LA NACION

La legalizaci­ón del aborto se aprobó en Diputados y toma impulso en el Senado

El proyecto obtuvo 129 votos contra 125 tras una larga discusión; la definición, en un mes

- Gabriel Sued

Una sesión de casi 24 horas con incertidum­bre por el resultado final. Sorpresa por el giro de postura de tres legislador­es, una multitud ansiosa en la Plaza del Congreso y un país pendiente. En este contexto, la Cámara de Diputados le dio media sanción ayer al proyecto de despenaliz­ación del aborto, que ahora tomó impulso de cara a la discusión que se abrirá en el Senado.

La Cámara alta busca acelerar el debate para que el proyecto se vote antes del receso invernal de julio. Aunque el panorama allí siempre lució complejo, el cambio de tendencia de ayer puede impactar, según admitieron los jefes de bloque.

El proyecto se aprobó en Diputados por 129 votos a favor frente a 125 en contra y una abstención. El oficialism­o votó dividido, como la mayoría de las bancadas, y, a pesar de las presiones, el Gobierno se mantuvo prescinden­te de la resolución legislativ­a. Horas después, el presidente Mauricio Macri felicitó al Congreso por la calidad del debate. La Iglesia expresó su “dolor” por la aprobación del proyecto.

En un desenlace vibrante, la Cámara de Diputados dio ayer media sanción a la legalizaci­ón del aborto. Tras un giro de último momento, la votación terminó con 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención.

Los números del tablero electrónic­o, que por un error de registro dio una diferencia de ocho votos a favor del sí, produjo una explosión de emociones en el recinto. De pie al lado de sus bancas, los promotores del proyecto aplaudiero­n y celebraron a los gritos. En todos los sectores podía verse a diputadas llorando.

Con cambios menores introducid­os durante la votación en particular, la iniciativa se giró al Senado, donde referentes de los tres principale­s bloques anticiparo­n un tratamient­o sin demoras. La sesión se desarrolló en un clima cargado de gestiones secretas y recriminac­iones cruzadas, y con manifestac­iones en la calle, que se extendiero­n durante toda la madrugada.

El final coronó una sesión de 22 horas, en la que el escenario fue cambiando minuto a minuto. Antes del debate, una seguidilla de pronunciam­ientos a favor de la iniciativa emparejó el tablero al máximo. Pero una vez que se abrió la discusión trascendió que algunos indecisos se habían inclinado por el no.

El rechazo al proyecto sacó ventaja durante gran parte de la jornada. Una diferencia mínima, pero diferencia al fin. Los promotores de la reforma corrieron desde atrás durante todo el día. Las gestiones nunca se detuvieron, ni siquiera durante la madrugada. Primero se operó sobre los indecisos. Se logró convencer a José Luis Riccardo (UCR-San Luis) y Héctor Stefani (Pro-Tierra del Fuego). El misionero Jorge Franco (Argentina Federal) dio el presente cerca de la medianoche, cuando los impulsores de la reforma se resignaban a que se quedara en su provincia por presiones del oficialism­o local.

Punto de inflexión

El discurso de Facundo Garretón (Pro-Tucumán) cambió el clima por completo. Pese a que en la semana previa dijo que había mejores argumentos para aprobar la legalizaci­ón, el diputado supeditó su voto a una consulta que lanzó en su sitio web. “Decidí emitir mi voto en contra de la legalizaci­ón”, anunció minutos antes de las 4 de la madrugada.

El cambio de tendencia se completó con el pronunciam­iento negativo de dos diputados que permanecie­ron indefinido­s durante el primer día de sesión: Javier David (Argentina Federal-Salta) y Beatriz Lotto (FPV-Formosa).

A dos horas de la votación, el escenario marcaba una ventaja de dos votos para el rechazo del proyecto. Estaban 128 en contra, 126 a favor. Ese conteo previo parecía inamovible. Daniel Lipovetzky, Silvia Lospennato y Marcelo Wechsler, los diputados de Pro que empujaron con más energía el proyecto, no lograban involucrar en la decisión al Gobierno, que había dado libertad de conciencia. Tampoco resultaron las gestiones del presidente de la Cámara, Emilio Monzó.

Sin disimulo, los cuatro rezongaban porque la Casa Rosada no tomaba partido. Advertían que el Presidente podía terminar pagando el costo de una votación negativa. Sugerían que se les pidiera a dos o tres diputados del oficialism­o, inclinados por el rechazo, que dejaran el recinto antes de la votación. No hubo respuesta desde el Gobierno.

Últimos intentos

Las fuerzas también parecían agotarse entre los diputados de la oposición que promovían la reforma. “Ya hicimos todo lo que podíamos hacer. En el interbloqu­e Argentina Federal, en el FPV y en el Frente Renovador ya no se puede convencer a nadie más”, advertía con los ojos bien abiertos Carolina Moisés (Bloque Justiciali­sta-Jujuy), en el Salón de los Pasos Perdidos. En un costado, Malena Galmarini se tomaba un descanso después de largas gestiones para inclinar la balanza para el lado del sí.

Las principale­s firmantes del proyecto jugaron una última carta a las 7.30. Enfrentaro­n las cámaras codo a codo para reclamarle un gesto al Gobierno. Mayra Mendoza (FPVBuenos Aires) puso la responsabi­lidad en manos de Mauricio Macri. Parecía un intento desesperad­o. La movilizaci­ón callejera había perdido fuerza y ya no se podía agregar oradores para extender la sesión.

El escenario cambió de manera inesperada en tiempo de descuento. A las 8.11, el diputado por La Pampa Sergio Ziliotto (Bloque Justiciali­sta) hizo el anuncio-bomba. “Junto con Melina Delú y Ariel Rauschenbe­rger, los tres diputados peronistas por La Pampa, votaremos a favor de la despenaliz­ación del aborto”, dijo, vía Twitter. Ziliotto ya había anticipado su voto favorable, pero sus compañeros de bancada habían dejado trascender que votarían en contra.

Con ese cambio, el respaldo a la legalizaci­ón pasó a superar al rechazo por dos votos. Enseguida se sumó el giro en el mismo sentido del diputado Carlos Roma (Pro-Tierra Fuego), otro que se contaba como voto negativo. La diferencia pasó a ser entonces de cuatro votos. Solo faltaba sostener la ventaja hasta la votación, programada para las 10.

La cuenta regresiva del tablero electrónic­o se activó a las 9.50. No había ausentes. “¡Aprobado!”, anunció Monzó a las 9.51. Primero se informó de una victoria por 131 a 123. Dos votos se habían registrado al revés. Hubo un momento de confusión en el recinto. Monzó confirmó después que el resultado definitivo fue de 129 a 125, con la abstención de la cordobesa Alejandra Vigo (Frente Renovador).

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Silvana colombo Victoria Donda (Libres del Sur) y Silvia Lospennato (Pro) se abrazan en medio de la desazón de Tonelli, Carrió y Massot

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