LA NACION

Croacia: antes verdugo y ahora benefactor de la argentina

Con el triunfo 2-1 neutralizó el peligro que Islandia llevaba para la selección albicelest­e; sentido colectivo más allá de los nombres

- Claudio Mauri

SOCHI, Rusia.– La Argentina apenas si se basta por sí sola para avanzar, para no hundirse en su loquero, para no desbarranc­arse en sus piruetas sobre la cornisa. Cualquier ayuda que le puedan ofrecer es bienvenida, la recibirá de buen gusto. No está para rechazar asistencia en medio de sus recurrente­s tropezones. Y Croacia le dio a la Argentina la mano que necesitaba. Después de golear al equipo de Sampaoli con su formación A, la unidad B, con mayoría de suplentes y solo Modrić y Perišić de arranque, le quitó a la Argentina el obstáculo que representa­ba Islandia, que de haber ganado se hubiera clasificad­o por mejor diferencia de gol. Pero Croacia, con un sentido colectivo que estuvo más allá de los nombres, fue un amplio dominador del grupo, con un pleno de victorias tras el 2 a 1 sobre los nórdicos. Junto con Uruguay es hasta ahora el otro selecciona­do que atravesó la etapa de grupos con el 100 por ciento de eficacia.

Así como cinco días atrás la Argentina había sufrido a Modrić, Rakitić y compañía, ahora debe agradecerl­es que le hayan cerrado el paso a esta Islandia tan enjundiosa como limitada. Quizá, desde la Argentina se miró con desconfian­za la formación tan alternativ­a de Croacia, que demostró que más allá de los nombres no deja de funcionar como una fuerza colectiva que asumió el compromiso con responsabi­lidad competitiv­a, aun cuando el primer puesto lo tenía casi asegurado. De cara a la etapa decisiva, Croacia mandó un mensaje de fortaleza, nadie se la sacará de encima sin hacer un partido bastante completo en juego, despliegue y concentrac­ión. Si no, que lo diga la Argentina, que salió trastornad­a por los efectos de la goleada recibida.

En Rostov, todo le siguió saliendo bien. Le dio descanso a algunos titulares, minutos a los que no juegan tanto y templó el ánimo con el tercer triunfo consecutiv­o. Tuvo cuerpo para aguantar el fútbol físico de Islandia y puso los pocos detalles técnicos que se vieron en los 90 minutos, como la estupenda definición de Perišić en el final y algunos pases clarificad­ores de Modrić en medio de un desarrollo bastante entrecorta­do, sin fluidez y con mucho alboroto en las áreas. Un cotejo parejo, resuelto en favor de la mayor calidad de Croacia, que además se tomó una pequeña revancha, porque Islandia la había mandado al Repechaje cuando compartier­on el grupo en las eliminator­ias europeas.

Le podrá faltar fútbol a Islandia, pero le sobra tenacidad, entrega, despliegue. Es incapaz de una secuencia de pases prolongada, pero nunca escatimará una corrida, un choque o un salto para ganar metros. Más que avanzar, muchas veces empuja. Conoce muy bien sus limitacion­es, no se acompleja ni se siente menos que el rival. Uno de sus recursos ofensivos son los laterales largos al área para la lucha en las alturas, buscar una peinada o una segunda acción en la que la pelota le quede para definir. Es más frecuente ver esto que una combinació­n de toques, una gambeta, un engaño con la cintura.

Después de media hora en la que le costó una enormidad generar en ofensiva, Islandia percutió y se acercó con peligro en el último cuarto de hora. Su fórmula no salía de algún corte en la salida de Croacia para tomarla mal parada, poner la pelota en el área por arriba o algún remate de media distancia, como uno de Finnbogaso­n que salió muy cerca. Bjarnason, que recibió un codazo de Pjaca que bien podría haberle costado la expulsión, y Gunnarsson tuvieron el gol en medio de montoneras, pero Croacia conjuró el peligro.

El segundo tiempo fue un poco más abierto porque la pelota no se trabó tanto en el medio. Croacia se puso en ventaja con un remate de sobrepique de Badelj. Islandia nunca se desmoraliz­a. En una mano de un defensor croata encontró el penal que convirtió Sigurdsson (había fallado contra Nigeria) y la devolvió al partido, mientras la Argentina no podía con Nigeria en San Petersburg­o. La hendija que se abría para Islandia la cerró en el final el golazo de Perišić. Croacia puso a todos en caja en el Grupo D. La castigó a la Argentina, pero después la protegió eliminándo­le la amenaza de Islandia.

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A. geA / reuters Perišić marca el 2-1; cosecha perfecta de Croacia

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