Pacientes del Instituto de Rehabilitación Psicofísica rechazan que se mude al sur Por año, 45.000 consultas
conflicto. En el centro, que funciona en Belgrano, se atienden personas de todas las edades con discapacidades y problemas motores; la Ciudad analiza trasladarlo a Parque Patricios
Milagros, hoy de 9 años, tiene espina bífida. “Cuando nació los médicos me dijeron que Mili no iba a poder caminar. Vine por casualidad a hacer un trámite al Instituto de Rehabilitación Psicofísica (IREP) y las mamás me dijeron que este era el mejor lugar para recuperar a mi hija”, recuerda Cecilia Guadalupe Cóndor. Milagros tenía 8 meses y, a partir de llegada al IREP, que funciona en el barrio de Belgrano, su vida dio un giro rotundo. Con un tratamiento ininterrumpido que incluye kinesiología, terapia ocupacional, fonoaudiología, psicología y hasta natación, camina con andador y pronto empezará a usar bastones canadienses.
Pero la vida no solo cambió para Milagros; sus papás decidieron vender su casa en Florencio Varela y alquilar un departamento en los alrededores del IREP para estar cerca de sus médicos. “Si trasladan el centro a Parque Patricios tendría que volver a mudarme y cambiar a mis hijas de colegio. Creo que sería un gran golpe para Mili”, dice con preocupación Cecilia.
Se refiere al proyecto del gobierno porteño de construir un Complejo Hospitalario Sur en el predio del Hospital Muñiz, que aglutinaría los servicios de ese y otros cuatro establecimientos especializados hoy dispersos en distintos barrios.
La opinión de Mabel da Cuña es similar. “Mi hijo Gonzalo, que hoy tiene 29 años, tuvo un accidente hace poco más de un año y desde entonces se atiende acá. Vivimos en Tres de Febrero, sería un gran inconveniente si el IREP se traslada al sur. Demoraríamos mucho más en llegar y no sabemos si van a estar los mismos médicos ni si van a atender las mismas patologías”, señala.
Miguel Salerno mira de reojo. “Tengo 66 años y vengo acá porque tengo artritis psoriásica. Vivo en Saavedra, no sé cómo voy a hacer para viajar hasta Parque Patricios. Además acá enfrente tenemos el centro de recreación donde hago natación, actividad que debo practicar por mi tratamiento”, detalla.
El proyecto que analiza la Ciudad pretende unir los hospitales de gastroenterología Udaondo, de oncología Marie Curie, de rehabilitación respiratoria María Ferrer y el IREP en el predio del Muñiz, tal como publicó la semana pasada la nacion. La iniciativa recoge y amplía otra impulsada ya en 2010 por Mauricio Macri durante su paso por la Jefatura de Gobierno porteña.
Al conocerse la noticia se difundió un audio de los trabajadores del IREP en rechazo al traslado. “Somos únicos en el norte de la ciudad de Buenos Aires dedicados a la rehabilitación integral de las personas con discapacidad motora de todas las edades, y trabajamos en conjunto con otros efectores de la zona”, afirman en la grabación.
En efecto, el IREP funciona en coordinación con el Hospital Pirovano, el Hospital Fernández, el Centro de Salud Mental N° 1, el Servicio Nacional de Rehabilitación, el Centro de Formación Profesional N° 7, la Escuela de Discapacitados N° 1 y la Facultad de Ciencias Veterinarias, con su equipo de equinoterapia para ayudar a pacientes en rehabilitación. “Somos parte de un polo hospitalario de atención integral de la salud en la zona norte porteña. El proyecto oficial ni siquiera contempla la atención de niños, niñas y adolescentes”, resume Anahí Olsen, kinesióloga de planta del instituto.
La profesional también destaca el valor histórico del edificio que aloja al IREP, en Echeverría y Ramsay; allí funcionó la Ciudad Infantil Evita en 1949. Actualmente, el centro atiende 45.000 consultas al año y tiene 35pacientesestablesenelsectordeinternación, que puede alojar hasta 60.
El 60% de los pacientes llega desde las zonas norte y noroeste bonaerenses; el 40% restante, de la Capital. “Este traslado le va a complicar la vida a la gente que viene de la zona norte y le va a facilitar, tal vez, a los que vienen de la zona sur de la ciudad, que son aproximadamente un 20% del total. Pero incluso estos nos dicen que no quieren que se pierda la identidad ni la función de este lugar”, afirma Ricardo Gómez, secretario de la carrera de Medicina Física de Rehabilitación. “Las autoridades dicen que es necesario un instituto de rehabilitación en el sur. ¿Por qué no hacen otro más ahí?”, se pregunta.
Según Olsen, respecto de la mudanza al Complejo Hospitalario Sur solo recibieron una carta fechada el 11 de abril, en la que Daniel Ferrante, subsecretario de Planificación Sanitaria porteño, informa cuáles son los cinco hospitales que integrarán el proyecto y describe el cronograma tentativo de actividades. “Durante 2018 iniciaremos diferentes relevamientos y rondas de acuerdo tendientes a definir el alcance y características del proyecto. A fines de 2018 se evaluará la factibilidad sanitaria, arquitectónica y económica del proyecto, y se decidirá si seguir adelante. Si se decide avanzar, durante 2019 se realizará la documentación, una nueva consulta con referentes de cada hospital y la posterior licitación del proyecto. Desde fines de 2019 a mediados de 2022 se desarrollará la obra, con inicio de funcionamiento en 2023”, dice la nota.
Luego se les entregó a las autoridades del IREP un documento en Power Point que incluye detalles sobre la venta de los inmuebles, el financiamiento de la iniciativa y un plano del nuevo predio.
La Ciudad explica que todavía el proyecto está en análisis. “Aún no sabemos cómo se financiará. Tiene que ver con evaluar la construcción de un lugar para que el personal trabaje con las comodidades necesarias, las nuevas tecnologías y los resultados que se esperan de los centros de salud con la medicina moderna”, respondió la ministra de Salud, Ana María Bou Pérez, a la nacion la semana pasada.
La falta de definiciones inquieta a los familiares de los pacientes. Claudia Artaza atiende en el IREP a su hijo Marcos, de 10 años, desde los nueve meses; padece agenesia del cuerpo calloso (ACC). “Realiza terapia ocupacional, psicopedagogía, kinesiología, fonoaudiología y terapia asistida con animales. No quiero que lo trasladen. No está claro cómo lo van a hacer, si van a estar los mismos médicos, si va a ser tan completo como este hospital ni si te van a hacer, por ejemplo, una radiografía tan rápido como acá”, sintetiza.
Cecilia Guadalupe Cóndor madre de una paciente “Si trasladan el centro tendría que volver a mudarme. milagros quiere mucho a sus médicos y sería un gran golpe para ella” Miguel Salerno paciente “tengo 66 años y vengo acá porque tengo artritis reumatoidea. Vivo en Saavedra, no sé cómo voy a hacer para viajar hasta parque patricios”