LA NACION

Kroos: “No se la vamos a poner fácil a los que nos quieren ver en la calle”

- Claudio Mauri ENVIADO ESPECIAL

SOCHI.– Un gran futbolista alemán ya retirado de esta generación campeona del mundo, en charlas privadas reconoce que su excompañer­o Toni Kroos es un estupendo jugador, sobre todo en los partidos en que las cosas vienen bien, porque si se tuercen no es de los primeros que acuden al rescate. Bueno, ayer, el volante de Real Madrid era uno de los tantos jugadores alemanes que habían metido a la Mannschaft en serios problemas con repetidas pérdidas de la pelota. El selecciona­do que cuida el balón como un tesoro cometía insólitos fallos en el control.

Kroos llevaba ante Suecia errando más pases que en toda la temporada en Real Madrid, donde muy difícilmen­te no le acierte a un compañero. De una pérdida suya había surgido el gol de Suecia. Era uno de los símbolos de un equipo a la deriva, que se había quedado con 10 hombres por la expulsión de Boateng, pero terminó siendo, con su pegada de terciopelo, el que le dio en tiempo de descuento el triunfo a una Alemania que ahora depende más de sí misma para seguir en el Mundial. Para pasar a los octavos de final deberá ganarle a Corea del Sur por una diferencia mayor que la que pueda conseguir Suecia sobre el líder México.

El tiro libre del triunfo agónico tiene una pequeña intrahisto­ria. Mats Hummels comentó que desde el banco pedía que lo ejecutaran en forma de centro; Reus había pedido el remate, pero Kroos decidió en ese momento dos cosas: que le iba a pegar él y que lo haría al arco porque ya se habían tirado demasiados centros sin mucho rédito. Con ese convencimi­ento logró un golazo.

“Tengo la sensación de que hay un número relativame­nte grande de gente que tenía ganas de que nos quedáramos en la calle, pero no se la vamos a poner tan fácil”, expresó Kroos, que no se quitó responsabi­lidad por el gol de Suecia, pero pidió poner ese dato en un contexto :“si das

400 pases, pueden ser que haya dos que no lleguen a destino. igual me hago cargo, el gol sueco fue culpa mía ”.

Alemania no estuvo lejos de quedar hundida contra Suecia. Jugó un horroroso primer tiempo y levantó en el segundo con Werner volcado sobre la izquierda y un mayor compromiso del resto. La victoria no quita que haya sufrido mucho.

Desconocid­a, inocente, extraviada. Alemania fue un sonámbulo en el primer tiempo. Atacó con liviandad, fue un bocado para esta Suecia con los colmillos afilados, tan resistente y astuta como aquella que eliminó a la Argentina en el Mundial 2002.

Contra lo previsto, pues un día antes había dicho que respaldarí­a a los históricos tras la derrota ante México, Löw descabezó de la formación a Ozil y Khedira; por lesión quedó afuera Hummels. La sacudida que pretendió el DT no se advirtió de arranque en el equipo, con un juego insustanci­al, sin picante para perforar la aguerrida resistenci­a sueca.

Sin la pelota (75 por ciento contra

25 a favor de Alemania en los pri- meros 45 minutos) ni dominio territoria­l, Suecia era más peligrosa. Y Alemania debía agradecer que el árbitro no cobrara penal una falta de Boa tengsobreb erg. e rata leld es concierto de Alemania que tardó cinco minutos en reemplazar al volante central Rudy, que se fue con la nariz sangrando por un golpe in voluntario con el pie de Toivonen. Que lo atienden, que esperamos, que sí, que no… Una tertulia hasta que lo reemplazó Gündogan. Alemania se fue al descanso a 45 minutos de quedar eliminada. El tema era que un equipo que solo tiene a un jugador en un gran equipo (el central Lindelöf en Manchester United) y una mayoría en clubes menores de Europa, le estaba ganando a uno que es un combinado de Bayern Munich, Real Madrid, Paris Saint Germain, Manchester City.

Löw sumó a un centroatac­ante (Mario Gómez) por un volante (Draxler) y Werner, el otro N° 9, se corrió a la derecha. Le dio rédito la fórmula, porque Werner empezó a desbordar por la izquierda como si fuera un puntero. Y de una asistencia suya llegó el empate de Reus.

Fue un tubo de oxígeno ese empate para Alemania a los 3 minutos del segundo tiempo. Lo metía en partido, le calmaba un tanto la angustia. Y Suecia sintió el golpe, ya no pudo cerrar los espacios con tanta seguridad; Reus era una flecha llegando a zona de definición. El toque de Kroos gravitó más cerca del área. Suecia pasaba más apuros que antes y encima no se asomaba al contraataq­ue.

El panorama adverso de Alemania lo completaba la expulsión de Boateng. Con 10, en el final rozó la heroica con una tremenda atajada de Olsen a un cabezazo de Gómez y un tiro de Brandt que dio en un poste. También Suecia tuvo el 2-1 con un remate desviado de Forsberg. Se iba un encuentro que en el cierre era un torrente de emociones. Se entraba en el último de los cinco minutos adicionado­s. Werner, la figura de la joven Alemania campeona en la Copa de las Confederac­iones, provocó una falta sobre un costado. Reus tocó la pelota unos centímetro­s y Kroos, con un derechazo cruzado de ensueño, reflotó su clase y la histórica alma ganadora de Alemania.

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M. dalder / reuters El festejo con furia de Kroos en tiempo de descuento

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