciones, el resto se financió básicamente mediante algún tipo de préstamo del resto del mundo.
El nuevo contexto externo requiere, además de reducir considerablemente la demanda de dólares (menor atesoramiento y menor gasto en turismo), mejorar sustancialmente el saldo de la balanza comercial, de forma tal que la oferta de divisas sea alimentada en gran parte por este último componente y no principalmente por créditos externos e inversiones de portfolio, como sucedió en los últimos tiempos.
Menos demanda
En este nuevo escenario, el actual nivel del tipo de cambio y el acceso al financiamiento del FMI son claramente muy importantes, aunque no necesariamente los recursos aportados por el organismo internacional resulten una condición suficiente para estabilizar el mercado cambiario en el mediano plazo.
Los fondos del FMI probablemente aseguren tanto el financiamiento del déficit fiscal como del pago de los vencimientos de deuda durante el resto de 2018 y quizá también para 2019. Este hecho no solo le permite al Banco Central eliminar la emisión de pesos para financiar al Tesoro, sino también reduce el riesgo de default. Ambos factores, sumados al actual tipo de cambio, podrían disminuir la demanda de dólares tanto por atesoramiento como por turismo.
La menor demanda de dólares, si bien resulta muy importante para el cortísimo plazo, en el mediano plazo es muy importante que el poder adquisitivo del dólar no vuelva a atrasarse y que las nuevas metas de reducción del déficit fiscal se cumplan a rajatabla. Estos requisitos son fundamentales no solo para que la demanda de dólares no vuelva a subir, sino también para que el motor de la balanza comercial pueda reactivar genuinamente la oferta de dólares y no se vuelvan a generar las presiones experimentadas en mayo en el mercado cambiario.