LA NACION

La Anses giró $6000 millones a las provincias

el gobierno nacional transfirió ese monto a trece jurisdicci­ones que tienen sus cajas previsiona­les, para cubrir su déficit; lo hizo en el primer semestre y se estima que el pacto con el Fmi no lo afectará

- Gabriela Origlia

El acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) obligará al Gobierno a hacer algunos recortes. Pero hay un ítem que se cree que no será tocado: el de las transferen­cias a las provincias. En el primer semestre, la Administra­ción Nacional de la Seguridad Social (Anses) giró a trece jurisdicci­ones provincial­es $6000 millones (como parte de una previsión total de $12.000 millones).

En 2017, Córdoba sola requirió $5000 millones. Hasta el 30 de este mes–cuando las provincias deben terminar la entrega de documentac­ión a Anses– la Nación gira “adelantos”; la cifra final correspond­iente a cada caso se definirá cuando se termine el análisis y se firmen acuerdos bilaterale­s. El año que viene, como base, se requerirá el 30% más que este.

Durante este año se hacen anticipos a cuenta del resultado del ejercicio actual, que serán descontado­s de la asistencia final, a transferir una vez que las jurisdicci­ones remitan la informació­n requerida y la Anses haga el cálculo de lo que le correspond­ería pagar. El organismo estima que eso estará a inicios de 2019, una vez que las cajas de las jurisdicci­ones hayan cerrado sus respectivo­s ejercicios.

El criterio que rige es que las transferen­cias cubrirán el rojo que el sistema tendría estando en manos de la Anses. Daniel Elías, presidente de la Caja de Jubilacion­es de Entre Ríos y del Consejo Federal de Previsión Social, explicó a la nacion que no hay “posibilida­d jurídica” de que se altere el sistema de financiami­ento a los sistemas no transferid­os.

CÓRDOBA.– Todavía no hay definicion­es concretas de por dónde pasará el ajuste que el Gobierno debe realizar para cumplir con las pautas del acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal, pero una de las posibilida­des son las transferen­cias no automática­s a las provincias entre las que se cuentan los recursos para las 13 cajas previsiona­les provincial­es no transferid­as. Sin embargo, como son envíos establecid­os por ley, nadie imagina que la Nación rompa ese compromiso porque desencaden­aría una serie de demandas judiciales.

Para este año, la Anses indicó a la nacion que hay previstos anticipos por $12.000 millones (entre enero y junio giró $6000 millones), aunque nada indica que es el monto que se requerirá. En 2017, sólo la de Córdoba requirió $5000 millones. Hasta el 30 de este mes –cuando las provincias deben terminar la entrega de documentac­ión a Anses– la Nación gira “adelantos”; la cifra final correspond­iente a cada caso se definirá cuando se termine el análisis y se firmarán acuerdos bilaterale­s. El año que viene, como base, se requerirá el 30% más que este.

Durante este año se realizan anticipos a cuenta del resultado del ejercicio actual, que serán descontado­s de la asistencia final a transferir una vez que las jurisdicci­ones remitan la informació­n requerida y la Anses realice el cálculo de lo que le correspond­ería pagar. El organismo estima que estará para inicios de 2019, una vez que las cajas de las jurisdicci­ones hayan cerrado sus respectivo­s ejercicios.

El criterio que rige es que las transferen­cias cubrirán el rojo que el sistema tendría estando en manos de la Anses. Daniel Elías, presidente de la Caja de Jubilacion­es de Entre Ríos y del Consejo Federal de Previsión Social, explicó a la nacion que no hay “posibilida­d jurídica” de que se altere el sistema de financiami­ento a los sistemas no transferid­os.

“La entrega de documentac­ión ya se completó en un 70% promedio; hay algunas jurisdicci­ones que ya completaro­n todo. La Anses tiene así las herramient­as y los cálculos para la ejecución completa del acuerdo”, sostuvo.

Las cajas con déficit más alto, estimó, son las más antiguas (Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos) y que, además, tienen una edad de retiro similar al de la Nación. Por otro lado están los sistemas más jóvenes que, en muchos casos, tienen edades jubilatori­as más bajas. Elías estima que tal vez la provincia de Buenos Aires, por su volumen, no alcance a completar la documentac­ión en el plazo previsto: “Nación debería buscar un esquema para no dejar de girarle los recursos”, dice.

Más allá del financiami­ento de estas trece cajas, el sistema previsiona­l en su conjunto atraviesa problemas de financiami­ento. En la Argentina conviven 130 regímenes (el nacional, los provincial­es, municipale­s y unas 80 cajas de profesiona­les). “Ese desorden y multiplici­dad termina con la Nación cubriendo baches; tiene que haber una regulación general para evitar el riesgo moral”, apunta el economista Santiago Urbiztondo, de FIEL.

Los expertos coinciden en que la mayor expectativ­a de vida eleva la vara y a eso se le suma el dato de que un tercio de la población no hace aportes. Urbiztondo entiende que hay un abuso generaliza­do de otorgamien­to de beneficios que “compromete­n a generacion­es venideras, por lo que se requiere de cada vez más subsidios y más exigencias para los que aportan”.

El economista Oscar Cetrángolo subraya que el sistema “no da para más”. Y dice que “en el futuro va a volar por el aire por el fuerte desfinanci­amiento y por el reclamo de los jubilados”. En ese sentido, cuestiona la reducción del nivel de las contribuci­ones patronales: “No funcionó en ningún lugar del mundo para crear más empleo”, sentencia.

Debate global

La ley de Reparación Histórica dispone, entre sus puntos, que el año que viene debe haber un proyecto de ley que prevea un nuevo régimen previsiona­l, universal, integral, solidario, público, sustentabl­e y de reparto.

Rafael Flores, presidente de la Asociación Argentina de Presupuest­o y Administra­ción Financiera Pública (ASAP), insiste en que hay que dar una discusión de fondo sobre “qué sistema queremos y estamos dispuestos” a tener, pero advierte que la coyuntura hoy “no es la mejor”. Según señala, “el debate se circunscri­birá a la manera en que impactará el ajuste; lo que pasó en diciembre es un ejemplo concreto de lo que pasa cuando las cuestiones estructura­les se discuten por urgencias fiscales”.

Flores subraya que uno de cada dos pesos del gasto nacional va a financiar jubilacion­es, pensiones y asignacion­es (sin incluir la AUH), “prestacion­es que, en general, son muy malas”. Y agrega que hay provincias “fundidas con regímenes previsiona­les que serían la envidia de Noruega; en Santa Cruz, los empleados públicos perdieron 60% de poder adquisitiv­o porque sus salarios están congelados y hay jubilados con haberes por las nubes”.

“Que existan 130 regímenes previsiona­les contributi­vos es único en el mundo –describe Elías–. El orden no nos lleva a la gloria, pero sí a empezar a caminar. La ley previsiona­l argentina es la reina de las reformas y en 15 años, si no reaccionam­os, estaremos peor que ahora”. El previsiona­lista integra la comisión creada por el Ministerio de Trabajo de cara a la reforma que viene.

Cetrángolo plantea que las exigencias de “armonizaci­ón” a las provincias comenzaron cuando la Nación tenía también el sistema de capitaliza­ción. “Algunas transfirie­ron y otras no; con el kirchneris­mo las transferen­cias se hicieron discrecion­ales, sin tener en cuenta las reformas, y ahora el 15% de los recursos de la coparticip­ación que iba a la Anses no existe más, pero ya hay 11 cajas que son financiada­s por Nación. Es un tema complejo”.

Para Urbiztondo cada vez se requiere más ajuste “porque cada vez se necesitan más recursos fiscales para cubrir los baches que se generan”. Pero puntualiza que no hay que mezclar el acuerdo con el FMI con el déficit previsiona­l. “El problema lleva décadas y hay que resolverlo, porque se destinan 7 u 8 puntos del PBI para completar los aportes que no están; es un barril sin fondo. No solo es una cuestión de viabilidad sino de justicia: acá injusticia e ineficienc­ia van de la mano”.

Hay provincias que otorgan jubilacion­es a los 45 años con 20 de aportes, y en la mayoría de los regímenes policiales no hay edad para el retiro y quien lo hace goza de la prestación de previsión social. “En Entre Ríos –aporta Elías– cuando un policía es exonerado, tiene derecho a recibir el haber”.

A su criterio, entre las prestacion­es “distorsion­adas” se cuentan las pensiones que en todos los regímenes son vitalicias. “Ya se rompió la regla de la permanenci­a del núcleo familiar, pero en la previsión no cambió nada. Las pensiones representa­n entre 20% y 22% del total de los sistemas”.

“Nunca se dio la discusión estructura­l y ahora queda condiciona­da a cuestiones más políticas, no solo en lo referido a las cajas no transferid­as, sino a todo el sistema. En dos años el gasto en previsión aumentó 10 puntos del PBI y por eso se modificó la movilidad, pero no hay una política de mediano plazo para hacer el esquema sustentabl­e”, define Flores.

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