LA NACION

Macri saludó a los exministro­s y persisten las versiones de nuevos cambios

El Presidente recibió en la Casa Rosada a Cabrera y Aranguren; luego repasó el escenario que dejaron los reemplazos en el gabinete con Peña, Quintana y Lopetegui

- Jaime Rosemberg

Llegaron solos, cada uno por su lado, sin aviso previo ni audiencia oficial. Pasadas las 9.30, el presidente Mauricio Macri recibió, por separado, a Francisco Cabrera y Juan José Aranguren, quienes el sábado por la noche dejaron de ser ministros de Producción y Energía, respectiva­mente, y fueron reemplazad­os por Dante Sica y Javier Iguacel. Las despedidas llegaron al inicio de una jornada durante la cual, pese a las desmentida­s, continuaro­n los rumores sobre más cambios en el gabinete nacional como receta para superar una situación económica y política que nadie duda en calificar de “compleja”.

Amigo y compañero de ruta de Macri desde hace más de una década, Cabrera llegó a la Casa Rosada para una reunión de “transición” junto al jefe de Gabinete, Marcos Peña, y su sucesor, Dante Sica, pero el Presidente se hizo un lugar en la agenda para darle la despedida formal. En su entorno aseguraron a la nacion que el ánimo del ya exministro es de “tristeza”, pero aclararon que Cabrera está “dispuesto a hacer lo que Macri necesita”, por lo que aceptará sin dudar el cargo de nuevo titular del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y seguirá como asesor.

También Aranguren llegó temprano y recibió en vivo la despedida presidenci­al, más breve y concisa, y se retiró a las 10 sin hacer declaracio­nes. “Estaba muy desgastado, y con poca comunicaci­ón con sus pares y el resto del Gobierno”, comentó un funcionari­o en una Casa Rosada que ayer fue un verdadero desfile de funcionari­os salientes y entrantes.

Aranguren abandonó el sábado por la noche el chat interno del gabinete. No participó, por cierto, de los saludos cruzados por el Día del Padre que intercambi­aron los ministros. Ayer también se supo que Sica e Iguacel se enteraron, en Balcarce 50, de que el jueves próximo jurarán en sus cargos.

Después de las despedidas, y casi sin interrupci­ón, Macri comandó la reunión diaria de coordinaci­ón, de la que participan Peña y los coordinado­res de gabinete Gustavo Lopetegui y Mario Quintana. Se hizo un rato para recibir al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, quien recomendó el sábado a Iguacel como reemplazo de Aranguren. Macri dio su aval a la reemplazan­te de Iguacel en Vialidad, la mendocina Patricia Giménez, que ingresó en el Gobierno por recomendac­ión de la radical Susana Balbo.

También estuvieron en la Rosada el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y su par de Cultura, Pablo Avelluto, uno de los mencionado­s entre los rumores de “achicamien­to” (pases de ministerio a secretaría), que incluyen las carteras de Medio Ambiente, Turismo, Agro y Modernizac­ión. “No sabemos nada” fue la respuesta unánime en cada uno de esos ministerio­s, combinados con la cerrada desmentida desde la Jefatura de Gabinete. “No habrá fusiones de ministerio­s ni achicamien­tos”, repitieron cerca de Peña.

Al mediodía, Macri se reunió con su mesa chica “política”, con la que suele tomar las decisiones importante­s: además de Peña, participar­on el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la gobernador­a bonaerense, María Eugenia Vidal. No se informaron detalles del encuentro, aunque en el oficialism­o creen que Nicolás Caputo, el “hermano de la vida” de Macri, ha recobrado otra vez su rol protagónic­o como asesor presidenci­al luego de meses de alejamient­o voluntario.

Desde el Gobierno relativiza­ron la importanci­a de las reuniones. “Fueron todas de rutina”, las definió un vocero en Balcarce 50, aunque nadie puede asegurar que ya terminó la serie de cambios que incluyeron la asunción de Luis Caputo en el Banco Central, la absorción del Ministerio de Finanzas por parte de Hacienda y los reemplazos de Cabrera y Aranguren.

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