“Siempre fui un fanático de la selección”
Este contenido pertenece a la publicación “Messi, el Patriota”, editado por en 2014. Para palpitar la cuenta regresiva hacia la nacion la Copa de Rusia, los artículos del capitán de la selección llegarán a nuetros lectores en entregas diarias a través de www.lanacion. com.ar. La propuesta, una producción periodística de Martín Castilla y Cristian Grosso, consiste en una serie de seis artículos que se leerá antes del debut de la Argentina ante Islandia.
Me siento un tipo de barrio, como cualquier otro. El mismo de siempre. Rosario es el lugar donde nací, donde pasé lindos momentos en mi infancia. Los momentos vividos de chico no los cambian ni un gol ni la fama. En las calles de mi barrio aprendí a jugar al fútbol, a entender el juego como diversión. Sobre el asfalto, terminábamos pelados de tanto jugar en la calle. Recuerdo que cuando mi mamá me mandaba a hacer los mandados, sólo iba si me dejaban ir con una pelota. Y no sé si la primera pelota me la compraron mis viejos o mi abuela, pero sí recuerdo que la primera que insistió para que jugara en el baby fue ella, mi abuela Celia. Argentina es mi país, mi familia, mi manera de expresarme. Me preguntan por qué no se me pegó el acento español y es simple: no quiero que se me pegue ni perder ninguna identificación con mi país. Es el lugar donde quiero volver. No sé cuando. Si me preguntan en qué lugar quiero estar, siempre voy a decir Rosario.
Siempre fui muy fanático de la selección. Veía los partidos por televisión porque nunca pude verlos en una cancha como hincha. El recuerdo más fuerte que tengo de un Mundial fue el de 2002, cuando quedamos afuera de Corea-Japón. Lo viví con dolor, a la distancia, porque ya estaba en Barcelona.
Mi primera experiencia con la selección fue para los dos amistosos Sub 20 con Paraguay y Uruguay, antes del Sudamericano de Colombia de 2005. Cuando me llamó Hugo Tocalli sentí un gran alivio. Esperaba que me llamaran. Hubo contactos informales para saber si quería jugar para España, pero yo siempre dije que quería jugar para mi selección porque sólo siento estos colores. Para esa convocatoria viajé desde España con muchísima ilusión porque iba a vestir esa camiseta que tanto nos conmueve. Creo que si en ese partido con Paraguay me ponían de arquero, iba feliz al arco.
La preparación para el Sudamericano de Colombia la viví con mucha ansiedad. Fueron días inolvidables, sabiendo que jugaría en poco tiempo para el Sub 20. Esa fue una experiencia inolvidable en mi carrera. Mis primeros minutos oficiales, los primeros goles en el Sudamericano .... Quizá porque esperaba mucho la posibilidad, disfruté todo intensamente. Después vino el Mundial de Holanda, los goles a España, el primero a Brasil en las semifinales, los penales a Nigeria. Impresionante. Y además, todo terminó con mi primer título. Había soñado con ganar el Mundial. Pero también terminé goleador y fui elegido el mejor jugador. Nunca pensé en todo lo que podría suceder después, sólo disfruté como pude, porque terminó la Copa y enseguida regresé a Barcelona. Sin dudas fue un impulso para mí.
“De mi primer Mundial me fui muy triste”
Como todo pibe, siempre soñé con jugar en primera. Tenía claro que quería ser futbolista, pero nunca me imaginé que tan rápido iba a pertenecer a un club de la magnitud de Barcelona, y menos que a los 18 años iba a cumplir el sueño de debutar en la selección mayor. Antes de partir para el Mundial Sub 20 de Holanda hablé unas pocas palabras con José Pekerman; él quería conocerme y transmitirme su tranquilidad. Cuando terminó el Mundial juvenil, de la mayor me dijeron que había una posibilidad de que fuera convocado para el amistoso con Hungría, en Budapest. Después, la expulsión amargó mi debut. Cuando llegué al vestuario me puse muy mal porque no fue justo, nunca quise pegarle un manotazo al rival que me venía tomando, solo pretendía que me soltara para seguir la jugada. Del Mundial de Alemania me fui triste. Por cómo se preparó ese equipo, no merecía terminar así, en los penales. Pero mis experiencias fueron todas positivas. Para los compañeros y la gente que conocí, no tengo más que palabras de agradecimiento.