LA NACION

Por la sequía, abril mostró signos de retracción

La economía cayó 0,9%, por la baja del 30,8% en la producción del campo; se esperan meses más duros

- Jaime Rosemberg

Por la mañana, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, se anticipó a los datos que se conocerían por la tarde. “Es probablequ­e, productode­losshocks externos que hemos tenido y la crisis cambiaria, vaya a haber un efecto de algunos meses más recesivos”, dijo Peña, tras la reunión de gabinete, una pregunta de la nacion. Ese impacto comenzó a sentirse en abril, según informó más tarde el Indec. El estimador de actividad económica del organismo mostró ese mes una caída del 0,9% interanual y del 2,7% respecto de marzo. El impacto de la fuerte sequía se hizo sentir en una caída de la actividad del sector agropecuar­io del 30,8% respecto de abril de 2017. La industria, la construcci­ón y el comercio, en tanto, reflejaron alzas del 3,1%, el 10,2% y el 5,5%, respectiva­mente.

Sin embargo, las perspectiv­as para los próximos meses no son optiante mistas, ya que, además de que continuará el efecto sequía por lo menos hasta fin de junio, desde mayo se suman el impacto de la devaluació­n del peso y los aumentos de tarifas sobre el consumo. El Gobierno, no obstante, cree que el año cerrará con una tenue expansión.

El día después del masivo paro general encabezado por la CGT, el Gobierno reiteró que no habrá convocator­ia a la cúpula cegetista y sí debates “sector por sector” en la discusión paritaria que se viene. La preocupaci­ón principal, hoy por hoy, pasa por la economía, y así lo confirmó el propio jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien reconoció que el país atravesará “algunos meses más recesivos” antes de volver a crecer.

“Es probable, ya lo han dicho nuestros propios responsabl­es de la economía, que producto de los shocks externos que hemos tenido y la crisis cambiaria, eso va a tener un efecto de algunos meses más recesivos, pero creemos que de todas formas este año va a terminar en crecimient­o. Y el año que viene vamos a retomar en crecimient­o”, dijo Marcos Peña ante una pregunta de la nacion, luego de la reunión semanal del gabinete encabezada por el presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada.

La previsión de la Casa Rosada y el Ministerio de Hacienda pasa por reconocer –y atravesar– un pozo en la economía que aún no se asentó del todo, pero que tendrá efectos en el corto plazo. “Lo más probable es que terminemos creciendo medio punto en el balance general del año”, agregaron cerca del jefe de Gabinete, poco antes de que el partido de la selección argentina desviara la atención de los funcionari­os.

Los datos que provienen del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, hablan de una caída en abril de la actividad económica de casi un 1%, “pero si desagregam­os el agro que tuvo la sequía estaríamos 3,3 por ciento arriba”, afirman cerca del ministro. Y coinciden en la visión de Peña: habrá un “mal trago pasajero” que terminará a fines de año.

En el Gobierno dan por descontado que la recesión, “que aún no llegó”, vendrá acompañada de conflictos laborales: uno de los que se preveía es el que explotó ayer con los despidos en la agencia Télam, y otro se relaciona con más recorte en yacimiento­s como el de río Turbio.

La apuesta es, más allá del previ- sible bajón, apostar a sectores que generan mano de obra y crecimient­o como las pymes y la construcci­ón. “Lo que le cambia la vida a la gente son las obras”, dijo Macri durante la reunión de gabinete, según pudo saber este diario.

El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, se sumó a la ola de optimismo en el mediano plazo, y aunque reconoció que “algunos indicadore­s estarán en rojo”, prometió que en la construcci­ón “se generarán más empleos” y que en el rubro del transporte al menos se mantendrán los índices actuales de ocupación. Más allá de Peña, el término “recesión” es evitado por el resto del gabinete. El flamante ministro de Producción, Dante Sica, habla de “meses difíciles” sin entrar en “terminolog­ías más técnicas”, según cuentan a su lado.

Macri habló también ante los ministros de sostener “el plan de crecimient­o y desarrollo para eliminar la pobreza”, y criticó al “populismo que usa a los pobres, con una economía artificial cerrada y aislada al mundo”. Incluso se permitió, en una jornada muy futbolera, hacer una comparació­n con el gobierno anterior y enfatizar una vez más su apuesta al cambio cultural. “Antes había Hinchadas Unidas, hoy hay deportació­n de hinchas que hacen las cosas mal”, dijo el Presidente según dos testigos, en claro elogio a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, encargada del castigo a los argentinos con mal comportami­ento en Moscú.

El ministro de Trabajo, Jorge Triaca –que también expuso ante sus pares la situación generada durante y después del paro–, había vinculado anteayer la medida de fuerza con quienes “quieren volver al pasado”.

Diálogo acotado

En su diálogo con la prensa, Peña reiteró la postura que el Gobierno venía sosteniend­o antes y durante el paro: no habrá llamado a la CGT para un diálogo a solas, más allá de la continuida­d de las periódicas reuniones de los integrante­s del triunvirat­o cegetista con Triaca.

“Hace dos años y medio que estamos con esta discusión, si es general o particular. Vamos a seguir trabajando sector por sector, también dialogando con la CGT a través del Ministerio de Trabajo, como lo hacíamos hasta la semana pasada. No nos cambia en nada una medida de fuerza, ni una crítica, a la convicción de que tenemos que resolver esto todos juntos sentados en una mesa, empresario­s, sindicatos, trabajando por una agenda de desarrollo”, dijo Marcos Peña, que dejó una crítica al llamado a “hacer caer” al Gobierno lanzado por el gremialist­a ferroviari­o Rubén Sobrero. “Son sectores autoritari­os, que desprecian la democracia, pero por suerte son minoritari­os”, dijo el jefe de Gabinete, y pidió que esas “actitudes mafiosas” sean “repudiadas” por la clase política.

En lo referido al empleo, afirman desde el ala económica del Gobierno, la combinació­n del temblor cambiario y la sequía “no se siente”, aunque sí habrá un especial cuidado en el traslado a precios de la devaluació­n, mientras se cuida el nivel de actividad y poder adquisitiv­o del salario. “Es un delicado equilibrio, estamos en esa pelea”, afirmaron desde un despacho importante.

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Presidenci­a El Presidente encabezó ayer la reunión de Gabinete, donde expuso, entre otros, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca (en la foto, con el micrófono)

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