Problemas actuales, pero parecidos a los de antes
Desde 1880 la argentina ha cambiado mucho, pero algunos problemas actuales se parecen bastante a los de entonces. En un país donde abundan las corporaciones organizadas para presionar al Estado, los gobernantes de provincia suelen reeditar, con el mismo fin, la vieja “liga de gobernadores”. Su fuerza es grande. al histórico peso de los senadores se agrega la sobrerrepresentación de las provincias chicas en la cámara de Diputados. Una ley de 1982, nunca revisada, garantiza un mínimo de cinco diputados por provincia. con esta y otras disposiciones, en Buenos aires se necesitan diez veces más electores que en Tierra del Fuego para elegir un diputado.
¿Para qué sirve ese poder en el congreso? los recursos fiscales siguen siendo un tema clave. Desde los años 30, a los derechos aduaneros se agregó el impuesto a los Réditos o Ganancias, recaudado por la nación y compartido con las provincias. nunca se llegó a un arreglo definitivo sobre la coparticipación, un terreno adecuado para la puja corporativa y el intercambio de favores. los aportes del Tesoro nacional, con los que provincias crónicamente deficitarias solucionan sus problemas, surgen de negociaciones aún menos transparentes.
Desde 1958, las leyes de promoción industrial y regional crearon otros beneficios extraordinario y otro terreno de negociaciones. algo similar a la del azúcar tucumano, pero llevado al absurdo, ocurre con la “industria” de Tierra de Fuego, una provincia con tres senadores y cinco diputados.
Entre las 24 provincias actuales todavía se perfila el bloque originario del interior tradicional, que desde el siglo XIX ha constituido una suerte de contrapeso a los proyectos de modernización y secularización, sobre todo en cuestiones de interés para la iglesia católica, de gran influencia en esas sociedades provincianas.
la iglesia ha ejercido una suerte de tutela sobre el Estado, particularmente en cuestiones de educación, familia y relaciones entre los géneros. Desde 1930 tuvo el apoyo de las dictaduras militares. En los períodos democráticos, los impulsos secularizadores del país moderno encontraron un obstáculo fuerte en “los senadores del interior profundo”. así los denominó en estos días el nuevo arzobispo de la Plata, al incitarlos a oponerse a la reciente ley sobre salud reproductiva. ¿Habrán sido estas las intenciones de quienes, en 1853, diseñaron el régimen federal de gobierno, basado en la igualdad de las provincias?