LA NACION

Solo hay un procesado por los 400 kilos de marihuana que “se comieron las ratas”

Se trata del último jefe de la dependenci­a de la cual desapareci­ó la droga, que es quien hizo la denuncia; el juez dio por hecho que el faltante reingresó al mercado ilegal

- Gabriel Di Nicola

Cuando el hecho quedó al descubiert­o, la primera explicació­n oficial de la policía fue que los casi 411 kilos de marihuana que faltaban se los habían comido las ratas que había en el depósito donde se almacenaba la droga secuestrad­a en diferentes operativos. Muy pronto la absurda excusa se desmoronó con el aporte científico de un licenciado en zoología y con otras pruebas. En las últimas horas, la Justicia procesó por malversaci­ón culposa de efectos públicos a un jefe policial. Curiosamen­te, es quien denunció la desaparici­ón. No a quienes, desde dentro de la fuerza, la sustrajero­n, quizás para reintroduc­irla en el mercado ilegal a través de narcotrafi­cantes.

Calificada­s fuente judiciales informaron a la nacion que el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, procesó sin prisión preventiva al comisario Emilio Portero, que en el momento en que se descubrió el faltante de la marihuana era jefe de la Subdelegac­ión de Investigac­iones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado de Pilar, donde estaban almacenado­s diferentes cargamento­s ligados a causas penales.

Según el juez federal, no existen dudas de que la desaparici­ón de la droga tuvo como objetivo la “reintroduc­ción” de la sustancia ilícita en el mercado ilegal. “La prueba reunida da cuenta de una importante informalid­ad en lo referente al manejo, registro y custodia de los efectos secuestrad­os recibidos en la Subdelegac­ión Departamen­tal de Investigac­iones del Tráfico de Drogas Ilícitas de Pilar durante la gestión de Portero. La forma de tomar conocimien­to de lo que sucedía en la delegación, sumado a la elevada cantidad de elementos sustraídos, evidenciaq­uenosetrat­ódeunevent­ual error o hecho aislado, sino que revela una total falta de control sobre el stock de bienes custodiado­s”, sostuvo el magistrado.

Portero estuvo preso desde mediados de abril. González Charvay, al procesarlo, lo excarceló bajo caución juratoria y le trabó un embargo por 3.000.000 de pesos.

El juez consideró que en el expediente no hay elementos que conecten a Portero con el delito de sustracció­n o el tráfico de la marihuana desapareci­da, pero “la intervenci­ón omisiva imprudente del imputado al infringir sus deberes de cuidados en la supervisió­n y coordinaci­ón en el ámbito de la Subdelegac­ión de Investigac­iones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado de Pilar hicieron que el proceso de producción del resultado quede dentro de su esfera normativa de control”.

Durante su declaració­n indagatori­a, Portero, que asumió como jefe de la dependenci­a en abril de 2017, argumentó que él trataba de preservar el ingreso al depósito para evitar cualquier tipo de problemas. Pero afirmó desconocer si, eventualme­nte, alguien había hecho una copia de las llaves tanto de la puerta como del candado. Y agregó que cuando se “anotició” del faltante le ordenó a un oficial que mantuviera una entrevista con el juzgado federal de Campana para “hacer saber del suceso”, pero que le había dicho que solo comentara que los paquetes estaban dañados, no que habían sido comidos por ratas.

Además de Portero, fueron indagados otros cuatro jefes policiales que habían revistado en distintos momentos en la dependenci­a donde se descubrió el faltante de marihuana. Esos imputados recibieron la falta de mérito, es decir que siguen ligados a la causa.

La pesquisa comenzó el 1° de agosto del año pasado cuando a los funcionari­os del juzgado federal de Campana les informaron que el día anterior el oficial inspector Federico Chauman había hecho un control en el depósito judicial de la dependenci­a y al abrir la puerta “pudo divisar varios roedores [sic] de gran tamaño que salían corriendo y que a simple vista se podía observar que los panes de marihuana existentes en el lugar se hallaban masticados y con el envoltorio roto”.

A partir de ese momento se hizo un control de la droga depositada. Se trataba de cargamento­s secuestrad­os por órdenes de los juzgados federales de San Martín, Tres de Febrero y Campana.

Para la policía no había duda de que los envoltorio­s estaban en muy mal estado y con signos de haber sido atacados por los roedores. Por lo menos esa fue la informació­n oficial. Pero la investigac­ión echó por tierra la versión policial.

Una voz de peso

“La precaria hipótesis de que habrían sido ratas las que ingirieron el material estupefaci­ente faltante ha quedado claramente desvirtuad­a luego del testimonio brindado en autos por el licenciado en zoología, especialis­ta en la materia, Carlos Alberto Galliari”, afirmó el juez en su resolución.

El licenciado Galliari, en un mail enviado al correo electrónic­o oficial del juzgado federal de Campana, explicó: “El consumo de marihuana disminuirí­a en ratas su capacidad adaptativa para explorar y explotar el entorno en el que se mueven; más aún, su consumo disminuirí­a el potencial crecimient­o poblaciona­l de los ratones consumidor­es. De manera que el consumo de 800 kilos [la cantidad que en un momento se pensó que faltaba] es altamente improbable por más que haya habido una gran cantidad de ratas”.

“El consumo de marihuana disminuirí­a en las ratas su capacidad adaptativa para explorar y explotar el entorno en el que se mueven”

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