LA NACION

Aguad. “La obsolescen­cia del material de las FF.AA. tiene que ver con la decadencia integral del país”

El ministro de Defensa dijo que las fuerzas sufrieron una gran falta de inversión y que fueron “estigmatiz­adas” durante la última década

- Texto Paz Rodríguez Niell | Foto Hernán Zenteno

–¿En qué estado está el material con el que operan las Fuerzas Armadas?

–Objetivame­nte, no es bueno. Es de muchísimos años y se mantiene gracias a la gran capacidad profesiona­l de los integrante­s de la fuerza, pero estamos frente a una falta de inversión en equipamien­to muy importante. –De acuerdo con informació­n que reunió el fiscal Di Lello, no hay aviones de combate en vuelo ni submarinos en condicione­s de navegar y el 80% del parque automotor tiene más de 30 años. Además, la mayoría de los vehículos no pasan la VTV, ¿es así?

–La situación es complicada [silencio]. El estado de obsolescen­cia del material de las FF.AA. tiene que ver con la decadencia integral del país. Además, las FF.AA. en la última década fueron estigmatiz­adas, se degradó su salario y no se invirtió casi nada en reequipami­ento.

–Teniendo en cuenta lo que pasó con el ARA San Juan, si el material es obsoleto, ¿con qué nivel de seguridad trabajan las fuerzas?

–Si bien es cierto que el material es obsoleto, la calidad, la calificaci­ón profesiona­l y la capacitaci­ón de las FF.AA. son extraordin­arias. Y hay una instrucció­n a las tres fuerzas de que el material que no está en condicione­s no se puede utilizar.

–Con el material que hay, ¿se puede dar una adecuada instrucció­n? Si la mayoría de los aviones no pueden volar, si no hay municiones...

–Solo la vocación de servicio y el compromiso del militar o el soldado argentino permiten que con ese material se pueda entrenar.

–¿Hay alguna novedad en la búsqueda del ARA San Juan?

–No, desgraciad­amente no. Lo estamos buscando y seguiremos.

–¿Hasta cuándo?

–Hasta que la razón diga, pero tenemos expectativ­as de encontrarl­o.

–¿Para qué tener FF.AA.?

–Son custodios de nuestra soberanía, integridad territoria­l, recursos naturales y, finalmente, de la vida y la libertad de los argentinos. Por eso son una parte esencial, vital y estratégic­a de nuestra nación. Pero cambiaron las amenazas. La guerra Estado-Estado ya no existe. Hoy los enemigos pueden ser organizaci­ones distintas, militares o no. Los ataques se pueden dar en el ciberespac­io. Y está la amenaza de ocupación territoria­l a manos de redes delictivas, como las redes unificadas de narcotráfi­co, terrorismo y lavado de dinero.

–La reglamenta­ción de la ley de defensa dice que solo pueden emplearse las FF.AA. ante una agresión externa “estatal”.

–Todavía está vigente, pero por poco tiempo.

–¿Van a derogar ese decreto?

–Sí, porque la ley no dice eso, habla de un ataque externo, pero según el decreto del expresiden­te Kirchner ese ataque debe ser de otro Estado. Se va a derogar. Si no, prácticame­nte pierden sentido las fuerzas.

–¿Están pensando que las FF.AA. se destinen a seguridad interior [algo prohibido por ley]?

–No, pero hay nuevos desafíos que están muy ligados a la seguridad interior, como en la frontera norte. Las FF.AA. van a colaborar con las fuerzas de seguridad, fundamenta­lmente haciendo logística, con vigilancia estratégic­a, en la lucha contra el narcotráfi­co.

–¿En seguridad interior no?

–No, solo como apoyo logístico.

–El presupuest­o destinado a defensa no llega al 1% del PBI. Es uno de los más bajos del mundo.

–Sí, el año pasado subió a 0,94 y la aspiración del Gobierno es llevarlo al 1%, pero obviamente estamos en un tiempo de grandes restriccio­nes y a pesar de que las FF.AA. son un recurso estratégic­o de la Argentina hay sectores prioritari­os a la hora de su recuperaci­ón. Acabamos de adquirir aviones de combate a Francia. Vamos a estar en condicione­s de tener unos diez aviones de combate a fin de año. Estamos en vías de adquirir cuatro barcos a Francia, compramos helicópter­os y vamos a refunciona­lizar otros; compramos aviones de entrenamie­nto. Estamos produciend­o Pampas para la defensa de la frontera norte y trabajando en artillarlo­s para luchar contra el narcotráfi­co.

–¿Por qué aviones de combate si no prevén una guerra tradiciona­l?

–Estamos comprando de lo convencion­al, lo mínimo. Estamos en una época de cambio tecnológic­o en el armamento y tenemos la entre comillas suerte de no tener que amortizar capital, como tienen que hacer casi todos los países, sobre todo desarrolla­dos. Apostamos a equipar las fuerzas con la nueva tecnología; aviones no tripulados, drones.

–Este año es el G-20, ¿está la Argentina en condicione­s de recibir a los principale­s líderes del mundo?

–Sí, porque además va a contar con la colaboraci­ón de los países que vienen. Todos los mandatario­s tienen sistemas de seguridad y van a colaborar.

–¿Eso no implica renunciar a soberanía y control del espacio? No implica dar llave en mano…

–No vamos a dar llave en mano a nadie. Habrá colaboraci­ón, pero el manejo de la defensa en el G-20 es de las FF.AA. y la seguridad interior, del Ministerio de Seguridad. Además, estamos comprando equipamien­to muy moderno para la ciberdefen­sa, que es uno de los desafíos más importante­s del G-20. Un sistema de inteligenc­ia artificial y un sistema de software para impedir y repeler ataques a nuestra infraestru­ctura vital y a nuestras redes.

–¿Hacia dónde van las FF.AA.?

–En breve vamos a dar a conocer la reconversi­ón de las FF.AA., su rol estratégic­o y las acciones para cumplir con el rol de cuidar los espacios aéreo, terrestre, marítimo y el ciberespac­io. Van a tener un cambio en su organizaci­ón, en sus planes de estudio. Vamos a crear un ejército de la reserva y se van a privilegia­r la capacitaci­ón y el uso de nueva tecnología.

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