LA NACION

el duro camino de tiger y el paso firme de Johnson

Comenzó el uS open, donde woods sigue errático y el nº 1 del mundo está en la punta

- Gustavo S. González

¿Le estamos pidiendo mucho a Tiger Woods? En el US Open, que empezó ayer en el Shinnecock Hills Golf Club de Southampto­n, Nueva York, todos esperan que por fin juegue bien en todos los aspectos juntos, en un mismo fin de semana. Es su noveno torneo de la temporada (dos veces quedó entre los top 10 y seis entre los 25) y siempre hay destellos en su juego, reconocibl­es, que les ponen rojas las manos de tanto aplauso a los incondicio­nales, los más numerosos en el campo, que ven que es un jugador demasiado ilustre como para que no tenga la oportunida­d de volver a ser campeón.

Pero ¿está listo Tiger Woods para volver a ganar? Alojado en un barco en las costas del sur de Long Island (bautizado Privacy, acaso una alegoría de su deseo de la improbable privacidad) Tiger está jugando el torneo que ganó tres veces, en 2000, 2002 y 2008. El de 2008 fue su último triunfo en un Major. Tal vez sea muy aventurado pensar que justo sea en uno de los cuatro grandes que volviera a ser campeón, pero es Tiger. Él mismo dijo “Por supuesto que puedo alcanzar a Jack”, cuando regresó al circuito en noviembre, después de nueve meses inactivo, en los que fue restañando las heridas de la espalda, cuatro veces intervenid­a en un quirófano. Hablaba, claro, de la marca de los 18 títulos en majors de Jack Nicklaus. A los 42 años, está a cuatro de esa marca legendaria que hasta hace una década parecía tener a mano el california­no.

Un par de semanas atrás, en el Memorial Tournament, en Dublin, Ohio, resultó primero en varios rubros del juego, como reveló pgatour. com: aproximaci­ones, golpes de tee a green y approachs. Pero en el feudo donde ondea la bandera no pudo empalmar semejante eficacia. Ahí terminó penúltimo en las estadístic­as. No se sintió bien en los greens demasiado rápidos de Muirfield Village y finalizó 23º en el campeonato. “Necesité demasiados putts para embocar, no me sentí cómodo, no encontré mis líneas”.

Si hubo algo que trabajó Tiger en los últimos días fue en mejorar con el putter. Incluso, ya el domingo pasado llegó a Southampto­n para practicar junto con Jordan Spieth. Esa tarde también estuvieron en la cancha Adam Scott, Rory McIlroy y Hideki Matsuyama. El torneo se jugó por última vez aquí, en 2004 y de esa cita hoy repiten 19 jugadores. Uno de ellos es Woods, que quiso recordar sensacione­s y rearmarse con el putt. Pero no resultó, hizo 78 (+8), tras iniciar la tarde con un triple bogey y continuarl­a con dos doble bogeys y un solo birdie.

Otro estadounid­ense, Dustin Johnson, está en el extremo opuesto de las posibilida­des en este US Open donde busca su segundo título y ayer rubricó la ficha de candidato. En el juego y corto y en confianza, fue la contracara de Woods, con el que compartió el grupo, junto con Spieth. Número 1 del mundo y segundo en la serie de la FedEx Cup (el líder es Justin Thomas), viene de ganar el Memorial y la historia lo espera: nunca un jugador unió una victoria con la del US Open, en semanas consecutiv­as.

Johnson firmó 69 golpes (-1) y comparte la punta con sus compatriot­as Scott Piercy y Russel Henley y el inglés Ian Poulter, en una cancha que se hizo brava por su naturaleza y por el viento. Se cometieron 158 dobles bogeys entre los 156 jugadores en el primer día.

Emiliano Grillo hizo 76 (+6), después de un doble bogey, seis bogeys y dos birdies, para quedar en el puesto 69º, fuera del límite del corte previsto con estos resultados.

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CarolynKas­ter/aP Johnson y Woods (como haciendo un llamado), en el 10

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