El Presidente elogió a los diputados por “dirimir las diferencias con respeto”
En el Gobierno apuestan a que se diluyan las tensiones internas que se abrieron en el oficialismo durante la discusión del aborto
Tres horas habían pasado desde la votación en la Cámara de Diputados, y la satisfacción se mezclaba con la necesidad de aquietar las embravecidas aguas internas. “Quería destacar el trabajo de estos meses en la Cámara de Diputados y de todos los argentinos que dieron un debate histórico, propio de la democracia”, dijo el Presidente desde Paso de la Patria, Corrientes, donde encabezó un acto con el gobernador Gustavo Valdés y miembros de su gabinete. Por solo cuatro votos, los impulsores de la despenalización del aborto habían ganado la primera batalla legislativa.
“Hemos podido dirimir nuestras diferencias con respeto, con tolerancia, escuchando al otro, entendiendo que el camino del diálogo es el que va a fortalecer nuestro futuro”, afirmó el Presidente, quien de todos modos advirtió que el debate del proyecto “continúa en el Senado”.
Las declaraciones del Presidente, en Corrientes, fueron las primeras desde la aprobación del proyecto, que dividió de manera profunda al interbloque de Cambiemos: 65 diputados votaron contra la iniciativa y 42 lo hicieron a favor.
Desde el principio del debate parlamentario, que comenzó en marzo pasado en el Congreso con su anuncio del envío del proyecto sobre despenalización, Macri se mantuvo “prescindente” del resultado final, más allá de aclarar que, fuera cual fuera el resultado, no vetaría la ley si fuese aprobada.
En la Casa Rosada coincidían en que la tarea inmediata del Poder Ejecutivo será intentar aplacar el enojo de macristas y miembros de la CC-ARI, de Elisa Carrió, quienes votaron en contra de la norma y sospechan que “de alguna manera” el Gobierno jugó a aprobar la norma en la Cámara baja. “Algo raro pasó”, afirmaba una diputada macrista que se opuso a la sanción de la ley. Muchos miraban con recelo hacia el asesor presidencial Fabián “Pepín” Rodríguez Simón y sus supuestas gestiones para torcer voluntades, pero cerca del diputado del Parlasur solo reconocían a la nacion su apoyo a la despenalización.
Con el resultado puesto y el Presidente en Corrientes, en una Casa Rosada vallada por la marcha de Camioneros y ATE, nadie quiso hablar antes que el jefe.
“Prescindencia de Presidencia”, fue el curioso juego de palabras que eligió uno de los diputados macristas de más llegada al Poder Ejecutivo, un rato antes de que la Cámara baja aprobara el discutido proyecto.
Funcionarios y legisladores coincidían: no hubo, esta vez, sugerencias del Poder Ejecutivo a los legisladores, a favor o en contra de la iniciativa. Las durísimas peleas dentro del bloque de Cambiemos –y el enojo explícito de Elisa Carrió con el impulso del Gobierno al debate de la legalización– convencieron al presidente Mauricio Macri y sus funcionarios de confianza de no impulsar ninguna de las dos posturas en pugna.
“Cada uno opinará según lo que pensaba antes de la votación. Pero no es un tema de la Casa Rosada”, afirmaron cerca del Presidente, que durante la votación estaba en vuelo a Paso de la Patria, en Corrientes, para participar de un acto conjunto con el gobernador radical Gustavo Valdés. Cerca del jefe de Gabinete, Marcos Peña, que encabezó bien temprano la reunión diaria con sus colaboradores, festejaron “que se haya dado el debate como se dio, en el contexto de la libertad de conciencia que tuvieron los diputados”, según afirmó un vocero. “El Presidente no tiene por qué meterse en este tema”, coincidió la diputada macrista Cornelia Schmidt Liermann, una de las principales opositoras a la ley. “Literalmente, nos dejaron en libertad de acción”, afirmó otro diputado. “El enojo de quienes perdieron es lógico, pero no nos metimos”, reiteraron desde la Casa Rosada.
Otra de las paradojas de la jornada: en Balcarce 50 dirigieron renovados elogios a Emilio Monzó –reincorporado a la mesa chica–, de quien dijeron que “manejó muy bien una votación difícil y discutida”.