Neymar, la cara de un Brasil que quiere reaccionar
Otro favorito que arrancó con el pie izquierdo en Rusia, pero está entero para transformar la historia; cuáles son sus armas para despegar
ROSTOV DEL DON.– El rostro de Neymar no era precisamente un poema como el que Alexander Pushkin le dedicó a esta ciudad, en la que una calle lleva su nombre y se le levantó un monumento. Ney no dejó huella futbolística sobre el cuidado césped del Rostov Arena, más bien quedaron marcas en sus piernas. La figura brasileña recolectó en el bonito estadio más foules (10 de los 19 que recibió todo el equipo) que situaciones de gol y ataques bien finalizados en el 1-1 de Brasil ante Suiza. Otro favorito que arrancó con el pie torcido en el Mundial Rusia 2018. La última vez que un futbolista había sido víctima de semejante cantidad de infracciones en un Mundial fue en Francia 98, cuando el inglés Alan Shearer soportó una decena de infracciones.
Neymar desembarcó en Rusia con el discurso políticamente correcto de que le interesa más obtener la Copa del Mundo que lograr alguna distinción individual, sea la de goleador o de mejor jugador del torneo. Sus primeros 90 minutos no refrendaron ese objetivo colectivo, lo vieron más enfrascado en duelos personales con sus duros marcadores (Lichtsteiner, Behrami) y en reclamarle al árbitro por la seguidilla de interrupciones.
Respecto del juez mexicano César Ramos, Brasil se cuidó de no hacerlo responsable del empate, pero no dejó de dispararle algunas críticas, especialmente por el leve empujón que Zuber le pegó a Miranda en un córner para hacerse el espacio y conectar el cabezazo que le dio el empate a los suizos. Y otra vez volvió a tallar en la discusión el VAR, al que no se recurrió para detectar esa falta. “El empujón fue claro. No se concibe que se deje pasar algo así en este nivel”, expresó el director técnico Tite. Más enfático fue Marcelo: “¿Para qué está el VAR si no se lo utiliza? Neymar fue un poco más diplomático: “Así como nosotros tratamos de hacer nuestro trabajo, los árbitros deberían preocuparse por hacer el suyo de la mejor manera”. En la delegación brasileña también había disconformidad porque Ramos interpretó que no fue penal una jugada en la que Gabriel Jesús cayó tras ser encimado por un adversario.
Tras el debut, lo único brillante de Neymar era el penacho ensortijado que se tiñó de rubio. Caminaba con alguna dificultad hacia el ómnibus que llevó a la delegación al aeropuerto para regresar a Sochi, donde tiene instalado el campamento a la vera del Mar Negro. El delantero de PSG dejó tranquilo a los brasileños al comentar que la sucesión de golpes le provocó un lógico dolor, sobre todo en el pie derecho que fue operado hace tres meses, pero que no tendrá inconvenientes para estar el viernes frente a Costa Rica. El médico Rodrigo Lasmar también descartó cualquier complicación: “Ney sufrió varias patadas y sintió algunas molestias en el tobillo del pie (derecho) en el que fue operado un dedo, pero se encuentra al 100 por ciento de sus posibilidades físicas, al igual que el resto de los jugadores”. Este Brasil se explica mucho por Neymar. Ambos están golpeados, por el resultado, por el arbitraje y por el rendimiento, pero se asumen enteros para que lo que viene sea distinto, mejor.