CR7, el vecino que sonríe a solo 34 kilómetros de Messi
Apenas media hora separa a la Argentina del búnker de Portugal; Cristiano Ronaldo ejerce un fuerte liderazgo en su plantel
KRATOVO, Rusia.– La carrera por ser el mejor del mundo amenaza con definirse antes de julio. Y en ese sentido, Cristiano Ronaldo ya dio el primer paso: tres goles ante España en su mejor desempeño en un Mundial. Había marcado la misma cantidad de tantos en las tres ediciones anteriores. Motivo suficiente para mostrarse relajado y sonriente en un complejo rodeado de bosques de pinos e imponentes dachas, las casas de verano de los moscovitas. “Conquista el sueño”, dice la cartelería portuguesa en el complejo del Saturn, en Kratovo, a 34 kilómetros de Bronnitsy. Más allá de formar parte de las guías de pueblos rurales de las afueras de Moscú, estos vecindarios pueden vanagloriarse de algo, al menos por el próximo mes: cuentan con la mayor tasa de balones de oro per cápita del planeta.
“¿Cristiano es más líder con Portugal que Messi con Argentina?”, le preguntan a Adrien Silva. “No hay comparaciones posibles. Para nosotros solo existe un líder y es el que está con nosotros”, dispara el futbolista de Leicester. Y añade: “Es un ejemplo diario para todos nosotros, no sólo por los goles, sino también por el liderazgo que ejerce. Es un orgullo compartir vestuario con él y es el mejor del mundo”. Bernardo Silva cuenta que no se habla ni de Real Madrid, ni del affaire Lopetegui, que todos están enfocados en darle a CR7 el título que le falta. “Todo es más fácil a su lado porque es el mejor del mundo. Cristiano facilita las cosas”, dice André Silva. En un campo de entrenamiento moderno que emerge dentro del bosque, sobresale la sonrisa de un Cristiano que se siente cómodo un búnker extremadamente militarizado. A media hora, camino por la autopista E30, se entrena un Messi preocupado que necesita cambiar el chip cuanto antes para dejar atrás la frustración y el mal sabor de boca que le quedó tras el empate ante Islandia. La imagen que se vio en el entrenamiento de ayer indica que el cambio de humor va por ese lado.
Las visitas de periodistas de todo el mundo al FC Saturn Training Base son similares a las que se dan en el Centro de Entrenamiento de Bronnitsy. Messi y Cristiano acaparan las miradas de todo el mundo. Son la imagen de la Copa del Mundo, más allá de que el rosarino tome ventaja en cantidad de publicidades en la vía pública. Llegan de canales de televisión, radios, diarios y agencias. Hay portugueses, claro, pero también se pasean españoles, sudamericanos y asiáticos. Por algo existen tres canales de audio adicionales en ruso, inglés y castellano. “¿Oye Bernardo, cómo se despertó Cristiano esta mañana?, ¿Sí, André, aquí, qué piensas de Lopetegui?”, ironizan dos cronistas de la televisión lusa. La invasión de visitantes que buscan titulares para saciar la sed de noticias de los hinchas de Real Madrid causa gracia en una sala de prensa en la que el himno de Portugal aparece escrito en cada pared. “Héroes del mar, noble pueblo, nación valiente e inmortal, ¡Levanten hoy de nuevo el esplendor de Portugal!”.
Luego del empate sobre la hora ante España, en un clásico peninsular que tuvo a Cristiano como figura, el fin de semana se repartió entre una ligera sesión de entrenamiento el sábado, que incluyó turnos de gimnasio para los titulares, y prácticas con pelota el domingo y ayer. Con la cabeza puesta en Marruecos –juegan mañana, en el estadio Luzhniki de Moscú–, los portugueses, de buen ánimo y contagiados por la sonrisa de su estrella, buscan un triunfo para encaminar la clasificación.
Por Kratovo ya no quedan rastros de los signos de malestar que mostró el futbolista merengue en su primer entrenamiento en suelo ruso. De aquellos días de lluvia y frío, en los cuales se enojaba por algún error y hasta mandaba a callar a los hinchas que se acercaban al predio. Mientras algunos coreaban su nombre, él les pidió silencio para que rompieran la concentración.
Los tres goles en el estreno y el mal paso de Messi por Moscú potenciaron la comparación de estos enemigos íntimos que ahora duermen a solo media hora de ruta. Sin diálogo con la prensa –solo cumple con las zonas mixtas de rigor–, y con la incógnita sobre su futuro, Cristiano habla en la cancha y junto a sus compañeros. Los alienta, les levanta el ánimo. Y encuentra buenas sensaciones en un vestuario que se rinde a su figura. Por Kratovo evitan hacer referencia a los 45 millones de euros por año que ofrecería Nasser Al-Khelaïfi para quedarse con el contrato del nacido en Madeira. Desde París reportan que PSG quiere volver a dar otro golpe de mercado, más allá del estricto control de la UEFA por el fair play financiero. Sería parte del plan para juntar a CR7 con Neymar, el hombre de los raros peinados nuevos que ocupa el tercer lugar del podio. Aunque hoy es uno más de los que ven como la sonrisa de Cristiano toma ventaja.