Con la experiencia necesaria para, por fin, levantar una copa
Pasaron más de tres años, pero el 16 de mayo de 2015 resulta imposible de olvidar para todo Newman. En la definición del Nacional de Clubes de ese año, el Cardenal estuvo a minutos de levantar una copa por primera vez en su historia, pero un drop de Joaquín Díaz Bonilla entre la línea de 10 metros y el medio de la cancha decretó el 27-25 que lo dejó con las manos vacías. “Cómo voy a olvidarla”, comenta entre risas y un dejo de resignación Gonzalo Gutiérrez Taboada, que aquel día marcó 20 tantos y estuvo cerca de ser el héroe de la jornada.
Acostumbrado a llegar a las instancias decisivas, tanto en el nivel local como en el federal, en dos ocasiones estuvo cerca Newman de consagrarse, pero en ambas se encontró con Hindú, el mejor equipo de los últimos 20 años. A la final de 2015 hay que sumar la del Top 14 de la URBA de 2008, cuando el Elefante lo superó por 22-10. El equipo bordó ahora tendrá la oportunidad de desquitarse el sábado en Vélez.
Hindú llega como favorito, pero Newman mantiene desde años su base y cuenta con intérpretes a los que no debería pesarles el contexto. Además de su goleador, estarán Marcelo Brandi y Miguel Urtubey entre los delanteros y su histórico wing Agustín Gosio, entre otros.
En el clásico de ayer con CUBA, algo devaluado por la actualidad de cada uno, Newman mostró bien aceitado su plan de juego, más allá de los nombres. Con una alineación totalmente alternativa, ya que cuidó a sus 15 titulares, mantuvo la solidez defensiva y explotó los espacios con unos tres cuartos por momentos electrizantes y escurridizos. Con dos tries del wing Tomás Adrogué y dos conversiones y dos penales de Florencio Llerena, venció por 20-17 y sumó su segunda victoria seguida.
El camino a la final del Nacional no fue sencillo. Newman pasó como segundo de su grupo, luego venció con holgura al SIC y afrontó su mayor escollo en la semifinal contra Pucará. Revirtió el 27-10 que sufría al inicio de la segunda etapa y mostró una enorme fortaleza en lo mental, punto que en los últimos años era una debilidad.
Tras las finales perdidas contra Hindú, Newman quiere que la tercera sea la vencida. “Ojalá se nos dé. Creo que nos volveríamos locos, porque desde hace años trabajamos para esto. Seguramente será un partido cerrado, que se definirá por detalles, como la última vez. No podemos regalar nada. Ya lo vivimos: si nos dormimos un segundo, nos la mandan a guardar”, cierra Gutiérrez Taboada.