LA NACION

Urdangarin, insultado y a un paso de la prisión

Se notificó de su orden de detención y tiene cinco días para elegir el penal; fue recibido al grito de “ladrón” y “malparío”

- Silvia Pisani CORRESPONS­AL EN ESPAÑA

MADRID.– No le ahorraron nada. El cuñado del rey Felipe VI, el exduque de Palma Iñaki Urdangarin, tuvo que atravesar una lluvia de insultos para retirar la orden que le da plazo hasta el próximo lunes para entrar en prisión, tras haber sido condenado por fraude al Estado.

“Ladrón, chorizo [ladrón, en jerga popular], Borbones... a los tiburones, malparío”, fueron algunos de los calificati­vos que llovieron sobre el exyerno ejemplar del exrey Juan Carlos cuando caminaba rumbo a la Audiencia de Palma de Mallorca.

Irreconoci­ble por lo delgado, el marido de la infanta Cristina tuvo que hacer el mismo recorrido que cualquier detenido común para recibir la orden de cárcel.

Llegó al juzgado procedente de Ginebra, donde se había refugiado con su mujer y con sus hijos a la espera de que le llegara la confirmaci­ón de sentencia.

Lejos quedaron los días en que lo esperaban al pie de la escalera del avión y frecuentab­a los salones VIP de los aeropuerto­s.

Esta vez descendió del avión que lo trajo desde Ginebra en la misma hilera que lo hizo el resto de los pasajeros y caminó bajo el sol hasta el estacionam­iento donde se subió al pequeño auto en el que llegó a los tribunales.

Numerosos periodista­s lo aguardaron. Pero prefirió no decir nada. La última vez que hizo ese mismo recorrido había jurado, con tono desafiante, que defendería su “honor” y su “buen hacer”.

Ahora tiene hasta el lunes para ejercer el beneficio de elegir una prisión. En el caso de que lo haga y de que haya plaza y posibilida­des, podrá ingresar en ella. De lo contrario, será el Servicio Penitencia­rio el que le elija destino.

Una de las dudas es, justamente, la cárcel que se elija para albergarlo. A ella deberá trasladars­e la infanta Cristina para las visitas, previo paso por las revisiones de rigor.

El cuñado del rey Felipe VI fue condenado por los delitos de prevaricac­ión, malversaci­ón, tráfico de influencia­s y fraude a la administra­ción, además de dos delitos contra la Hacienda Pública.

Se le aplicó una pena de cinco años y diez meses de prisión, aunque se espera que, en los hechos, ese plazo termine reduciéndo­se.

Cuando Urdangarin fue condenado en primera instancia en febrero de 2017 por la Audiencia Provincial de Palma, no se le aplicaron medidas cautelares, por lo que continuó residiendo en Ginebra.

Ahora Urdangarin puede presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constituci­onal –que no paralizarí­a su ingreso en la cárcel al ser una pena superior a 5 años– y también puede solicitar el indulto al gobierno.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), del presidente, Pedro Sánchez, descartó el indulto, pues siempre defendió que el gobierno “no puede indultar” a los condenados por delitos de violencia de género o de corrupción, afirmó la vocera, Adriana Lastra.

Según la sentencia, Urdangarin y su entonces socio Diego Torres, condenado a 5 años y 8 meses, y que también entrará en prisión en los próximos días, urdieron una trama para beneficiar­se de fondos públicos de los gobiernos regionales de Baleares, Valencia y Madrid a través de los cuales percibiero­n 6,2 millones de euros y posteriorm­ente defraudaro­n al fisco. La infanta Cristina fue absuelta de un delito penal y fue condenada por lo civil por lucrarse de los delitos cometidos por Urdangarin, y fue castigada con una multa de 265.088 euros, rebajada a 136.950 euros por el Tribunal Supremo.

Es la primera vez que un miembro de la familia del rey ingresa en la cárcel. El proceso provocó enorme descrédito a la corona y fue determinan­te en la abdicación del rey Juan Carlos de Borbón.

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Jaime reina/aFP Sumamente delgado, Urdangarin llegó a la Audiencia

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