Diego Costa, un guerrero en un equipo de toques y sutilezas
A punto de jugar su segundo Mundial, el delantero aventaja a Iago Aspas y Rodrigo
KRASNODAR, Rusia.– España no termina de dar con su delantero centro fijo, pero en una Roja pensada para el toque y la sutileza, el hispano-brasileño Diego Costa aporta la fuerza y la batalla erigiéndose por ahora como la principal opción. El director técnico Julen Lopetegui nunca escondió su gusto por este agresivo jugador, que tras un inicio de temporada difícil en la que no pudo jugar de manera regular hasta enero, logró hacerse un hueco en el plantel que lucha por su segunda estrella, tras la conquista de Sudáfrica 2010.
“Diego [Costa] nos da un punto de competitividad, de agresividad y también de fútbol con espacios”, decía el seleccionador, el 21 de mayo pasado, al entregar la lista de los 23 elegidos para la Copa del Mundo. “En la selección me estoy adaptando mucho mejor, las cosas me están saliendo”, aseguraba el atacante, en su regreso a la Roja para los complicados amistosos contra Alemania (1-1) y Argentina (6-1).
Lopetegui lo recuperó después que volviera a los terrenos de juego en enero pasado, con Atlético de Madrid, tras una controvertida salida de Chelsea, y no poder jugar la primera mitad de la campaña por la sanción que la FIFA le impuso al equipo que dirige Diego Simeone.
A punto de afrontar su segundo Mundial, tras vivir la debacle de Brasil 2014, donde España fue eliminada en la etapa de grupos, Costa se muestra confiado. “Sé que puedo ayudar”, asegura el explosivo jugador, de 29 años, pesadilla para las defensas rivales como constató Túnez, en el amistoso del sábado (1-0). Costa fue el revulsivo del encuentro junto a Iago Aspas, autor del tanto del éxito en Krasnodar y quien junto con el también hispano-brasileño Rodrigo pretenden sembrar dudas al entrenador Lopetegui, que diseña la estructura para el debut. La supuesta dolencia en la rodilla izquierda de Gerard Piqué, en la rutina de gimnasio de ayer, fue desmentida por el servicio de prensa de la selección.
Aunque jugó dos partidos amistosos con Brasil, Costa no lo dudó cuando el predecesor de Lopetegui, Vicente del Bosque, lo llamó para defender los colores España, donde debutó el 3 de marzo de 2014 en un amistoso contra Italia (1-0). Desde entonces, participó de 20 encuentros.
Durante el ciclo Del Bosque no llegó a sentirse cómodo en un dibujo basado en pases vertiginosos y llegar prácticamente hasta el arco con el balón en los pies. Apenas dos goles pudo anotar el artillero, pilar junto a Antoine Griezmann de la delantera de Atlético de Madrid.
La llegada de Lopetegui al banquillo le permitió una mejor adaptación del delantero a la selección. El seleccionador, sin renunciar al característico juego de toque, no vaciló en la búsqueda también de un ataque más directo utilizando las bandas y los centros al área para ayudar a Costa. “Hay que esperar el momento, que el balón que los medios–queson muy buenos–, te puedan poner... Estar tranquilo porque en algún momento ellos te van a dejar un balón fácil para poder marcar”, aseguraba Costa en su vuelta a la selección.
En los 10 partidos bajo la órbita de Lopetegui marcó cinco goles, incluido un doblete en el 8-0 a la débil Liechtenstein en septiembre de 2016 en partido de clasificación para el Mundial.
La combatividad de Costa encaja en el juego de presión alta que pretende el entrenador, además de aportar su poderío aéreo y el desgaste que produce en las defensas rivales su continua combatividad. A tres días del inicio de Mundial frente a Portugal, se perfila como la primera opción para ser el faro de España, un escalón por encima de Rodrigo, que explotó esta temporada en Valencia con 16 festejos, y de Iagos Aspas, a quien las estadísticas de promedio de goles y asistencias por partido lo apuntan como el mejor delantero en los últimos dos años, cuando comenzó el actual ciclo mundialista. Sin embargo, el atacante de Celta no goza del mismo aprecio del DT, que solo una vez le posibilitó jugar más de 45 minutos.