Macri tiene un “quiste pancreático de carácter benigno”
diagnóstico. Los médicos afirmaron que es “preexistente” y que no requiere tratamiento
El presidente Mauricio Macri se realizó ayer una resonancia abdominal que confirmó la existencia de un quiste pancreático benigno, ya identificado a través de una ecografía practicada en mayo. A través de un comunicado oficial, desde la Casa Rosada aseveraron que el mandatario “no necesita tratamiento alguno” por ese quiste.
El parte indicó que Macri se había realizado una ecografía abdominal el 23 de mayo en el Centro de Diagnóstico Maipú, y que el estudio “mostró la existencia de un quiste pancreático preexistente de carácter benigno”. En la mañana, el Presidente obtuvo el mismo diagnóstico tras completar una resonancia magnética.
Más allá del chequeo médico, la atención principal de Macri, sus ministros y colaboradores estuvo puesta desde temprano en el debate en la Cámara de Diputados del proyecto de despenalización del aborto, que divide aguas tanto en el oficialismo como en la oposición.
“Hoy el aborto es el tema”, afirmaron cerca del Presidente, que a partir de las 10 encabezó la reunión diaria de coordinación y luego mantuvo encuentros de carácter privado y una charla con ejecutivos de la empresa aérea Flybondi. “Estamos muy tranquilos, salga como salga”, agregaron sobre la votación, cuyo resultado final también era un misterio para la Casa Rosada.
Esa confianza no se sostenía en el aire: una encuesta encargada por el Gobierno indica que el 74% de los consultados considera que Macri hizo bien al instalar la discusión, contra un 20% que lo califica negativamente.
El Presidente se mantuvo informado sobre las alternativas del debate a través del jefe de Gabinete, Marcos Peña, más allá de la comunicación directa con el titular de la Cámara baja, Emilio Monzó.
“Si sale aprobada de Diputados, saldrá por uno o dos votos, lo cual hace difícil que el Senado la apruebe”, especularon cerca de un ministro ante la consulta de la nacion. El ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, canceló todas las entrevistas “hasta después de la votación”, una postura que tomó el resto del Gobierno “para no influir en la decisión de los diputados, sea a favor o en contra”.
A diferencia de otros temas, no hubo “bajada de línea” desde la Jefatura de Gabinete hacia los ministros y los diputados para que se inclinen por el apoyo o el rechazo, coincidieron fuentes parlamentarias de Cambiemos y dos ministros.
En el macrismo sienten que al instalar el inédito debate sobre la despenalización del aborto el Gobierno ya “ganó” unos cuantos puntos en la opinión pública. Y cerca del Presidente recordaron que la postura de Macri fue la de “dar libertad a cada uno para que vote según su conciencia, y la tranquilidad de que no va a vetar la ley”, si es que esta es aprobada por ambas cámaras, según recordó otro de sus voceros.
“Si no sale hoy, saldrá en dos años, esto es inevitable”, contaron cerca de uno de los ministros que apoya la despenalización. En la Casa Rosada prevén que el kirchnerismo y la izquierda “podrán atacar al Gobierno si la ley hoy no se aprueba”. Pero un vocero matiza: “Esa postura no se sostiene, porque nosotros también estamos divididos”.