LA NACION

Noriteru Fukushima. “Lo temporal no afecta nuestra visión positiva sobre la Argentina”

El embajador de Japón celebra que, en julio y por primera vez, llegará carne argentina a ese país; considera que la economía entra en una situación complicada

- Texto Silvia Stang | Foto Silvana Colombo

Define como complicada la situación en la que entra ahora la argentina por las altas tasas y los últimos movimiento­s del tipo de cambio. Pero Noriteru Fukushima aclara que esa cuestión “temporal” no le hace perder el optimismo que tiene en el país. además de elogiar al Gobierno, el embajador de Japón en la argentina celebra que, por primera vez en la historia, su país comprará carne bovina y ovina del nuestro, algo que ocurrirá en julio y por un acuerdo que también implicará que se importe carne wagyu, el nombre correcto que, aclara, tiene la variedad que proviene de una raza bovina presente en la zona de Kobe (el nombre con el que se la conoce en nuestro país).

Según el diplomátic­o, las firmas japonesas con actividad en la argentina no cambiaron sus decisiones en los últimos tiempos. El mes pasado hubo una reunión del comité Mixto Empresario argentino Japonés, organizada por la embajada y la cámara argentina de comercio. y participar­on 70 compañías del país asiático. “En la argentina hay 100 empresas japonesas; el número se duplicó en dos años y tengo informació­n de que van a venir más”, dice Fukushima.

–¿Cómo ve la situación y el rumbo de la economía en la Argentina?

–Vemos la situación muy positivame­nte y con mucha expectativ­a desde el comienzo de este Gobierno, que tiene una política bastante abierta y muy transparen­te, y no tenemos duda de lo que quiere: abrir mercados y hacer las reformas para conectarse con otros países, incluyendo Japón, EE.UU. y los de la ocde. ahora entendemos que la argentina está entrando en una situación complicada, pero diría que no es crisis, es una situación que se podía prever, pero ninguna empresa japonesa tuvo mucha preocupaci­ón ni cambió sus decisiones.

–¿En qué se traduce lo que define como situación complicada? ¿Preocupa a las empresas japonesas un menor crecimient­o o que no haya crecimient­o?

–Temporalme­nte la situación es complicada por las altas tasas. Hay que adaptarse a esta situación temporal, pero en el mediano o largo plazo no va a cambiar la política. otro tema es el tipo de cambio, pero las empresas estaban antes sorprendid­as porque la inflación fue de 40% en años anteriores y de 25% el año pasado, y eso indicaba que el dólar tenía que estar más alto. Desde Japón, cuando entramos a un país tenemos una visión de largo plazo y por eso no afecta algo que sea temporal. Tenemos una visión muy positiva y mucha expectativ­a.

–Más allá de lo financiero y lo cambiario, ¿cómo ve lo que pueda ocurrir con la actividad, el empleo, con una posible caída del poder adquisitiv­o de los ingresos?

–Hace dos años y medio, sin reformas y con problemas como el de los fondos buitre, no podíamos invertir, financiar a la argentina. Este gobierno solucionó eso y por eso nuestro banco [el Jbic –Japan Bank for internatio­nal cooperatio­n–] financia un proyecto ferroviari­o, por ejemplo. Y había que subir los precios de los servicios públicos. adaptar es, por supuesto, una medida dura, pero había que hacerlo. Este año ojalá pueda haber un crecimient­o de 2%, y en 2019 y en 2020 se va a crecer.

–Y el intercambi­o comercial, ¿cómo está y cuál es el potencial?

–Hasta ahora no es grande, se mueven más o menos US$1400 millones de ida y vuelta. Nosotros compramos mariscos, productos agrícolas, soja, algo de cobre y metales, y vendemos mucha máquina. Pero ahora el mundo no es solo bilateral; hay empresas japonesas que exportan desde aquí a otros países. El comercio bilateral no es mucho, pero si se mira la contribuci­ón de todas las empresas de Japón, hay mucho más. Y la argentina no aprovecha aún todo el potencial en sectores como el litio, por ejemplo.

–¿Y en qué otros sectores puede haber interés?

–En el automotor, la construcci­ón, las maquinaria­s, en el sector agrícola, en el lácteo, en carne bovina y ovina. a fines de julio vamos a abrir el mercado de carne bovina y porcina, con carnes de la Patagonia que es zona libre de aftosa sin vacunación. Y de nuestra parte llega carne que ustedes llaman kobe, que es la wagyu. Para adaptarse al crecimient­o, la argentina va a necesitar mucha infraestru­ctura para su competitiv­idad. Hoy, hacer llegar productos desde el interior es muy costoso y chile tiene muchísima ventaja; hay proyectos para conectarse de la argentina a puertos de chile, eso es muy bienvenido y ojalá se dé.

–¿A cuánto pueden llegar las operacione­s de comercio de carnes?

–¡Uh! Eso depende mucho de ustedes y de los japoneses. Japón tiene mucha demanda de carne, y también compramos, por ejemplo, langostino­s y centollas. Se están pensando eventos de promoción, tanto acá como allá. Hasta ahora compramos carnes rojas a Estados Unidos y australia; la carne argentina siempre tenía fama, pero nunca había entrado. Y la de Brasil tampoco.

–¿Hay otros productos por los que haya negociacio­nes o con los que haya algún conflicto ahora?

–conflicto no, pero el Ministerio de agroindust­ria siempre quiere exportar más frutas. Se está exportando limón, pero hay una condición y es que tiene que ir congelado por el problema de la mosca mediterrán­ea. Peras, manzanas, uvas..., hay productos que no pueden entrar por eso; no es un tema político. otro tema es que necesitamo­s tratados para proteger a los inversores; en noviembre, cuando venga el primer ministro, firmaremos un tratado sobre eso, y también estamos negociando temas de protección por doble tributació­n y de cooperació­n aduanera. las relaciones de Japón con la argentina tienen 120 años y hay cuatro tratados. Si este año podemos firmar tres, sería increíble. En una declaració­n de 2017 firmamos hacer otros tratados de comercio electrónic­o y servicios. otro objetivo grande es tener algún día un acuerdo entre Japón y el Mercosur.

–Usted se muestra muy conforme con lo que ocurre desde hace dos años y medio, ¿no hay preocupaci­ón por la posibilida­d de que el escenario político cambie?

–Para nosotros, no. No quiero meterme en el asunto político, pero aun quienes están en la oposición saben que unirse al mundo es indispensa­ble. Por eso, las empresas no tienen preocupaci­ón. No se puede volver a lo que se hacía antes; cuando algunos opositores decían que iban a hacer manifestac­iones, en Tokio a veces preguntaba­n: ¿otra vez como en 2001? Nadie pregunta así ahora.

–¿Existió esa preocupaci­ón por una vuelta a lo que pasó en 2001?

–cuando pasó lo de mayo, algunos decían un poco eso. Pero sabemos que es totalmente diferente la situación en varios sentidos, política y económicam­ente. Y, además, hoy el mundo apoya a la argentina.

–Japón tiene una pirámide poblaciona­l regresiva, ¿cómo se lidia con el efecto económico y fiscal que esa realidad conlleva?

–Hay que adoptar muchas políticas concretas y ahora se está estudiando qué hacer. los niños que tienen 10 años ahora vivirán hasta los 110; no pueden jubilarse a los 60 o 65 años. ahora el gobierno aumenta un poco la edad para recibir una pensión; se puede a los 60, pero cobrando menos; si no, a los 65. Y hace poco se anunció una ley por la que si se espera a los 70 se recibirá más. las empresas privadas también tienen que ver qué hacer. Necesitamo­s mano de obra y hay pocas mujeres trabajando. Y, a la vez que atender el envejecimi­ento, el gobierno tiene que ayudar a que haya una mayor tasa de natalidad.

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