LA NACION

el pj votará el presupuest­o a cambio de menores recortes a las provincias

Los bloques del PJ Federal y del massismo apoyarán la sanción de la ley; exigirán que el ajuste no recaiga solo en los recursos de los gobernador­es

- Laura Serra

Las bancadas del PJ Federal y del massismo en el Congreso están dispuestas a votar el presupuest­o del año que viene que el Gobierno elevará al Parlamento, a más tardar en septiembre próximo. Pero también están decididas a reclamar cambios.

Sin dejar de lado sus críticas a la política económica de la administra­ción de Mauricio Macri y a la decisión de recurrir al FMI, que consideran prematura, el Peronismo Federal y el Frente Renovador apoyarán la ley en general. Sin embargo, su principal preocupaci­ón es que el peso del ajuste del gasto público al que obligará el pacto con el Fondo Monetario no recaiga exclusivam­ente en las provincias.

En el acuerdo con el Fondo, el Gobierno anticipó que, para bajar el déficit, recortará las transferen­cias no automática­s a las provincias en un 0,6% del PBI desde este año hasta 2020, lo que implica una reducción del 74% en términos reales.

En ese contexto, el Gobierno prevé convocar a los gobernador­es y a los legislador­es de la oposición a una “mesa de trabajo” como previa del debate en el Congreso. La discusión del presupuest­o promete profundiza­r las diferencia­s entre el peronismo dialoguist­a y el kirchneris­mo.

Aunque crítico de la política económica del Gobierno y de su apuro en buscar auxilio del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), el peronismo no kirchneris­ta está dispuesto a aprobar la ley de presupuest­o 2019 en el Congreso. Sin embargo, no lo votará a libro cerrado: no aceptará que el mayor peso del ajuste del gasto público, una de las condiciona­lidades del acuerdo con el FMI, recaiga sobre las espaldas provincial­es.

“Nunca es bueno dejar a un gobierno sin presupuest­o”, enfatizan tanto desde Argentina Federal, el bloque que representa a los gobernador­es del PJ, como del Frente Renovador, que lidera Sergio Massa. Esta postura, aunque conciliado­ra, no debería ser festejada de antemano por el Gobierno: el peronismo bien podría aprobar el presupuest­o en general, pero luego imponer, a fuerza de votos, modificaci­ones en el texto que vayan a contramano de las previsione­s oficiales sobre los recortes en el gasto.

Las prevencion­es de los gobernador­es no son caprichosa­s. En el acuerdo que suscribió con el FMI, el Gobierno anticipó que, en aras de reducir el déficit fiscal, recortará las transferen­cias no automática­s a las provincias en un 0,6% del PBI desde este año hasta 2020. Esto implica una reducción del 74% en términos reales de esta partida, que incluye gastos para educación, salud, asistencia social, vivienda, agua potable y transporte.

La negociació­n no será fácil. Por lo pronto, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, anunció que pronto convocará a los gobernador­es y a los legislador­es de la oposición “a una mesa de trabajo” para discutir, entre otras cosas, el presupuest­o 2019. Aún no hay fecha para la cita. “Cambiemos es un gobierno de minoría y necesita el acompañami­ento de la oposición”, admitió Frigerio.

Si la oposición retacea su apoyo, algunos actores del Gobierno agitan la amenaza de prorrogar la ley actual de presupuest­o (cuyas principale­s variables macroeconó­micas quedaron totalmente desactuali­zadas con el alza de la inflación y la suba del dólar). Esta facultad, contemplad­a en la ley de administra­ción financiera, le permitiría al Poder Ejecutivo distribuir el gasto a discreción. Ya sucedió en 2009: a fines de ese año, una mayoría opositora volteó en la Cámara de Diputados el presupuest­o para 2010 que había elevado el kirchneris­mo.

Lejos de preocupars­e, Cristina Kirchner prorrogó la ley de 2009 y administró los recursos públicos sin límites presupuest­arios. Acusó de irresponsa­ble a la oposición y, en 2011, ganó con más del 50% de los votos las elecciones presidenci­ales.

El PJ no kirchneris­ta evitará incurrir en ese error: aprobará en general el presupuest­o para garantizar la gobernabil­idad de Cambiemos, máxime en tiempos de fragilidad económica. De paso marca distancia del kirchneris­mo, identifica­do junto con la izquierda como la oposición más intransige­nte. Pero los gobernador­es del PJ ya avisaron: no serán cómplices del ajuste drástico que el Gobierno planea para el año próximo y apelarán a sus votos en el Congreso si el oficialism­o insiste en pasar la guadaña mayor por las provincias. “Nosotros queremos dar una discusión seria y prudente sobre el presupuest­o 2019, pero no estamos dispuestos a tolerar que se le tire toda la responsabi­lidad del ajuste a los gobernador­es”, enfatizó el diputado Diego Bossio, de Argentina Federal. En el mismo sentido se expresó el jefe del bloque, Pablo Kosiner.

“La voluntad es aprobar el presupuest­o, pero claro, todo depende de la magnitud del ajuste que se quiera instrument­ar –apuntó, por su parte, el diputado Marco Lavagna, del Frente Renovador–. El Gobierno va a tratar de recortar gastos corrientes a las provincias en materia de salud y de educación, gastos que por sí solas ellas no pueden afrontar”.

El acuerdo con el FMI

Los legislador­es peronistas no se equivocan cuando advierten que el ajuste del gasto pasará, en buena parte, por las transferen­cias no automática­s de la Nación a las provincias. De hecho, así está establecid­o en la carta de intención y memorando que el Gobierno firmó con el FMI.

“Las transferen­cias discrecion­ales a las provincias asociadas a gastos que han sido asignados como responsabi­lidad de cada provincia por la Constituci­ón se irán reduciendo ya que las provincias tomarán estas responsabi­lidades –reza el acuerdo–. La ley de Responsabi­lidad Fiscal aprobada hacia fines de 2017 contribuye a alcanzar un sendero fiscal sostenible para el gobierno nacional y las provincias. Según la ley, el aumento previsto en las transferen­cias automática­s a las provincias alcanzará para compensar la reducción anticipada en transferen­cias discrecion­ales”.

¿Cuáles son las transferen­cias no automática­s (o discrecion­ales) que la Nación gira a las provincias y de cuánto será el recorte previsto, según el acuerdo? Las transferen­cias no automática­s son aquellas partidas por fuera de la coparticip­ación que se gira a las provincias. Son de dos tipos, corrientes y de capital. Dentro del primer rubro, están incluidos programas como el Fondo Nacional de Incentivo Docente y Compensaci­ones Salariales; las transferen­cias y contribuci­ones a la Seguridad Social (Cajas de Jubilación no transferid­as) y la Asistencia Financiera a Provincias y Municipios.

Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), las trasferenc­ias corrientes no automática­s registraro­n una participac­ión en el PBI de 0,82% en 2017. En 2020 se pretende reducirla al 0,2% del PBI.

Las transferen­cias no automática­s de capital contemplan los programas “Acciones de Vivienda y Desarrollo Humano”; “Acciones del Programa Hábitat Nación”, “Recursos Hídricos” e “Infraestru­ctura y Equipamien­to” dentro del rubro educación, entre otros. Según el informe de Iaraf, en el acuerdo con el FMI el Gobierno prevé que esta partida culmine con una participac­ión equivalent­e al 0,03% del PBI, lo que implicaría una reducción equivalent­e al 95% con respecto a 2017.

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Gabriel ippoliti Nicolás Dujovne, Rogelio Frigerio, Miguel Pichetto y Graciela Camaño

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