LA NACION

Las dos caras de la plaza. De un lado llantos y abrazos; del otro, resignació­n Miles de mujeres se quebraron de emoción al concluir la vigilia de 22 horas

- María Belén Álvarez Echazú

Faltaban minutos para las 10 de la mañana, que seguía fría, como la noche. El Congreso adentro estaba dividido entre los diputados nacionales a favor del proyecto por la legalizaci­ón del aborto y los que estaban en contra. Afuera, las calles eran un espejo: del lado de la avenida Entre Ríos, militantes bajo el lema: “¡Salvemos las dos vidas!” aguardaban el resultado; del lado de la avenida Callao, los pañuelos verdes a favor inundaban la zona.

Entonces, los legislador­es votaron y dieron media sanción al proyecto con 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención. Los primeros festejos tuvieron lugar adentro, pero tardaron segundos en llegar a las calles.

Como una especie de ola tardía, los gritos de celebració­n comenzaron desde las cercanías del Congreso y se contagiaro­n hacia atrás, los laterales, todas las cuadras de Callao, donde miles de personas se pusieron a cantar: “Aborto legal en el hospital”. Hubo emoción, llantos, risas y muchos saltos. “Quiero seguir llorando. Y seguir gritando. Y seguir bailando. Y estar de nuevo juntando fuerzas para senadores. ¡Vamos!”, dijo Ale Babera a la nacion.

Abrazos entre desconocid­os y bailes fueron las imágenes de la multitud de manifestan­tes que desbordaro­n la “zona verde” por las casi 24 horas que duró el debate.

En medio de esa ola de euforia, otra militante del colectivo a favor de la legalizaci­ón del aborto expresó: “Siento una inmensa alegría y un inmenso orgullo por todas las que militamos por esta ley, las que militaron antes y las pibas que son el futuro y que van a hacer que la ley salga también en el Senado”.

“Es una emoción profunda porque esta lucha la ganamos en la calle desde hace muchos años. Siento que le dejo un mundo mejor a mi hija”, agregó Natalia, rodeada de las decenas de miles de personas que se acercaron al Congreso para esperar la votación.

“Emoción profunda e intensa. Compartí desde ayer toda la jornada de vigilia junto a mi hija Ana Clara y, la verdad, es una lucha acumulada”, dijo María Eugenia, al momento que se quebró en lágrimas.

Ahora bien, del otro lado de la hilera de vallas dispuestas por el operativo de seguridad del gobierno de la ciudad para velar por la seguridad de los manifestan­tes, denominada la zona “celeste”, no hubo consuelo.

José Montero, de unos 45 años y pertenecie­nte a la Iglesia Evangélica, sostuvo: “Es injusto el resultado de la votación. No se condice con las raíces de nuestro país. Para quien está con el tema de la religión, tampoco. A Dios no le agradan las muertes y menos la muerte planeada como es el tema del aborto”.

Por su parte, Maira, una joven de 24 años, señaló con indignació­n, al ser consultada por la nacion: “¡La vida no empieza cuando se me ocurre!” En ese sentido, sacó su celular para mostrar un video: “Tengo un video de una bebé de 12 semanas de un anestesist­a. Filmó a un bebé que se mueve y siente todo. Por más que nos mientan es una realidad. ¡Es una pena!”

Con la colaboraci­ón de Stephanie Chernov y Juliana Mendoza

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emiliano lasalvia Manifestan­tes a favor del proyecto exhibieron pañuelos verdes

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