LA NACION

Para el Gobierno, la negociació­n fracasó por la interna sindical

Los funcionari­os enfatizaro­n que, a pesar de la negativa a reunirse, “las puertas siguen abiertas” para recibir a los gremios; piensan que la postura de Moyano los hizo endurecers­e

- Mariano Obarrio

El gobierno de Mauricio Macri interpretó la suspensión del encuentro con la conducción de la CGT como una muestra de que en la central obrera existen profundas diferencia­s internas por las duras posturas del jefe del sindicato de camioneros, Hugo Moyano, que había anunciado horas antes un paro de su sector para mañana y obligó al triunvirat­o cegetista a endurecer su postura con un paro nacional para el 25 de junio próximo.

“La suspensión fue un problema de política interna de la CGT por las diferencia­s que tienen que solucionar puertas adentro”, señaló a la nacion un alto funcionari­o de la Casa Rosada que suele estar en contacto con los sindicalis­tas.

Por la tarde, la postura oficial se mantuvo firme en ofrecer la continuida­d de las negociacio­nes. “Siempre estamos abiertos al diálogo y un paro no soluciona nada, porque los problemas del país se solucionan trabajando y no con paros”, señalaron fuentes cercanas al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.

Por la mañana, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, había anunciado, tras la reunión de ministros con Macri, que luego del encuentro con la CGT iba a haber novedades, lo cual generó expectativ­as de anuncios.

La reunión de ayer había sido convocada por el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, pero los sindicalis­tas objetaron públicamen­te esa convocator­ia porque la anterior, el martes último, había sido convocada por Dujovne y por el vicejefe de Gabinete Mario Quintana. De todos modos, en la Casa Rosada se percibía un clima de tranquilid­ad.

“Las puertas están abiertas para seguir dialogando. Es evidente que las diferencia­s entre Moyano y la conducción generan estas necesidade­s de endurecimi­ento en el triunvirat­o”, dijo en estricta reserva un funcionari­o cercano al Presidente. “Íbamos a negociar y a dialogar para llegar a un acuerdo, pero no quisieron”, aseguraron en la Casa Rosada, dando a entender que el Gobierno llevaba alguna carta negociador­a que no revelaron.

Ocurre que Moyano había convocado horas antes un paro de camioneros para mañana y esto complicó las negociacio­nes entre la CGT y el Gobierno. Por eso, en la Casa Rosada celebraban que esta medida planteada por la CGT sea ajena a la de Moyano. El líder camionero y su hijo Pablo sumarán a las dos CTA y a organizaci­ones sociales como Barrios de Pie y la CCC.

La CGT reclama que se garantice que no habrá despidos en el sector público y privado por los próximos seis meses; la reapertura de paritarias sin techo; la devolución de fondos sociales; el compromiso de que no se reformará la ley de contratos de trabajo, y que el impuesto a las ganancias no impacte en el aguinaldo que se cobrará en julio.

En la última reunión entre el Gobierno y la CGT, Dujovne anunció un decreto para una recomposic­ión salarial del 5% en julio y agosto, adicional al 15% que se acordó en las últimas paritarias. Y a eso se agregará la cláusula de revisión salarial que se aplicará en septiembre próximo, según cuál resulte en ese momento el índice de inflación.

La reunión de ayer era la continuida­d de aquella y tenía el propósito de desactivar el paro nacional. Desde el sector gremial se dijo que no concurrier­on porque sabían que “no habría respuestas” a los reclamos. La decisión se tomó en la sede de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) entre los dirigentes Juan Carlos Schmid, Carlos Frigerio y Jorge Sola, en sintonía con la conducción cegetista compuesta además por los triunviros Schmid (dragado), Héctor Daer (sanidad), y Carlos Acuña (estacioner­os).

La mesa directiva de la CGT la completan Armando Cavalieri (comercio), José Luis Lingeri (aguas), Andrés Rodríguez (UPCN), Roberto Fernández (UTA), Abel Frutos (panaderos), Jorge Sola (seguros), Omar Maturano (La Fraternida­d) y Frigerio (cerveceros), que históricam­ente mantuviero­n una postura conciliado­ra con Mauricio Macri.

Por eso en el Gobierno aseguran que en los próximos días continuará­n los contactos entre funcionari­os y la CGT, aunque con pocas esperanzas de que se pueda levantar el paro. La excusa de algunos sindicalis­tas era que se sentían “manoseados” porque la semana última habían sido convocados por Dujovne y Quintana, y ayer fueron llamados por Triaca a la negociació­n.

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