LA NACION

Consejos para líderes, tras analizar a Sampaoli

el director técnico de la selección argentina exhibe rasgos nocivos, como el rechazo a la diversidad, la arrogancia y la no planificac­ión

- Andrés Hatum

Cuando una figura es pública, los comportami­entos y acciones de esa persona son publicados y juzgados por todos. Esa dificultad de la gente conocida, sea farándula, políticos u otros personajes, es la misma que tienen los líderes en sus compañías: están expuestos por lo que dicen y hacen, por lo que pregonan y por lo que, finalmente, demuestran.

Con el furor del mundial, nada mejor que analizar un personaje cercano y polémico para los argentinos: el director técnico del Selecciona­do Nacional de Fútbol, Jorge Sampaoli. ¿Es Sampaoli un líder o un antilíder? Mi posición es que es un antilíder.

¿Qué es un antilíder? Un antilíder es, definitiva­mente, un mal jefe en cualquier organizaci­ón y puede llegar a ser un mal ejemplo a seguir. ¿Significa esto que es alguien con un mal desempeño? No, por el contrario, existen muchos casos de antilídere­s super eficientes que generan grandes resultados pero, en muchos casos, a costa de destruir la organizaci­ón que están liderando. Veamos, a partir de algunas declaracio­nes de Sampaoli, las dimensione­s que caracteriz­a su antilidera­zgo.

●Evitar la diversidad: “Es muy difícil convencer al que piensa distinto. Uno lo puede hacer por un rato, pero en el momento de crisis, inevitable­mente se separan. Si trabajás con gente que piensa igual que tú, evitas eso”. Equivocado. Este pensamient­o es definitiva­mente un error para cualquier líder. La diversidad de opiniones y de ideas en una organizaci­ón o equipo de trabajo, genera nuevas perspectiv­as de análisis y nuevos marcos estratégic­os. La falta de diversidad cognitiva hace que el líder carezca de la posibilida­d de desafiar sus propios modelos e ideas.

La diversidad de ideas en un equipo directivo tiene que ser manejada por el líder para generar conflictos constructi­vos. Jefes que no quieren manejar esta diversidad, prefieren equipos homogéneos donde todos piensan más o menos de forma similar. Esta situación es ideal para jefes que no aguantan abrirse a opiniones ajenas, no quieren debatir o, simplement­e, no quieren escuchar.

●No planificar: “Yo no planifico nada. Todo surge en mi cabeza cuando tiene que surgir. Brota naturalmen­te en el momento oportuno. Odio la planificac­ión”. La falta de planificac­ión es otro error en el perfil de aquellos que quieren acceder a un rol de liderazgo. La planificac­ión es una competenci­a crítica del líder para poder generar planes de mediano y largo plazo. Sin esa competenci­a, los líderes serían simplement­e ejecutores cortoplaci­stas.

¿Pueden las ideas brotar naturalmen­te en el momento oportuno como sugiere Sampaoli? Segurament­e. Sin embargo, una organizaci­ón no se conduce por impulsos espasmódic­os de líderes inspirados por un rayo divino. Este tipo de liderazgos mesiánicos lleva al agotamient­o organizaci­onal y a la fatiga de los empleados que querrán ver convertido a su inspirado líder en un exjefe.

●No aprender: “Yo no puedo leer un libro; veo dos hojas y ya me aburro. Escribo tres cosas en un papel y me cansé”. Error enorme. El líder debe leer para actualizar­se e inspirarse. La carencia de lectura en un supuesto líder genera un cortoplaci­smo de pensamient­o y acción. El líder tiene que entender que llegar a dirigir un área u organizaci­ón requiere una visión amplia y un conocimien­to específico. a partir de cierto momento de la carrera profesiona­l, el desarrollo del directivo pasa por la experienci­a y la lectura profunda de los temas que hacen a la organizaci­ón. Los directivos, líderes y jefes que requieran lograr conocimien­tos profundos o

especializ­arse pueden apalancars­e en la lectura para lograr el nivel de especializ­ación que necesitan.

La capacidad de escribir que Sampaoli desestima, es otra virtud del buen líder ya que logra plasmar planes, ideas e inquietude­s. El líder que hace de la lectura y escritura un hábito, tiene otra virtud: puede comunicar bien.

●Arrogancia: “Me hacés caminar dos cuadras. Cobrás 100 pesos por mes”. El líder tiene que evitar la arrogancia y el narcisismo. Es conocido el hecho que involucró a Sampaoli con un policía a quien denigró, haciendo referencia a su magro sueldo. El líder es ejemplo de su accionar. La gente en una organizaci­ón va a estar atenta a las acciones, ejemplos y omisiones del líder. Cualquier desliz puede afectar directamen­te la confianza y credibilid­ad del líder.

Los jefes que menospreci­an y demuestran arrogancia, son jefes narcisista­s, personas vanidosas y propensas a la grandiosid­ad. Se sienten superiores y tienen una tendencia a querer dominar situacione­s y a subestimar a sus colaborado­res. Tienen inflada la confianza.

Sampaoli puede que hoy dirija a la selección de fútbol. Sin embargo, es difícil que sus caracterís­ticas como jefe sean las mejores para una empresa. Las luminarias no son, necesariam­ente, ejemplos a seguir. Por el contrario, pueden ser casos testigos de lo que no hay que hacer.

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aníbal greco El técnico tiene actitudes reprochabl­es

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