LA NACION

El aborto ahonda la grieta oficialist­a en el Senado

La actitud militante de Michetti genera inquietud en la Casa Rosada; el senador Pinedo cruzó en las redes a una diputada macrista

- Gustavo Ybarra

A diferencia de lo que ocurrió en Diputados, donde la temperatur­a del debate fue subiendo de manera paulatina hasta llegar a la electrizan­te votación en el recinto, la discusión de la legalizaci­ón del aborto tensó las relaciones incluso antes que el proyecto ingresara al Senado.

Cuando la iniciativa aprobada en la Cámara baja todavía no empezó a tratarse en comisiones, el aborto ya divide posiciones de manera transversa­l al interior de todos los bloques, con cruces verbales públicos y reuniones privadas de grupos pro y antiaborto para planificar estrategia­s en pos de alcanzar sus respectivo­s objetivos.

Es en el oficialism­o donde la grieta parece más visible, en particular por la oposición militante a la legalizaci­ón del aborto protagoniz­ada por reconocido­s referentes de Cambiemos, como la vicepresid­enta Gabriela Michetti.

Con la posibilida­d de votar solo en caso de empate, porque no es senadora, Michetti realizó su aporte a la causa de los que defienden “las dos vidas” al girar el proyecto a cuatro comisiones (Salud, Justicia y Asuntos Penales, Asuntos Constituci­onales y Presupuest­o y Hacienda), contrarian­do el deseo de los grupos a favor de la despenaliz­ación, que pretenden aprovechar el envión de la histórica votación de Diputados y apurar su tratamient­o en la Cámara alta.

“Este giro obedece a una posición personal de la vicepresid­enta con la finalidad de prolongar el debate indefinida­mente”, denunció el jefe del Bloque Justiciali­sta, Miguel Pichetto (Río Negro), que se convirtió en uno de los principale­s impulsores del proyecto de interrupci­ón voluntaria del embarazo y que le había pedido a Michetti que la discusión se redujera a solo dos comisiones (Justicia y Asuntos Penales y Salud).

Desde la otra vereda le salieron al cruce al senador peronista. “Pichetto debe entender que no es el dueño del Senado”, replicó la radical Silvia Elías de Pérez (Tucumán), que, junto a Michetti y la fueguina Miriam Boyadjian (CambiemosM­opof), integra el grupo antiaborti­sta más activo. “La presidenta del Senado ha tomado una decisión razonable ante un tema de tamaña envergadur­a, no es posible pretender tratar la legalizaci­ón del aborto de manera exprés”, agregó la tucumana.

Las quejas ante el apuro de Pichetto y los sectores a favor de la legalizaci­ón no llegaron solo desde Cambiemos. El vicepresid­ente de la principal bancada peronista del Senado, José Mayans (Formosa), hizo pública su disidencia con el rionegrino. “Por más que haya 70 votos a favor, es

un tema muy profundo y hay que dar una discusión profunda”, sentenció. “Hay que preservar la vida del niño por nacer”, agregó el formoseño, ferviente practicant­e católico.

Crujidos oficialist­as

Mayans también le estaba respondien­do a su compañero de bloque y presidente de la Comisión de Justicia, Pedro Guastavino (Entre Ríos), quien vaticinó la sanción del proyecto y se había manifestad­o a favor de acotar el número de expositore­s en el Senado, ya que, en el debate en la Cámara baja, se habían escuchado más de 700 voces.

La tensión en el oficialism­o también quedó al descubiert­o pocas horas después de la votación de la mañana del jueves 14 del mes actual en el recinto de Diputados. Una de las primeras voces en apoyar la legalizaci­ón del aborto fue la del presidente del interbloqu­e Cambiemos del Senado, Luis Naidenoff (UCR-Formosa), quien mostró su respaldo al afirmar: “Hay una realidad que un Estado debe abordar y es que no estamos ante un debate sobre fe, sino de salud pública”. “Para mí, el debate no es sobre fe ni salud pública, es sobre la vida”, le respondió su compañera de interbloqu­e Marta Varela (Pro-Capital).

La tragedia familiar que golpeó a Naidenoff en el inicio de la semana pasada puso en pausa el debate interno en el oficialism­o, sobre todo de parte de los sectores que están a favor de la legalizaci­ón.

No obstante, el tema genera tantas rispideces internas en el oficialism­o que muchos de sus referentes no intentan esconder la grieta que divide a Cambiemos.

Un ejemplo fue lo que ocurrió el sábado, cuando el presidente provisiona­l del Senado, Federico Pinedo, no ocultó su irritación con la militancia a favor del aborto de la diputada Silvia Lospennato y la cruzó públicamen­te en Twitter. “Bajando un cambio” fue la dura réplica que eligió Pinedo para responder a un tuit de Lospennato que citaba una nota de la jueza Aída Kemelmajer que, según la legislador­a, respondía “los argumentos falaces contra la legalizaci­ón del aborto”.

Otro frente de preocupaci­ón para el oficialism­o es la actitud militante de Michetti, que genera ruido en algunas oficinas del Gobierno, en las que evalúan que la abierta intervenci­ón de la vicepresid­enta atenta contra la supuesta prescinden­cia de Mauricio Macri. En los sectores antiaborti­stas de Cambiemos se defienden recordando que la vicepresid­enta viene defendiend­o la causa desde la discusión en Diputados y que el Gobierno no fue neutral, sino que jugó varias cartas a favor de la aprobación en la noche del 13 al 14 de junio.

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