LA NACION

Doble crimen narco: descubren pólvora en la mano de la abogada

sospechan que pudo haber disparado el arma; aún se desconoce el móvil

- Gabriel Di Nicola

En sus primeras manifestac­iones cuando llegó el personal de la Policía de la Ciudad y encontró los cuerpos de las dos víctimas, la abogada Julieta Estefanía Bonanno había explicado que no estuvo en la escena del crimen. Aseguró que el sicario la había encerrado en el lavadero antes de ejecutar a Rodrigo Naged Ramírez, de 59 años, y a su hijo John, de 30. Sin embargo, un peritaje determinó que la letrada tenía restos de deflagraci­ón de un disparo en una de sus manos.

Esta prueba científica podría empeorar la situación de la imputada, que hasta el momento está acusada de haber contribuid­o a que se pudieran concretar los homicidios.

Ahora, los investigad­ores intentarán determinar, con un peritaje integral, si ella disparó o si los restos de pólvora son una eventual contaminac­ión por haber estado en la escena del crimen.

“El resultado del peritaje no determina que la abogada haya sido quien disparó. Sí puede significar una contradicc­ión en relación con su discurso, ya que dijo que en el momento de las dos ejecucione­s ella estaba encerrada en un lavadero. A juzgar por este indicio de prueba científica, quizás haya estado en la propia escena del doble crimen. Vamos a trabajar en la reformulac­ión de la imputación”, afirmó a la nacion una calificada fuente judicial.

Naged Ramírez había estado preso por la operación Bobinas Blancas, el intento de contraband­o de 2000 kilos de cocaína ocultos en bobinas electromag­néticas de acero. Había sido procesado con prisión preventiva por el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, pero quedó exceptuado provisiona­lmente del proceso luego de haber sufrido un ACV que le dejó graves problemas de salud y que le impedía, en términos legales, comprender en el proceso penal en su contra la criminalid­ad de sus actos. En el expediente judicial fue defendido por Bonanno.

El análisis de residuos de disparo (GSR por sus siglas en inglés, gunshot residue) fue realizado por la división científica de la Policía de la Ciudad, que pocos momentos después de conocerse el doble asesinato tomó muestras de las manos de la abogada y de las de las dos víctimas.

“Se encontraro­n partículas de antimonio y bario fundidas entre sí. El positivo es categórico en cuanto a que se trató de restos moleculare­s provocados por disparos de arma de fuego”, explicó una fuente de la Policía de la Ciudad.

El especialis­ta sostuvo que para que se tratase de una contaminac­ión debían haberse encontrado restos de deflagraci­ón en ambas manos y solo fueron hallados en una. El resultado positivo no solo fue en las muestras tomadas a la abogada, sino también en las de John Naged.

“El resultado positivo en las muestras de Naged se trataría de una contaminac­ión por un acto defensivo. Suponemos que levantó la mano como un acto reflejo en el momento del disparo, que se hizo poniéndole el caño del arma en la frente”.

El juez González Charvay y los detectives de la División Investigac­ión de Delitos Violentos de la Policía Federal Argentina además analizan un mensaje escrito a mano en la casa de Bonanno que decía “Rodrigo Naged Ramírez va a morir” y después se agregó la palabra “muerto”.

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Archivo La abogada Julieta Bonanno, al ser conducida hacia el juzgado de Campana

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