Cumbre de Macron y Sánchez, en París
Proponen abrir centros de migrantes para frenar la crisis en la UE.
MADRID.– La crisis migratoria no da respiro. En solo 48 horas, cerca de 800 migrantes africanos fueron rescatados frente a la costa española en su desesperado intento por llegar a Europa, que ahora piensa en crear “centros cerrados” para albergarlos y “clasificar” su situación.
Esa idea de instalar centros en varios países del bloque europeo fue avalada por los presidentes de Francia y de España, Emanuel Macron y Pedro Sánchez, respectivamente, en la primera cumbre de trabajo que mantuvieron ayer en París.
“La propuesta es crear centros cerrados en suelo europeo con financiamiento de la Unión Europea (UE) para el desembarco” de migrantes, se informó al término del encuentro bilateral. No fue un momento fácil. Al mismo tiempo en que se anunciaba el proyecto, no solo se registraba una nueva oleada de pateras –las frágiles embarcaciones de los migrantes– sino que Italia insistía en rechazar al barco humanitario Lifeline, que navegaba con 200 náufragos a bordo.
“Mándenlos a otro lado. Aquí no”, sostuvieron las autoridades italianas, mientras el barco permanecía a la deriva frente a la isla de Malta, que también se sumó al rechazo. La nave se encontraba en alerta ante el agotamiento de sus provisiones.
A diferencia de lo ocurrido la semana pasada, esta vez Sánchez no ofreció puerto español para darle cobijo ni tampoco lo hizo Macron. Aunque no se descartaba que algo de eso ocurriera en las próximas horas. En cambio, ambos líderes sí hablaron de la creación de esos centros cerrados de albergue temporal.
“La idea es que primero se los acoja en puerto y luego sean trasladados a esos sitios donde se trabajará en su reparto rápido y eficaz”, dijo Sánchez.
Insistieron en que la iniciativa cuenta con el respaldo de la canciller alemana, Angela Merkel, con lo que se estaría perfilando un eje entre Berlín, Madrid y París de acción conjunta en la materia.
La idea, apenas un bosquejo que necesita desarrollo, será trasladada hoy a la cumbre informal sobre inmigración que congregará a varios líderes europeos en Bruselas y, con más detalle, al consejo Europeo de fin de mes.
Avalancha
Lejos de ser un esfuerzo definitivo, parece destinada a calmar al gobierno populista italiano, luego de que anunciara su ruptura con Europa en materia migratoria, harto de que el resto de los países no repartieran el esfuerzo de atención de los migrantes.
“Italia ha sufrido una verdadera avalancha y la tiene que manejar sola porque el resto de los países del bloque no hace nada”, protestó días atrás el ministro de Interior y hombre fuerte del gobierno, Matteo Salvini. “A partir de ahora, Italia no será más el puerto de Europa”, anunció.
El portazo italiano sirvió para que tanto España como Francia salieran a la palestra a buscar una salida al doble desafío.
Por un lado, el humanitario que plantea la migración, y por el otro, el diplomático, mientras el bloque se resquebraja a la hora de elaborar políticas conjuntas.
“Se trata de una solución diferente y complementaria” a una crisis que divide a Europa, dijo el presidente francés.
Desde su perspectiva, la respuesta requiere “una solidaridad financiera inmediata” para poner los centros en marcha. Una “instrucción rápida de cada caso” de los migrantes que lleguen a suelo europeo y “solidaridad” entre países para proceder a su albergue.
Todo ello, mientras se analiza la situación personal de cada uno y se evalúa si corresponde otorgarles asilo. En caso contrario, se los mandará de regreso a su país. Tanto Sánchez como Macron hablaron de “acompañar de regreso” a los migrantes que no puedan quedarse y optaron por no hablar de repatriación, que sería lo mismo.
Quienes trabajan hace años con inmigrantes señalaban ayer imprecisiones en la propuesta como para poder determinar su aplicabilidad en un lapso acorde con las exigencias de la crisis.
La cuestión migratoria volvió al centro la semana pasada cuando el gobierno de Italia negó sus puertos al barco Aquarius, con más de 600 migrantes a bordo que habían sido rescatados en el mar y que finalmente fueron acogidos en España.
Una posición de rechazo que Salvini reiteró ayer y a la que, tal como ocurrió con anterioridad, se sumó el gobierno de Malta.