LA NACION

Demolerán el emblemátic­o hotel JJ para construir departamen­tos

El establecim­iento fue un boom en los 70 y cerró el año pasado; habrá unidades premium con vista al río

- Víctor Pombinho Soares

Emblema de otra época, el hotel alojamient­o JJ, situado en Comodoro Rivadavia y Avenida del Libertador, en el barrio de Núñez, será demolido en septiembre para construir en el terreno un edificio de departamen­tos premium.

Las tradiciona­les letras jota metálicas, que podían verse desde lejos, hoy yacen tiradas en la terraza del hotel. El edificio está cubierto con una tela roja gigante de la desarrolla­dora Brody Friedman, que lo compró el año pasado.

Pablo Brody, socio de la empresa, explica que cuando lo compraron el hotel todavía funcionaba y los dueños –que administra­n otros albergues transitori­os– decidieron venderlo porque el valor de la tierra es hoy muy superior a la rentabilid­ad del negocio.

“Va a ser un proyecto de mucha categoría, con amenities y terminacio­nes de calidad”, señala Brody en sus oficinas del barrio de Belgrano. Aún no está definida la cantidad de pisos que tendrá el nuevo edificio, pero sí que van a ser unidades de dos, tres y cuatro ambientes.

Además, el complejo contará con pileta, gimnasio, spa y una cochera para cada unidad. Los departamen­tos se van a vender a US$4000 el metro cuadrado. Los de dos ambientes tendrán entre 55 y 60 metros cuadrados; los de tres, entre 80 y 90, y los de cuatro, entre 120 y 140. La obra empezará en marzo de 2019 y demandará dos años y medio.

La historia

Construido en 1974, el JJ tenía en sus seis pisos 38 habitacion­es; 22 de ellas, con cochera privada. Es un edificio grande, con 1700 metros cuadrados de terreno, con salida a las calles Comodoro Rivadavia y Vilela.

De las espaciosas habitacion­es se llevaron todo y subir por las escaleras en ruinas es hoy una aventura. Al llegar a la terraza, la vista al río sirve para comprender la millonaria inversión inmobiliar­ia. Desde allí también se pueden observar el club Defensores de Belgrano y la ex-ESMA.

El periodista Juan Pablo Casas, autor del libro Telo, un mapa de la sexualidad porteña, afirma que era un hotel “muy bacán” en la década del 70, algo así como fue en los 90 Jardines de Babilonia.

Casas señala que el JJ cobró importanci­a porque se trató del primer albergue transitori­o pensado como hotel temático, de manera muy naíf. Tenía las habitacion­es Del Capitán (con objetos de barcos), La Selva (con empapelado a tono, cama con cañas y una alfombra verde) y el Set de Cine, con silla de director y focos. Algunas habitacion­es contaban con jardín privado y hasta una piscina con forma de corazón. A lo largo de los años, fue remodelado en varias ocasiones.

El JJ tenía un público cosmopolit­a, no era un hotel de barrio; la gente iba especialme­nte. En los 70 estaba de moda ir a comer a los carritos de la Costanera Norte. Y para una pareja con dinero terminar la noche en el JJ era una buena opción.

Casas dice que hay tres factores que explican la caída del negocio de los hoteles alojamient­o, que llegaron a ser 400 en la década del 60. Hoy, sobreviven solo 135. La primera es un cambio social: ahora las parejas jóvenes pueden tener sexo en la casa paterna, algo que era impensado hasta los 90.

Por otro lado, el boom inmobiliar­io arrasó con los hoteles de zonas codiciadas, como Las Cañitas y Palermo. Finalmente, los costos crecieron abismalmen­te para los dueños de los establecim­ientos tras los aumentos de tarifas.

Según Casas, actualment­e se realiza un uso distinto del albergue transitori­o, además del tradiciona­l entre personas infieles que necesitan ocultarse: las parejas consolidad­as lo aprovechan para “una ocasión especial”, por lo que más que nunca el servicio debe ser de categoría.

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D. jayo Las tradiciona­les letras jota metálicas yacen en la terraza

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