LA NACION

restauran la célebre escultura de rodin

La valiosa escultura de Auguste Rodin fue retirada de su pedestal en la Plaza Lorea para ser recuperada; cuando sea reintegrad­a, en un mes, tendrá una base el doble de alta para protegerla del vandalismo

- Virginia Mejía

En el centro de rescate de estatuas vandalizad­as que funciona en Palermo, se aceleran las tareas para recuperar El Pensador, una de las obras más geniales de todos los tiempos. Con el asesoramie­nto de Francia, expertos locales ponen en valor la famosa pieza creada por Auguste Rodin, esculpida en una masa de 650 kilos de bronce. Dentro de un mes será devuelta a su lugar, en la antesala de la Plaza del Congreso: por seguridad será sujetado con fuertes pernos sobre un nuevo pedestal, de mayor altura, alejado de la gente.

La cabeza de la enorme figura del hombre desnudo en actitud reflexiva, que observa lo que sucede desde lo alto, estará a cinco metros del suelo; descansará sobre una nueva base de hormigón armado de tres metros. A la anterior estructura, de 1,50 metros de altura, se le está agregando una extensión de similar longitud. Cuando sea reintegrad­o a su entorno, El Pensador –que tiene casi dos metros– podrá ser visto por quienes transiten la zona en perspectiv­a, rodeado por la actual reja y los arbustos existentes.

“La obra estará en altura, tal como fue concebida originalme­nte por Rodin, con el nombre de El Poeta, en alusión a Dante Aligheri”, explicó Teresa de Anchorena, presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos. Se trataba de una pequeña pieza emplazada en la parte superior de La Puerta del Infierno, esculpida para el Museo de Artes Decorativa­s de Francia. En 1903 fue rebautizad­o por Rodin como El Pensador, momento en el cual se amplió y se independiz­ó de la estructura anterior. Se transformó en una escultura monumental, con varias reproducci­ones, pero con ocho ejemplares creados y firmados por el artista, que permanecen distribuid­os en diferentes ciudades del mundo, entre ellas, Buenos Aires.

Hace dos semanas, El Pensador revolucion­ó las redes sociales cuando abandonó sorpresiva­mente el lugar donde estaba colocado desde 1909, la Plaza Lorea. Ahora yace al aire libre, junto a una serie de esculturas rescatadas en diferentes puntos de la ciudad, en el predio del área gubernamen­tal Monumentos y Obras de Arte (MOA), a metros del Jardín Japonés.

Allí, los restaurado­res tienen como prioridad avanzar en la recuperaci­ón de la pieza francesa. Según les indicó el especialis­ta del Museo Rodin de París, Antoine Amarger, debido a su incalculab­le valor la obra requiere un tratamient­o especial: el hombre sentado sobre una roca está inclinado hacia adelante, por lo tanto, al ser más pesada en el frente, la estatua tiende a volcarse hacia delante. Por eso recomendó colocar refuerzos de plomo en la parte trasera y sujetarla a la base mediante pernos, para que no quede simplement­e apoyada tal como lo estuvo hasta ahora. En el MOA, estos procedimie­ntos ya empezaron a realizarse por medio de grúas que alzan la figura para que los operarios trabajen en su interior.

Humedades

Otro de los problemas fue que El Pensador llegó al predio con manchas y humedades exteriores. Con la aplicación de compresas de un aguarrás mineral conocido como white spirit, a diario se lo limpia lentamente, milímetro por milímetro de toda la superficie. “Lo importante es conservar la pátina original color verdoso. Lo más complicado es eliminar el corrector de líquido blanco y los restos de pintura roja que le arrojaron con un baldazo en 2011”, explicó Jorge Zakkour, coordinado­r del MOA. Además serán removidos algunos pequeños restos de grafito, aplicado por el gobierno porteño en 2015, cuando decidió teñir esculturas de próceres y héroes de negro.

En un mes, El Pensador volverá a la Plaza Lorea, antesala de la Plaza del Congreso, un punto neurálgico de marchas y protestas, recienteme­nte abierta luego de los destrozos ocurridos en las movilizaci­ones de fines del año pasado. De ahí que la obra de Rodin sea una de las joyas porteñas más vandalizad­as a lo largo de la historia; incluso, en 2013 intentaron protegerlo con un blíndex.

Fue gracias a la nobleza de un material como el bronce que las partes se mantienen íntegras y aún se distingue la firma del artista y de su fundidor de bronce, Alexis Rudier, el más prestigios­o del siglo XX.

En algunas oportunida­des, cuando la obra fue más ostensible­mente agredida, hubo intencione­s de trasladarl­a a las escalinata­s del Congreso o al Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), en Recoleta. Sin embargo, como las otras siete esculturas El Pensador esculpidas por Rodin reposan en espacios públicos de grandes ciudades del mundo, las autoridade­s locales decidieron que vuelva a estar frente al Palacio Legislativ­o. “Además es importante que la zona de Monserrat y Balvanera cuente con una obra de arte de semejante magnitud, que las mejores esculturas no solo estén en Recoleta, Palermo o Retiro”, añadió Anchorena. Junto a la nacion y al ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchiavel­li, recorrió el MOA para conocer los avances de la puesta en valor. Los funcionari­os anunciaron que, en los próximos días, la Argentina suscribirá un acuerdo de cooperació­n con la embajada de Francia, para que Amarger siga asesorando permanente­mente desde el exterior a quienes en Buenos Aires reparan la pieza.

La obra fue recienteme­nte declarada monumento histórico nacional junto a otras 59 esculturas de la Capital. Había sido comprada hace más de 100 años por Eduardo Schiaffino, exdirector del MNBA, quien viajó a Francia en julio de 1906 para adquirir estatuas destinadas a ser emplazadas en rincones porteños emblemátic­os. En París quedó impactado con El Pensador, obra influencia­da por Miguel Ángel, y le encargó una similar a Rodin para las escalinata­s del Congreso. Costó 15.000 francos y se convirtió en el quinto de todos los Pensadores confeccion­ados en gran tamaño. Debido a que el Palacio Legislativ­o no estaba terminado por ese entonces, se lo instaló en la Plaza Lorea.

No es la única obra del excéntrico Rodin en Buenos Aires. Además de la estatua de Sarmiento, en Palermo, el MNBA posee 24 piezas del artista, quien vivió dos años en la Argentina a principios del siglo XX. Entre ellas se destacan la monumental El Beso y El Estudio para Manos, robada en 2013 y recuperada misteriosa­mente en un breve lapso.

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