Pánico y euforia, dos enemigos del inversor
La decisión no debe ser turbada por las emociones
En momentos complejos como el actual, los inversores suelen perder la tranquilidad y tomar decisiones erróneas. Es decir, entran en estado de pánico o euforia y eso se convierte en la antesala de la mala decisión. El principal problema es que, al atravesar esos estados de ánimo, se pierden los parámetros elementales que deben ser tenidos en cuenta para decidir: horizonte de inversión, objetivo de rentabilidad y riesgo que se está dispuesto a correr. pocos inversores se detienen a determinar estos parámetros, por lo que la mayoría toma decisiones con su dinero sin un norte claro.
Una de las claves para obtener rentabilidades atractivas sistemáticamente es ser ordenado y metódico. Esto ayuda a evitar que el inversor sufra los embates del pánico y la euforia (hasta puede aprovechar las oportunidades que dejan los que se dejan llevar por las emociones). por ejemplo, en diciembre había que evitar caer en la trampa de la euforia derivada de meses de rendimientos importantes: el índice Merval tuvo un rendimiento promedio del 7% mensual (125% anual) durante los últimos cinco meses de 2017. En estos días hay que evitar dejarse llevar por el pánico y aprovechar las oportunidades que se presentan gracias a quienes están afectados por las emociones y dejan de lado el orden y el análisis objetivo.
para aquellos que poseen un perfil conservador, a través de los títulos de renta fija de corto-mediano plazo en las primeras semanas de junio estaban disponibles rendimientos del 6% a 7% en dólar y cerca del 8% más inflación para el mundo pesos.
para los de perfil más agresivo existen bonos largos que en ese mismo período ofrecían rendimientos interesantes que rondaban el 9% en dólares y el 7,5% más inflación en lo que se refiere a pesos. adicionalmente, este tramo de la curva puede ser interesante para los interesados que tengan un horizonte de inversión menor, pero quieran apostar a una mejora de la calificación crediticia de la argentina y así obtener ganancias extraordinarias derivadas de la disminución del riesgo país y la consecuente suba de precios. En lo que respecta al mercado de renta variable, hay que tener en cuenta que, al menos por el momento, es sólo para aquellos interesados en captar oportunidades específicas debido a que aún no vemos señal de recuperación sostenida.
En resumen, no hay que dejarse llevar por las emociones y tomar decisiones de inversión poco convenientes desde un punto de vista objetivo. Quien lo haga terminará limitando su análisis a la compra de dólares o alguna otra opción básica, dejando de lado un menú interesante y rentable de alternativas. El río está revuelto y los pescadores pueden sacar grandes beneficios si saben leer el mercado y no entran en pánico. El autor es director de la diplomatura de Diseño y Gestión de Portfolios de Inversión del ITBA