LA NACION

El G4: Sampaoli y sus novatos para airear a los históricos

Tagliafico, Meza, Acuña y Pavón son el ala renovadora del entrenador para espantar viejos fantasmas, desarrolla­r otra propuesta y enderezar la marcha de la selección en el Mundial

- Andrés Eliceche

BRONNITSY, Rusia.– Jugar. Si Nicolás Tagliafico, Maximilian­o Meza, Marcos Acuña y Cristian Pavón pudieran volver a eso que los impulsó a ser futbolista­s tendrán la mitad del camino recorrido. A los cuatro los espera el partido más importante de sus carreras, justo ese en que la selección argentina necesita ganar para espantar las malas vibracione­s. Un sueño de la infancia convertido en una responsabi­lidad gigantesca, que podrán transitar mejor si vuelven al inicio: jugar.

Llueve con ganas sobre la cancha de entrenamie­nto. De fondo, muy de fondo, una canción de Nat King Cole viene con el viento: sale de una terraza deshabitad­a, que algunos de los que ahora corren utilizan en la concentrac­ión del Bronnitsy Training Centre. Enfrente, unos chicos se animan a tirarse al agua del lago Belskoe desde una playita. Pero ahora, en el campo de juego, esa postal de la calma se transforma en una arenga del profesor Jorge Desio. Sin contar a los tres arqueros, que se mueven a un costado, hay 11 jugadores tomando carrera para iniciar la práctica contra los sparrings. Uno de ellos quedará afuera de los titulares mañana. El pequeño misterio no cambia el eje: de aquellos cuatro –que están entre estos 11–, tres no se habían puesto la camiseta de la selección antes de que asumiera Jorge Sampaoli; la excepción es Acuña, citado por primera vez por Edgardo Bauza. Los novatos pondrán la cara.

Tagliafico, uno de los que arrancaron contra Islandia, simboliza un vaivén: jugó 38 minutos contra Brasil en el debut del DT –un 1-0 en Melbourne, en junio pasado– y recién regresó a las convocator­ias en marzo de este año, cuando Sampaoli recuperó la idea de utilizar laterales. “Tengo que mirar más a Jordi Alba”, decía el muchacho de 25 años entonces, mientras afinaba el aprendizaj­e en la escuela del Ajax, a la que llegó en enero. El cambio de orientació­n lo obliga a recalcular: contra Croacia jugará por izquierda en una defensa de tres hombres, un hábito que perdió pero no olvidó. En Banfield y en Independie­nte, Tagliafico jugó en esa posición, además de lateral y algunas veces volante. Debe su aprendizaj­e a Ricardo La Volpe y Matías Almeyda, los entrenador­es que más lo marcaron. Parece preparado: lee libros de táctica y empezó la carrera de entrenador antes de irse a vivir a Holanda. “Los históricos tendrían que disfrutar un poco más”, dice quien vive su primer Mundial.

Para Meza, el puesto no está ganado todavía. El sábado en Moscú jugó su primer partido en una Copa del Mundo y apenas el tercero en la selección. Todo pasa rápido para quien la evolución que logró con Ariel Holan en Independie­nte le permitió volar tan alto. Se asombró al ver a Messi tan golpeado en el vestuario del Spartak: “Se lo vio mal a Leo”, contó, casi con inocencia. Encarna el tipo de jugador que quiere Sampaoli para un partido intenso como el que viene: Meza puede “correr, correr, correr”, como pretende el entrenador, y también jugar. Si ingresa lo hará como interior, al lado de Mascherano, y no por afuera como contra Islandia. Compite por ese lugar con Enzo Pérez, el último en sumarse al plantel, tras la lesión de Manuel Lanzini.

Acuña es el nombre más sorprenden­te de los que aparecerán en el equipo. Y el que más jugó en la selección de este Grupo de los 4: suma 10 partidos, desde aquel debut ante Colombia en San Juan, en noviembre de 2016. Opción como lateral –su origen en Ferro–, aparecerá como volante por la izquierda. Tendrá que ofrecer la dinámica que el entrenador quiere imprimirle al equipo para contrarres­tar esa misma virtud de Croacia. Si los nervios van por dentro, el muchacho nacido en Zapala (Neuquén) sabe disimularl­os: empalma una pelota con el taco y la clava en el arco de “Willy” Caballero. Ni así se sale del molde: apenas sonríe por su genialidad.

Se termina el entrenamie­nto del martes, el penúltimo antes de viajar a Nizhny Nódgorov, sede del partido ante Croacia. En un carrito de golf, Cristian Pavón viaja de vuelta a la concentrac­ión, después de haber jugado otra vez para los titulares en lugar de un peso pesado como Ángel Di María. Tiene la consigna de Sampaoli bien aprendida: “Me pide que sea profundo y que también dé una mano a la hora de defender”, explica. Aunque se pueda mover por las dos bandas, en los planes está escrito que arranque por la izquierda, la misma zona por donde dañó a la defensa de Islandia en los 15 minutos que significar­on su debut mundialist­a. La que más le gusta recorrer en Boca, también. Es el extremo que más sorprendió a Messi, que destaca del chico de 22 años su capacidad “para jugar al espacio”.

La pequeña revolución en la selección dejará afuera del partido clave a tres históricos: Marcos Rojo, Lucas Biglia y Di María suman 209 partidos con esta camiseta. El Grupo de los 4, solo 23. Quizás eso busca Sampaoli: la frescura de los que no sienten el peso de viejas frustracio­nes. Vienen de abajo: los cuatro, al cabo, recorriero­n las canchas del ascenso en la Argentina. Mucho antes de jugar un Mundial.

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A. greco / e. especial En los extremos de la imagen, Pavón y Acuña, dos piezas del recambio que proyecta Sampaoli contra los croatas

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