Croacia, con uno menos
“No fue la primera vez que se lo pedimos”, argumentó el entrenador del próximo adversario de la selección argentina, Zlatko Dalic
El DT Dalic echó del plantel a Kalinic por haberse negado a entrar contra Nigeria
ROSCHINO, Rusia.– El Mundial tuvo su primera marca cuando, dos días antes del debut, España destituyó a su entrenador, Julen Lopetegui, después del vínculo que anunció Real Madrid con el director técnico. Pero si de expulsiones se trata, la situación más increíble sucedió con Croacia, rival de la Argentina, pasado mañana, en Nizhny Novgorod. ¿A quién se le ocurriría que el equipo europeo, que comenzó la aventura con un inobjetable triunfo 2-0 ante Nigeria y quedó primero en el Grupo D, podría vivir horas turbulentas en la previa del encuentro contra el seleccionado de Jorge Sampaoli?
El problema fue interno. Estalló en las entrañas del plantel balcánico. Pero, así como se lo generaron, también lo resolvieron. Ahora, zanjado el conflicto, sólo piensan en el futuro. El entrenador croata, Zlatko Dalic, junto a los dirigentes de la Federación –encabezados por el ex jugador y goleador de la Copa del Mundo de Francia 98, Davor Suker–, decidieron expulsar de la concentración a Nikola Kalinic, el futbolista que se negó a entrar en el debut frente a los africanos, cuando restaban cinco minutos para el desenlace. Una decisión que se tomó con frialdad, pero sobre todo con convicción.
La noticia de la salida de Kalinic empezó a circular desde muy temprano y los dirigentes croatas, en vez de desmentirla, acrecentaron las versiones. Nadie del equipo trató el tema hasta que el entrenador, en horas de la tarde, enfrentó a los medios. Lo había hecho el día anterior y su mensaje era claro, contundente: “Ahora sólo queremos pensar en la Argentina”. Pero no pudo: tuvo que recapitular y dar su versión de los hechos.
“Durante el encuentro con Nigeria, Kalinic estaba haciendo la entrada en calor y se suponía que iba a aparecer en el segundo tiempo. Pero dijo que no estaba listo para jugar por un problema en la espalda”, contestó en primer término Dalic. Acto seguido, luego de caminar sonriente y saludar a algunos dirigentes, su gesto cambió. Y al retomar el diálogo y la trama, reveló el verdadero motivo de la expulsión del delantero. “No fue la primera vez que le pedimos entrar y se negó. Necesito que mis jugadores estén en forma y listos para jugar, por eso tomé esta decisión”, agregó el DT, de 51 años y nacido en Bosnia. Después de lo que sucedió ante Nigeria, el futbolista también rehusó participar del entrenamiento del día siguiente: alegó dolencias en la espalda. Esa fue la gota que rebalsó el vaso para Dalic, que con frialdad confirmó una noticia que resultaba difícil de creer.
No faltó a la verdad el seleccionador: no fue la primera vez que a Kalinic le pidieron ingresar y no quiso. El antecedente es bien cercano. En el anteúltimo partido de preparación que disputó Croacia antes de arribar a Rusia, el atacante que juega en Milan armó la escena y se negó a entrar en los minutos finales en la derrota 2-0 con Brasil, en Liverpool. La misma postura Kalinic también tomó en oportunidades en su club: si tiene que ingresar en los últimos instantes del encuentro, rechaza la orden.
Las horas que antecedieron a la confirmación de la noticia fueron agitadas para Croacia. Primero, le informaron al futbolista de la decisión; el delantero, rápidamente armó la valija y se retiró de la concentración. Ese episodio sucedió entre la noche del domingo y la madrugada del lunes. Cuando la versión de la expulsión trascendió en los medios, los encargados de prensa desmintieron la versión. Cuando lo confirmaron, el futbolista ya estaba de regreso en su país.
Pero el Arena Roschino, la sede ubicada en las afueras de San Petersburgo, espacio que eligió Croacia para entrenarse, no se llenó de medios. Algunos más que los que realizan la cobertura habitual, esa que enseña como extraños a brasileños, españoles y algún inglés, ya que su búnker está cerca. El día a día, a pesar del estallido, no cambió: se abrieron las puertas del predio minutos antes de la conferencia de prensa a la que asistieron dos jugadores, aunque se prohibió consultas sobre el episodio Kalinic; luego, la práctica. Un día normal para los croatas, tan normal que quedaron sólo 22 jugadores.